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9 resultados de búsqueda para «leer abre los ojos»

Leer abre los ojos. Pero para ver el mundo de hoy se necesita leer muchas mas cosas que solo texto

Resistencia, lejos muy lejos

Estuve en Resistencia por primera y única vez hace unos años. Cuatro o cinco. Quizás el News se acuerde de la fecha con mas precisión que yo. Era una tarde de calor agobiante y me habían invitado por indicación de Juan Carlos Asistein a unas jornadas de TIC’s y educación que, dormidas durante casi una década, habían despertado de pronto y me tenían de invitado estelar.

Ese día apenas ví algo de la ciudad, creo haber corrido de un lado a otro, tal vez conocí a la Ministra de Educación (que era también responsable de CyT), y me quedó una imagen de docentes con ganas, ávidos, dispuestos a saber de que se trataba.

Volví anteayer al Chaco, esta vez de la mano de Mempo Giardinelli quien hace 15 años se lanzó a una aventura maravillosa y generosa cual fue inventar la Fundación Mempo Giardinelli en el Chaco para el fomento de la lectura.

Los filosofos perros

cinicos3c.jpg 1. La filosofía que nunca cesa

Quienes se dieron cuenta antes que yo mismo fueron mis amigos Horacio Gonzalez y Heriberto Muraro. Fue cuando en una histórica (y grabada en video aunque nunca consegui la copia) presentación en el ICI de Buenos Aires a mediados de 1996, dijeron sin empacho que Ciberculturas 1.0 era un libro de lesa filosofía.

Que mas alla de desvíos y de encubrimientos, que rompiendo con el disfraz y los atajos de un video que yo mismo edite y que acompañó la velada, que mas alla de los temas y las cuestiones, el estilo y el espíritu que impregnaba ese libro, no era otro que el de la vieja y siempre redivida filosofía.

De los avatares complejos de tener un padre filósofo

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El domingo es el
día del padre. Hay que comprar un regalo. Qué se le puede comprar a un tipo al
que lo único que le interesa es la Filosofía. 
Durante el transcurso de su vida, mi viejo ha tenido unos pocos hobbies:
jugó al tenis y al ajedrez , estudió (muchísima) filosofía, escuchó
conciertos colgado de la última lamparita del Colón. Por ese entonces existía   un abanico de posibilidades para regalar : hemos
inundado la casa de pelotitas Dunlop y de distintas versiones de las sinfonías
de Beethoven: en disco, cassette y CDís según pasan los años. Intentamos,
con diversa suerte, biografías de ajedrecistas famosos, y algunos 
otros libros dedicados al tema . En los períodos menos imaginativos le
hemos regalado algunos sweaters pero  permanecieron
doblados en el estante correspondiente soñando con la eternidad.
 

El
tiempo ha pasado y mi viejo ya no juega al tenis, podría pero le da fiaca, ni
al ajedrez, tuvo que dejarlo porque le hacía mal a su úlcera, ni concurre tan
fecuentemente al Colón, aunque  creo
que ahora va a los que organiza la Facultad de Derecho los sábados por la
noche.  Eso sí, continúa
cultivando el arte de la Filosofía. La apuesta obvia es entonces, comprémosle
un libro de Filosofía.  Ahí es
donde empieza la dificultad de tener un padre filósofo con un pensamiento
irreductible. O expresado de un modo más simple, nunca sabemos si la vamos a
pegar.

¿Cómo hacer para que el futuro inequitativo que llegó hace rato se vuelva un bien común (para muchos)?

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Estamos en una misión:
se nos llama a configurar la Tierra.
Novalis

Hemos perdido el futuro pero no podemos seguir perdiendo el tiempo.

En una obra reciente mas que concisa y certera Marina Garcés (2017) hace un análisis muy poco complaciente de la anti-ilustración propia del mundo contemporáneo. Si hace 200 años atrás el gran filosofo Immanuel Kant decía que la ilustración (la emancipación de la humanidad a través del conocimiento justo y la política libertaria) no era un estado sino una tarea, Garcés sostiene que la anti-ilustración actual no es un estado, es una guerra.

Autoritarismos, fascinación por lo pre-moderno (todo pasado fue mejor), retrotopías (Bauman, 2017) son el nombre del nuevo juego. La educación, el saber y la ciencia se hunden, si no proponen soluciones laborales, técnicas o económicas (solucionismo).

Apóptosis institucional y reinvención por emergencia

libroUn libro no cambia el mundo, ni el mío ni el vuestro, ni el personal ni el colectivo. O casi nunca lo hace. A menos que se trate de una novela genial, de un ensayo desmistificador, o de un poema que sintoniza con nuestra veta más etérea y romántica, en el momento justo o junto a la persona apropiada.

Un libro no cambia a las organizaciones por más que se trate de los clásicos que han permitido reinventarlas o rediseñarlas, desde Max Weber a Frank Taylor, desde Elton Mayo a Chris Argyris, desde James March a Peter Drucker, para no hablar de los gurúes de las últimas dos décadas desde Michael Porter a Geoffrey Moore, desde W.Chan Kim a Clayton Christensen, desde Jim Collins a Eric Ries, desde Jason Fried a Peter Thiel.

Pero las organizaciones por mas dogmáticas que sea, cambian… o mueren. Muy pocas veces a la velocidad requerida, casi siempre a destiempo, sacrificando en el medios vidas e ilusiones, cumpliendo malamente sus misiones y funciones. Con algunas excepciones como Apple en sus inicios o Ultimate Software en nuestros días.

La 2da Vuelta de #Datos2012 a la luz del 4to Intercátedras

El gran viraje
En el año 2009 después de largos 13 años de existencia, la cátedra Procesamiento de Datos inició un gran viraje que llevaría a enormes turbulencias internas de la que aun no terminamos de salir. La situación no sería ni grave ni novedosa, salvo que en mas de una ocasión esta reinvención pareció cortarse por el eslabón mas débil, cual es tener a los alumnos como rehenes de concepciones muy distintas acerca de lo que es una cursada universitaria. Y en enormes dificultades al momento de evaluar la cursada y de reconocer los aprendizajes.

Mientras la crisis de las universidades es vivida en muchos lugares del mundo como una oportunidad para el cambio en el caso nuestro, combinada la problemática con una crisis de las instituciones en general cada día mas aguda, son pocos los intentos realmente interesantes de rediseñar los procesos de transmisión y de convertirlos en instancias de transacción. Algo en lo que venimos embarcados desde hace muchos años con suerte diversa.

En tanto, lo que vemos permanentemente son discusiones eternas acerca de cambios de planes de estudio centrados mas en la ecología de poder de los feudos en los que se han convertido las cátedras, luchas intestinas intraorganizacionales que clonan en mayor o menor medida las de la política macro convencional, y sobretodo una extraña sensación de deja vu ligada a una defensa directa o indirecta de lo académico como espacio de crítica, antes que una revision integral del lugar de la reflexión o la teoría en un mundo de abstracciones crecientes. Y consiguientemente como respuesta la creación de espacios de producción colaborativa orientada hacia la solución de problemas y necesidades, como los labs de distinto tipo (desde los ciudadanos a los Fablabs, desde los Hacklabs a los Medialabs) están revelando.

Cinedocumentando el pasado. Cuando el subjetivismo lo invade todo

Visitando catedrales del saber

Ocasionalmente visito Guadalquivir esa hermosa y bien dotada librería de Callao y Marcelo T, pletórica de novedades españolas a precios impagables, de ensayos sobre todos los temas que me apasionan, de flamantes volúmenes recién llegados a los anaqueles que impertérritos se desploman sobre las librerías todos los meses, aunque los censos de lectura amenazan con su muerte inminente.

Y a pesar de que mis bibliotecas ya hace rato que han estallado y que nuevamente casi un centenar de libros desborda el cuarto de visitas que hace de biblioteca o viciversa, son demasiadas LAS tentaciones como para no seguir hurgando librerías, preguntándole a Google y a Amazon que hay de nuevo, y sobretodo para impedir toparnos con autores inéditos, con problemáticas poco trilladas, con experimentos y expediciones a los rincones mas ignotos del conocimiento y la experiencia, como para no tentarnos con una nueva compra, una renovada lectura, un enésimo cruce de fronteras y una apuesta siempre renovada por la pauta que conecta,

El sol y la muerte

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Contra Heidegger

Nuestro primer encontronazo serio y fuerte con Peter Sloterdijk tuvo lugar en la editorial nº 3187 Manifestaciones de la razón cínica. Teoría y aplicaciones. Allí avizorábamos el encontronazo que el filosofo post-nietzcheano había tenido contra la escuela de Frankfurt y en especial con Habermas.

Lo que Sloterdijk decia de intolerable en ese momento era que si el humanismo habia sido rechazado por Heidegger en su carta como respuesta a Sartre, no había sido por un capricho del gran filosofo alemán, sino porque este ya vislumbraba que la educación que estábamos recibiendo y dando los humanos no era buena, en el sentido que dejaba por fuera la verdadera dignidad del hombre, que está en otra parte y que no es la razón occidental, ni son la ciencia y la técnica, sus hijas.

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