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Mes: enero 2013

Ciencia abierta y mentes cerradas en la era de las desintermediación desenfrenada

swartz

En el mundo hay mucha gente que piensa y hace de lo mejor. Antes identificarlos era mucho mas difícil porque vivíamos en un mundo de escasez, de bajo acceso, de nichos incomunicados. Hoy gracias al poder desintermediador de Internet estas murallas (como las de Loudun) empiezan a derribarse, y de pronto es posible entablar conversaciones y fomentar encuentros de alto voltaje intelectual, aunque vivamos a miles de km de distancia, o cuando nuestros antecedentes de encuentros físicos hayan sido mínimos. Despues de haber departido con Joaquín Rodríguez y Antonio Lafuente en algunas ocasiones, habiendo leído La Nueva Ciudad de Dios. Un Juego Cibercultural Sobre el Tecno-Hermetismo con coautoria de Andoni Alonso, estos tres quijotes de lo abierto me pidieron un prólogo para su próxima obra a ser publicada en Cátedra bajo el titulo “Todos sabios! Ciencias ciudadana y conocimiento expandido”. Mas alla de mi vagancia crónica y de lo cómodo que es leer en vez de escribir, ante su insistencia no me quedó sino complacerlos y he aquí lo que su excelente obra despertó como eco ligeramente desfasado. Gracias amigos

Dar la vida por lo abierto

Enero de 2013 nos despertó con una noticia que jamás habríamos querido encontrar como titular de algún medio y mucho menos ver devenido en un hashtag muy concurrido en la red. Un joven de 26 años se suicidaba, no por motivos amorosos o por algún desengaño político, sino por haber sido amenazado por una fiscal federal de USA con penas de 30 años de cárcel y 1 millón de dólares de multa por haberse animado a regalarle al mundo una base de datos conteniendo 4 millones de artículos científicos.

El juicio que debería haberse celebrado a principios de abril del 2013 lo ponía entre las cuerdas, no por haber intentado (y logrado) hacerse de números de tarjetas de crédito, no por haber usufructuado información confidencial en provecho propio o de terceros, no por haber descollado en el comercio algorítmico, no por haber ganado un sólo centavo con sus habilidades magistrales habiendo convertido al código computacional en un arte. Sino porque usufructuando clandestinamente la red del MIT y sus credenciales -el que era un alumno de lujo de Harvard- logró acceder a la base de datos de JSTOR (archivos académicos) y descargar 4 millones de archivos sin siquiera ocultar su identidad. Al punto de que en cuanto se descubrió que había enchufado una portátil a la red y que era suya, entregó los discos y JSTOR quiso que todo terminara -no asi el gobierno de USA y el propio MIT.

El suicida se llamaba Aaron Swartz y fue uno de los activistas de Internet que hicieron de la libertad de expresión y de la internet abierta una de sus banderas; fue parte gigante del freno a SOPA/PIPA, y como hacker había colaborado en la especificación RSS a los 14 años y hasta cofundado REDDIT en 2010 .

Como bien dijo Cory Doctorow en una de las innumerables obituarios que sacudieron a la red: “Para el mundo: todos perdimos hoy a alguien que tenía más trabajo por hacer, y que hizo del mundo un lugar mejor cuando hizo su trabajo.”

Este infortunado suicidio de Swartz está mas que ligado a la tesis de Antonio Lafuente/Andoni Alonso/Joaquín Rodríguez acerca de que ser sabios no es cosa de unos pocos. ¿Cómo es posible establecer este inesperado paralelismo?

Interfases del futuro, de la ciencia ficcion a la crasa realidad y vuelta Primera Parte de Varias

Viñetas de un futuro que aún no llego… por suerte

Una de las escenas mas dramáticas de la historia del divorcio entre humanos y máquinas pertenece a la película de Stanley Kubrick 2001. Odisea de espacio. (1967). A la orden dada por el astronauta Frank Bowman a HAL (Heuristically programmed ALgorithmic computer), la computadora que controla al Discovery One, la nave que lo lleva a Jupiter sin que él lo sepa: «Open the door Hal» varias rondas de conversación mas tarde Hal contestará: «I know that you and Frank were planning to disconnect me, and I’m afraid that’s something I cannot allow to happen«. (Hal 9000 VS Dave – Ontological scene in 2001: A Space Odyssey). El gran impact psicológico de esta desavenencia trágica está dada por el tenor de la voz humana de Hal. Para desafiar a un humano nada mejor que hacerlo en un registro verbal terso y convencido. Cuando se trata de discusiones ligadas a la vida y a la muerte nada mas potente que un tete a tete sonoro.

En Star Trek IV: The Voyage Home (1986) que transcurre en el año 2286 al ingeniero Montgomery Scott confrontado con una computadora del siglo XX le acercan un mouse (disponible públicamente recién dos años antes gracias a la Mac 128K) y él le habla como si fuera una interfaz verbal (natural en su futuro), hasta que alguien le recomienda que use un teclado (natural en nuestro presente).

En Minority Report (2002) así como en IronMan 2 (1992) nos encontramos con interfases hápticas y gestuales que todavía hoy nos sorprenden por su belleza, eficacia pero sobretodo diferencia abismal con las interacciones efectivas que tenemos con las computadoras actuakes, que oscilan desde una primacía casi total de los teclados y el mouse en las desktops y portátiles, hasta la presencia creciente de las interfases táctiles (hipereduccionistas, lo que un critico ha denominado Pictures under screens) en las tabletas y en las computadoras híbridas.

Las “Digital Humanities” y como pensamos en la era de la analítica cultural. 3ra Parte

La técnica es contenido en estado puro

Ya no se trata de suponer que se pueden desarrollar proyectos en donde los pensadores llevan la voz cantante y los técnicos son el apéndice indispensable pero de segunda clase, sino que ambas profesiones codo a codo son mucho mas que dos. Los cinco números de la revista Vectors: Journal of Culture and Technology in a Dynamic Vernacular asi lo testimonian.

Lo que queda claro en estos ejemplos y en muchos mas que inventaría Katheryn Hayles en How we think es que en las Digital Humanities prima el énfasis en las bases de datos desplazando el énfasis dominante en las humanidades clásicas centrado en la argumentación—una forma retórica que históricamente ha privilegiado el contexto, la prosa cuidada, las relaciones lógicas , y la respuesta pasiva de las audiencias —migrando hacia los datos embebidos en formatos abstractos cuya estructura y cambios en los parámetros involucran la producción de sentido.

Como bien lo mostraron Geoffrey Bowker & Susan Leigh Star en su notable Sorting Things Out: Classification and Its Consequences (2000) el ordenamiento de la información nunca es neutral. Las bases de datos no son mas objetivas que los argumentos, pero aun dada su labilidad la forma bruta en que los datos se ordenan permite, eventualmente, interpretaciones mas matizadas y complejas. Incluso hace posible ponerse en el lugar de la primera persona que toma decisiones (y que las ordena, categoriza y navega) involucrándose en actos impensables en los formatos convencionales de solo lectura (algo que se comprueba en Virtual Peace: Turning Swords to Ploughshares en donde en vez de simular la guerra se entrena a los jugadores para aprender a negociar la paz).