Saltar al contenido

Gutenberg el geek. Un Steve Jobs (y muchos mas) avant la lettre

El Paréntesis de Gutenberg, again

golden2.jpg

Dedicamos hace medio año un libro entero a El Paréntesis de Gutenberg (con el mismo nombre) por lo cual enterarnos de que Jeff Jarvis había escrito Gutenberg the Geek, un Kindle single (que se puede leer en media hora), un desprendimiento de su investigación para su ultimo libro Public Parts. How Sharing in the Digital Age Improves the Way We Work and Live, nos llamó la atención y nos sumergimos en el texto. En paralelo leíamos el trabajo de José Joaquín Brunner presentado en el Seminario de la CEPAL, que llevó a aclararnos como nunca antes (aqui esta el testimonio: Las TIC de caja de herramientas a nuevo entorno vital), porqué nuestro metier está ligado a la investigación, testeo y diseño de la cultura digital, y muy marginalmente a las cuestiones educativas estructurales.

En un ejercicio de historia en futuro anterior (proyectar sobre el pasado distinciones que son válidas hoy, o dicho de otro modo inventarnos precursores para justificar en el pasado exitoso -o no- lo que hacemos hoy), Jarvis nos vuelve a contar (basado en las obras de Albert Kapr Johann Gutenberg: The Man and His Invention (1996), y de Albert Kapr Johann Gutenberg: The Man and His Invention y de John Man The Gutenberg Revolution: How Printing Changed the Course of History (2003), la historia de Johanes Gutenberg, como si se hubiese tratado de un Steve Jobs avant la lettre.

Leídas desde nuestra contemporaneidad, las andanzas y finalmente la caída del gran inventor (no casualmente la imprenta figura en primer lugar en el cuadrante 1 del libro de Steven Johnson Where Good Ideas Come From: The Natural History of Innovation (2010), se debió básicamente al flujo de caja, y a la estructura legal descuidada con que hizo sus transacciones. Después de haber hecho pie en diversos negocios, de haber resuelto una infinidad de problemas tecnológicos, de haber reclutado a un equipo, de haber obtenido capital, de haber perfeccionado su producto desarrollándolo en escondites varios, de haber lanzado el negocio, de haber encontrado clientes, y de haber ganado efectivamente dinero, su principal inversor quiso recuperar su inversioón, y finalmente incautó los bienes arruinando al famoso inventor. Así puede resumirse esta obrita simpática y atrapante

Un precursor con todas las letras

Si Jarvis se anima a bautizar a Gutenberg como a un santo patrón, es porque Gutenberg usó tecnología para crear una industria. Fue un emprendedor sagaz (aunque descuidado en los aspectos financieros y legales), que reconoció las ventajas de la manufactura, la división del trabajo, y la racionalizacion de los productos sin temor alguno a tomar permanentemente riesgos.

Mainz la ciudad en la que nació y vivió estaba atravesada por conflictos religiosos, endeudamiento excesivo, devaluación de su deuda. Habiendo vivido en un tiempo de confusión y caos sus negocios siempre estuvieron atados a dichos conflictos, juicios, secretos, tomas de posiciòn partidistas, generaciòm incesante de enemigos, etc

Gutenberg -como les sucede a las startups de hoy en dia- dependía de la explotación de nuevas eficiencias, de alcanzar escala, de reutilizar bienes, de dividir el trabajo y de definir estandares. Con él nació la manufactura per se, como anticipó hace medio siglo atrás Marshall McLuhan al calificar a la imprenta como la primera línea de montaje de la historia.

Gutenberg ensayaba y erraba. Su primer libro el Donatus Latin Grammar salió de su imprenta en 1450 cuando el cumplia 51, para lo cual recibió un préstamo de 800 gulden el equivalente a U$150,000 del banquero Johann Fust quien terminaría siendo su némesis. Las primeras páginas que imprimió contaban con 40 lineas por página, después probó con 41 y se descidiò por las 42, ahorrando un 5% de papel. Quiso replicar las rúbricas en rojo de los escribas pero termino haciendolo a mano.

Un esteta irrenunciable (igual que Jobs)

Su obra irreplicable aun hoy, fue de una perfecciòn que solo un workalholic detallista y fanático empedernido por la belleza como él (pareceríamos estar diciendo como Jobs), solo pudo conseguir siendo un líder carismático y con una energía creativa capaz de movilizar a sus 20 empleados (imprenteros, tinteros, grabadores, tipógrafos), en la tarea titánica de imprimir simultáneamente 180 biblias cuando un escriba tardaba 3 años en copiar una en el mismo plazo.

Estuvo a un tris de lograrlo ya que las biblias completas estarían terminadas en 1454 (todas ellas vendida por adelantando, aunque sin tocar un solo céntimo hasta que llegaran a manos de los compradores). A pesar de haber conseguido un nuevo préstamo (llevando su deuda a los 2400 gulden) al incumplirla el banquero le remató todas las instalaciones, se quedó con ellas, y puso a cargo a su hijo adoptivo Peter Schöffer (nada casualmente asistente de Gutenberg), se llenó de plata y de gloria, pero no de nombre (curiosamente la primera editora del mundo fue Fust und Schoeffer en vez de Gutenberg und Gesellschaft). Porque la imprenta quedó asociada para siempre al de Johannes Gensfleisch zur Laden zum Gutenberg.

Historia en futuro anterior

A pesar de su bancarrota, Gutenberg siguió imprimiendo gramáticas, calendarios y salmos. Pero ahora que sus secretos estaba en manos de la competencia se pasó al open-source entrenando a numerosos imprenteros y haciendo lo imposible para que su invención se derramara por Alemania y por Europa lo mas rápido posible (desde la inicial de Gutenberg en 1439 llegó a haber mas de 1000 imprentas en el mundo en el año 1500).

Como dice anacrónica (pero vistosamente) Jarvis en su opúsculo es como si Gutenberg hubiese pasado de la cultura corporativa de Apple a la de Google, del sistema cerrado iOS al Android abierto. Pero la analogia tiene sus bemoles y sus sostenidos. Gutenberg, Inc. fue como la PayPal de hoy. Gutenberg generó decenas de imprentas del mismo mdo como PayPal incubó a Peter Thiel, inversor en Facebook; a Reid Hoffman, fundador de LinkedIn e inversor en Facebook y Zynga; a Elon Musk, CEO de Tesla una compañía de coches y entusiasta de los cohetes en SpaceX; a Steve Chen y Chad Hurley, fundadores de YouTube; y a muchos otros.

Nicolas Jenson fue uno de los trainees estrella de Gutenberg. Enviado por el rey Carlos VII para robarle los secretos a Gutenberg y llevarlos a Francia, disconforme con su sucesor a la muerte del comitente, diseñó la primer tipografia románica -la Jenson- y se estableció en Venecia, multiplicando los poderes de la imprenta por toda Italia.

La imprenta como determinante en última instancia

Así como hoy debatimos el rol de los social medio como catalizadores de las revoluciones árabes desde hace décadas (no tantas, aquí la pica en Flandes la clavó Elizabeth Eisenstein con su monumental obra), se sigue discutiendo el rol de Gutenberg como determinante en última instancia de la invención de la modernidad europea. Pero la imprenta fue un invento endemoniado. Fueron las mismas prensas alumbradas por Gutenberg las que produjeron la inflación de indulgencias que llevó a Lutero a publicar 300.000 copias de sus manifiestos anti-indulgencias. Siempre una de cal y una de arena. Siempre formas de saber lo que estamos ganando, pero también lo que estamos perdiendo.

El advenimiento del régimen del libro (la cultura letrada asociada al Paréntesis de Gutenberg que recién vemos disolverse en esta última década de la mano no tanto del ebook, su consecuencia, como de la hiperconectividad generalizada y de la reinvención de la cultura de lo abierto), llevó al menos 50 años desde los primeros incunables hasta que aparecieron nuevos géneros como el ensayismo inventado por Montaigne. En ese medio siglo se dio un proceso similar a la pervivencia del teatro filmado en los primeros 30 años del cine a comienzos del siglo XX. Los primeros libros eran clones de las obras gestadas por los copistas, incluían el mismo contenido y durante ese medio siglo el 80% de los textos estaba escrito en latín. Las primeras tipografías también clonaban las manuscritas.

Hubo de pasar mas de un siglo para que lo que emergió como escritura automática se convirtiera en una nueva cultura, algo muy parecido a lo que está sucediendo hoy con la cultura interneteana. Los talleres se convirtieron en entornos donde eruditos, artistas, literari, traductores extranjeros, emigrados y refugiados convergieron y generaron los primeros atisbos de instituciones de enseñanza avanzada y de puntos focales para todo tipo de intercambio cultural e intelectul.

Si no fuera porque estamos contando la historia de Gutenberg y sus innovaciones pareceria que estuviéramos hablando de Vinton Cerf y de Tim Berners Lee, de Bill Gates y de Steve Jobs, de Serge Brin & Larry Page y de Jeff Bezos. Porque Internet (en contra de la nostalgia letrada) no es un clearing house para el intercambio de datos sino la infraestructura para la invención de una nueva cultura. No se trata de un medio (aunque si de un nuevo medium como teoriza acertadamente Janet Murray en su reciente obra Inventing the New Medium), sino de una máquina de conectar.

Un animal de contornos indefinidos

Como copartícipes de esta aventura ni nosotros mismos sabemos muy bien qué es Internet, cómo comulga (o desbanca) a las instituciones culturales vigentes, ni que configuración tendrá finalmente este nuevo (des)orden cultural. Como bien dice Jarvis, medido en categorías gutenberguianas estamos hoy en el año 1472. En esa fecha de la historia era imposible saber cuan disruptiva había sido la invención de la imprenta. Nadie sabia hasta qué punto minaría la autoridad de la Iglesia Católica, o inclinaría al poder a favor de la Reforma o de la Contrarreforma. ¿Cómo podíamos imaginar qué haría posible la nueva ciencia, como inventaría nuevas clases sociales, como delinearía profesiones aun vigentes, aunque muchas bajo riesgo de extinción, hoy 5 siglos mas tarde, como fabricaría a la infancia como un periodo de protectorado generacional y que cambiaría para siempre la idea de lo que es (o era) una nación.

En Mainz en 1472 estábamos como hoy en Buenos AIres o en Paris, en Tokio o en Kiev, en Shanghai o en Nueva York. Nadie sabe como sigue la historia. De lo que no cabe duda es de que la imprenta catalizó un tipo de actividad combinatorial de naturaleza social e intelectual que no tuvo parangon alguno… hasta el advenimiento de Internet.

Los libros cambiaron la forma de aprender y de recordar. Los eruditos pudieron dejar (en parte) de viajar para acceder a los libros, por primera vez en la historia los libros fueron los que viajaran a su encuentro (exactamente en esto estaba pensando Tim Berners Lee cuando invento la web a fines de los años 80). Pero del mismo modo que que los libros se convierten en nuestra memoria cultural (nuestro exoesqueleto cognitivo) durante 5 siglos, Google (y ahora las redes sociales) han devenido nuestras bases de datos personales..

Internet como imprenta del siglo XXI.

Resulta curioso, molesto y hasta penoso, que los mismos investigadores que hoy reconocen que la invención de los tipos móviles infligió la transformación mas radical en la condiciones de la vida intelectual en la historia de la civilización occidental, ignoren, descuiden o minimicen que otro tanto está ocurriendo hoy en dia, gracias al advenimiento de Internet como imprenta del siglo XXI.

Como vimos en las entregas anteriores alla lejos y hace tiempo (ver los dos post anteriores de Gutenberg el geek. Un Steve Jobs avant la lettre Parte 1 y Parte 2), mucho antes que Gutenberg los escribas estaban obsesionados con preservar el conocimiento de las eras precedentes. Gracias a Gutenberg los libros moldearon el pensamiento de la era moderna, atribuyendo un respeto inusual a los autores y a los expertos. Solo en los últimos años esta admiración y confianza empezó a desplazarse del mundo del papel y empezó a adscribirse al mundo de la pantalla encarnado en las redes tal como bien lo ha demostrado David Weinberger en su obra mas reciente Too Big to Know, Rethinking Knowledge Now That the Facts Aren’t the Facts, Experts Are Everywhere, and the Smartest Person in the Room Is the Room.

Queda claro que la persona mas inteligente en la sala es la propia sala, la red que vincula a la gente y a las ideas en la sala y que las conecta con los que están fuera. Sorpresivamente un grupo de investigadores de Reed College in Oregon estudiaron patrones de citas en las patentes en USA desde 1976 a 2010 (en High-Content Words in Patent Records Reflect Key Innovations in the Evolution of Technology ) a fin de identificar las tecnologías mas influyentes. Contra toda previsión definieron como innovación pivotal de este tercio de siglo a la impresora de chorro de tinta, trátandose de una tecnología que permite con un elemento material (en principio apenas una pieza material) se puede poner sobre otra con gran precisión.

De la imprenta 2D a la imprenta 3D y mas alla todavía

Una de las áreas mas llamativas y promisorias de la avanzada científica es precisamente la construcción de impresoras que van a crear enormes edificios e incluso van a permitir generar órganos vivos.

Quizás cuando en el año 2040 festejemos el 600mo aniversario de la creación de la imprenta de Gutenberg, las imprentas de ese tenor ya no existan. Pero eso no le quitaría méritos al gran Johaness ya que ninguna tecnología proveniente de una sola persona tuvo tanto impacto y duro tanto tiempo en el horizonte de la innovaciones que caracterizan al mundo moderno.

Hoy que está tan de modo decirse y pretender ser emprendedor, que tantos se echan mutuamente flores imaginando que están cambiando al mundo simplemente porque corren una carrera de postas o estudian un caso a la Harvard (método que ya esta camino de la decadencia), habría que prestarle mucha mas atención a personajes históricos epocales entre los cuales Gutenberg descolla en modo supremo. Como bien dice Jeff Jarvis Gutenberg inventó la plataforma mas grandiosa y de alcances mas sorprendentes de la historia. Una frente a la cual Facebook parece un chiste de mal gusto.

La falta de visión de los visionarios

Hace unos días académicos de renombre le reprochaban a Mark Zuckerberg su falta de interés e iniciativas en términos de las consecuencias políticas de su sitio. Seguramente si dependiera estrictamente de él, Zukerberg jamás habría querido verse involucrado en las revoluciones árabes, en el fomento de los movimientos de los indignados y mucho menos en atentados políticos o en movilizaciones mas o menos violentas hechas posibles gracias a los usos «desviados» de su plataforma.

En cambio es fácil imaginar que a Gutenberg le hubiese fascinado que sobre su plataforma se montaran revoluciones políticas, científicas, artísticas, culturales, nuevos nodos de negocios, nuevos sistemas educativos y unas cuantas cosas mas (como tan bien las relevó Elizabeth Einsenstein en The Printing Press as an Agent of Change y como hemos percibido y evaluado en detalle en las obras eruditas de Roger Chartier, Lucien Fevbre y Robert Darnton.,, algunos d elos mejores estudiosos de la ceración de la ecologia de público/soportes/contenidos que conforman la revolución aun inacabada de la primera era de la imprenta.

Somos muchos quienes creemos que Internet se están convirtiendo en una invención de contenido, profundidad, alcance y dimensión semejantes a la imprenta. Es decir en una plataforma de alcance universal y de poder disruptivo epocal. Es por ello -como insiste Jarvis, como defienden luminarias como Tim Berners-Lee y Vinton Cerf aunque contradictoriamente el segundo sea uno de los mandamases de Google), que debemos defender a la red tanto del control de las corporaciones (la chanchada que acaban de hacer Amazon y Google muestra con que bueyes estamos arando Tech press misses Google/Amazon name grab) como de los gobiernos, dado que ambos son objeto de su fuerza transformadora y sus principales destinatarios en términos de cambio de reglas radicales que compiten contra su hegemonìa y monopolio del poder simbólico.

Solo si Internet permanece abierta como una imprenta para todos (incluyendo el 3D, los objetos y las relaciones a múltiples voces) su potencial emancipador se comprobara pará todos y para todas. Canonizando a Mao Tse Tung, podríamos decir que florezcan mil imprentas, un millón de imprentas convertidas en plataformas y en productos intermedios que como en el caso de Gutenberg hagan posible, potencien y conviertan a los publicos en infinitos Gutenbergs.

El sueño de todo geek (mal que les pese a Zuckerberg, a Bezos, a Brin & Page o a Tim Cook,) deberia ser convertirse en un nuevo Gutenberg. El sueño de cada uno de nosotros también. Alguien dijo recientemente que los programadores son los arquitectos del siglo XXI. Lo que necesitamos es Gutenbergs modelo 2012 y mas alla. Millones, decenas de programadores con ganas de construir un mundo muy distinto al que hoy patalea y sueña con un pasado mejor. ¿Quién se atreve? El resto es mampostería y linimento, el resto es balbuceo y desvío de la atención. Que florezcan millones de Johanness y otro será el cantar.

Publicado enAnti-FilosofiaConvergencia CulturalDiseñoFundadoresGestión InnovaciónInfo-TecnologíasIrreduccionismoLenguajesMemeticaParéntesis de GutenbergReveladoresVida Cotidiana

2 comentarios

  1. […] "Dedicamos hace medio año un libro entero a El Paréntesis de Gutenberg (con el mismo nombre) por lo cual enterarnos de que Jeff Jarvis había escrito Gutenberg the Geek, un Kindle single (que se puede leer en media hora), un desprendimiento de su investigación para su ultimo libro Public Parts. How Sharing in the Digital Age Improves the Way We Work and Live, nos llamó la atención y nos sumergimos en el texto."  […]

  2. Pablo Lerner Pablo Lerner

    Estimados,

    Tenemos el agrado de invitarlos a participar del primer concurso de blogs educativos organizado por la Universidad de Buenos Aires en el marco de la 6º edición del Premio UBA.

    Las categorías son las siguientes

    Blogs individuales
    a. Docentes
    a. Sub categoría Escuelas Primarias
    b. Sub categoría Escuelas Secundarias
    c. Sub categoría Institutos Terciarios / Universidades

    Blogs colectivos
    a. Escuelas primarias
    b. Escuelas secundarias
    c. Institutos Terciarios / Universidades
    d. Asociaciones, organismos estatales, organizaciones no gubernamentales, redes, programas y cátedras nacionales

    Blogs en el Aula
    a. Escuelas primarias
    b. Escuelas secundarias
    c. Institutos Terciarios / Universidades
    Para más información pueden visitar el link http://www.uba.ar/comunicacion/noticia.php?id=3154

    Ante cualquier duda o consulta, nos pueden escribir.

    Lic. Pablo Lerner
    Subsecretaría de Relaciones Institucionales y Comunicación
    Universidad de Buenos Aires
    plerner@rec.uba.ar
    4510-1269

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *