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China no fue conquistada en 1500, ¿la computadora personal si lo fue en 1960? (Pares inusuales 9)


Nuestra biblioteca de papel (porque en la iPad ya nadan 1.000 títulos, casi todos posteriores a 2010) es inmensa. Y si bien no conserva los 127 mts lineales desperdigados en varios cuartos de otrora, ahora con sus mas de 100 metros alberga mas de 6.000 títulos (los sobrantes siguen aún en unas cajas que no terminamos de vaciar).

Aunque ya habíamos separado dos títulos (que seguramente juntaremos la semana próxima), una solapa doblada, una columna aun no clasificada y una mirada casi casual trajeron hoy a la mesa a dos obras muy difícilmente acoplables.

Confirmando por enésima vez que la pauta que conecta no está en el tema, la clasificación de Dewey, las intenciones de compra, o lo que fuere, sino en la capacidad de enhebrar alguna distinción del momento generando alguna chispa recombinante.

TESIS

Gruzinski, Serge El águila y el dragón. Desmesura europea y mundialización en el siglo XVI. México, FCE, 2018.

Se trata de una comparación histórica de la conquista de México y China de parte de los españoles y portugueses respectivamente. Mediante el análisis de formas de gobierno, infraestructura, geografía y sociedad, Gruzinski enfrenta a las dos civilizaciones que tuvieron contacto con la maquinaria expansionista de la península ibérica y mediante esta comparación muestra la reacción de cada civilización frente a ella. El autor analiza cómo el águila azteca se arrodilló y el dragón chino resistió ante los europeos y las implicaciones que tuvieron estas reacciones para una historia global del siglo XVI.

Los actores son conocidos y los desenlaces que provocan sus acciones también. Por un lado, el avance de los portugueses desde sus enclaves en el océano Índico en dirección a las costas de China (y el rechazo sufrido); por el otro, las incursiones desde las islas del Caribe sobre el continente americano que inició Hernán Cortés (y el triunfo conseguido). Todo con el objetivo de lograr el control de las islas de las especias –las Molucas–.

El gran historiador Gruzinski hace un análisis detallado de qué ocurría en China y en México antes de la llegada de los ibéricos, para “encontrar claves que aclaren las reacciones de los chinos y los mexicanos ante la intervención de los europeos”. Su obra renovadora de conversaciones en muchos planos, muestra que la intervención lusitana en Oriente, a partir del rechazo sufrido en China y los esfuerzos de cerrazón de las fronteras del imperio ante la injerencia europea, quedó subsumida y olvidada por la historiografía, donde primó el triunfalismo castellano alcanzado en el Nuevo Mundo.

Parte de una tetralogía inconclusa, Gruzinski revisa la mundialización operada en el siglo XVI mostrando que se trata de mucho más que la historia de la expansión europea. Su capitulo final revela la obsesión española por obtener lo que los portugueses no habían logrado intenatndo declararle la guerra a China enésimas veces.

Conquistar a China no fue posible en 1500, pero si durante casi un siglo a partir de las dos guerras del opio (1839-1842, 1856-60) y la posterior derrota frente a Japón y la guerra de los boxers.

El imperio del sol naciente está reconstruyéndose después de esa debacle, y va camino de ser la próxima potencia mundial ¿Hasta que punto la capacidad de resistencia frente a la invasión española está ligada al mantenimiento de una identidad ancestral, ajena a la colonización de los memes europeos? ¿La capacidad china de seguir siendo muy poco permeable a la invasión cultural (que incluye instituciones como la democracia, la libertad de expresión, los partidos políticos, etc), se aplica también al terreno científico y tecnológico?

¿Y si la hegemonía occidental estuvo centrada durante siglos en las armas y la tecnología, su desplazamiento hacia China no le hará perder su carácter emancipador como los ejemoplos de crédito social están mostrando?

ANTITESIS

M. Mitchell Waldrop The Dream Machine: J.C.R. Licklider and the Revolution That Made Computing Personal. 2002

Era «como un niño gigante». Le encantaban las sesiones de toros, y «sus ojos siempre brillaban cuando hablaba de ideas». Él era «Lick», J. C. R. Licklider, el psicólogo del MIT convertido en aventurero, cuya carrera forma la columna vertebral de la saga de M. Mitchell Waldrop sobre la creación de la primera computadora personal.

La evolución de la computadora desde la calculadora a la herramienta personal comenzó en los años 40 analógicos, con el famoso artículo de Atlantic Monthly de Vannevar Bush, «As We May Think«. Ese ensayo gritó a los cuatro vientos que las máquinas realmente podrían ayudar a procesar palabras e ideas.

A finales de los años 50, y hasta los años 60, comenzó a surgir el concepto radical de la computadora como algo más que un masticador de númeross . Norbert Wiener, Claude Shannon, Alan Turing, John McCarthy y Marvin Minsky anunciaron que la computadora podría controlar objetos, manejar las abstracciones y que algún día incluso podrían llegar a pensar.

Sin embargo, Lick insistió en que las computadoras tenían que conectarse con las personas en términos de las personas, no de las máquinas. La interfaz tenía que ser intuitiva. Expresado más vívidamente en su artículo de 1960 «La simbiosis hombre-computadora«, las visiones de Lick parecen anacrónicas hoy en día: computadoras personales, interfaces gráficas, interacción de voz, Internet (la llamó la Red de computadoras intergaláctica), fuentes de referencia en línea y lo que ahora conocemos como agentes inteligentes, estaban en su portafolio de iluminaciones radicales.

Pero el mundo de la informática, una parte cada vez más vital de la economía, seguía una ruta constante y productiva. Los operadores ingresaban códigos arcanos y las máquinas escupían resmas de páginas útiles llenas de datos. Fue el comienzo de la era de la información, y el espíritu del mundo de la época simplemente no lo entendía. En los años 70, el CEO de DEC aw preguntaba anonadado: «¿Por qué alguien querría una computadora en su escritorio?»

Así que el trabajo de desarrollar la máquina de los sueños del título de este libro recayó en los rebeldes, los extraños y los desclasados. Los soñadores estaban en MIT, Carnegie Mellon, UCBerkeley, RAND, BBN, SRI y Xerox PARC. Y el empresario, el financista, el consejero, el protector y el animador de esta banda rebelde era Licklider, para entonces en el Departamento de Defensa.

Las necesidades de manejo de la información de los militares no eran -supuestamente- tan diferentes de las de los civiles, por lo que, bajo el paraguas bien financiado de «necesidades de seguridad nacional«, Lick orquestó su simbiosis humano-computadora. La historia es fascinante y se desarrolla a lo largo de casi 500 densas páginas de política, personalidades y pasiones entreveradas. El autor habia ya hincado el diente en una fascinante historia de la complejidad.

Tampoco Licklider es el buenazo que aparece en las crónicas muy cooptado como estaba por el paradigma de la defensa (aunque con bajo nivel de seguridad). Pero supo rodearse de rebeldes como Alan Kay y Douglas Engelbardt y -queriéndolo o no- dedicó ingentes % de sus elefantiásicos presupuestos a favor de las corporaciones- pero abrió también un espacio para el mundo de la expresividad y la personalización

SINTESIS

Por primera vez en los pares inusuales dejamos abierta la síntesis. Dos obras muy difíciles de conectar como son una historia comparada de una conquista exitosa y otra fallida, y una reconstrucción magna de los orígenes de la computadora personal (con sus pros y sus contras), nos dejan en un lugar mas que incómodo.

¿Cómo se articulan la facilidad de la conquista americana y la imposibilidad de la conquista china, creado dos continentes incomparables, donde el repechaje económico de China con 0 libertad política contrasta, con una desigualdad gigantesca en America Latina con bolsones de democracia mas o menos resistentes?

Con la tecnología que llevaría a la invención de la computadora personal nos pasa algo parecido. Mas allá de las promesas sin fin, con cambios inesperados de la subjetividad -una vez convertidas en miles de millones las máquinas interconectadas- el sueño de LickLider de una emancipación planetaria no se cumplió -y el de Engelbart mucho menos aún. Quizás todo lo contrario

No sabemos si existe un libro SINTESIS que muestre como la resistencia a la conquista y el uso de una tecnología emancipatoria podría crear un tipo de sociedad ideal, que no es ni USA ni China. Al revés. A lo mejor el aislacionismo chino ancestral, la ingesta (o robo de tecnología en las décadas iniciales del despliegue del programa capitalista de Estado de Deng Xiao Piang) y su uso para el control ciudadano a lo mejor tienen un patrón común que habrá que aclarar en detalle.

Mientras, el cruce de libros que están en anaqueles muy distintos, genera un cúmulo de preguntas que ameritan seguir en nuestra investigación de los pares inusuales. De las distinciones no previstas. De las conexiones inesperadas.

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