Tomándonos en solfa a la filosofía y en serio a todo lo demás
El insípido Diccionario de Filosofía de José Ferrater Mora (Alianza, 1979) define argumento como un razonamiento mediante el cual se intenta probar o refutar una tesis, convenciendo a alguien de la verdad o de la falsedad de la misma. En cambio no dice palabra alguna respecto de la palabra polémica que seguramente verá como algo mucho mas insubstancial e indigno de las profundidades filosóficas. Lo cierto es que a principios del siglo XXI lo que vemos es cada día mas polémica y cada día menos argumentación.
El hiato entre una cosa y la otra es inmenso. Parece increíble que un político entienda el abc de la argumentación, y es casi impensable que un académico o intelectual se interese por desmontar la carcaza de polémica estéril atizada infinitamente por los medios de masas, que agarrota las mentes.
No solo los filósofos no argumentan ni discuten como si lo hacen los ingenieros o los médicos. Su idea misma de discusión y especialmente de quienes -por hacerlo- son miembros de su tribu y de quienes no, cambian en cada caso.
Pero con un poco de candor y ganas, es bastante fácil aproximar el estudio de la evolución del pensamiento filosófico al de las creencias de distintas tribus, tales como los Azande y los Nuer, los Hopis y los navajos, los Trobriandeses o los somoanos, tal como lo han hecho en monografías brillantes, especialmente los antropólogos pertenecientes a la escuela etnográfica inglesa.
Es virtual la realidad? Quiero retomar en estas líneas de hoy el tema que Victor propuso en el seminario interno del prime rcuatrimestre del 2002: Senso-Percepción. Todo bicho que camina necesita información sobre su entorno para conseguir su comida, guardarse de no ser comido por otros y tratar de reproducirse. En «pensar» los homo sapiens consumimos el 20 % de nuestras calorías, para lo cual necesitamos un cerebro casi cuatro veces mayor que el de nuestros primos los chimpances.
Internet no salió de la nada. Hubo variadas y complejas motivaciones que dispararon su construcción. Desde necesidades militares hasta ambiciones políticas, desde sólidas decisiones científicas hasta obsesiones místicas jalonaron su desarrollo incluyendo su explosión comercial en 1994/5 -llegando hasta el presente, cuando promete volverse interplanetaria.
En otra clave Internet también debe reinscribirse como un capítulo recentísimo en la historia de los medios. Y como tal participa de las utopías comunicacionales que jalonaron el devenir masivo de todos los medios anteriores.
Cuando hace dos años atrás, la web seguía creciendo a un ritmo exponencial, la tasa de muerte de los sitios era del 44% anual, lo que suponía que si los links de referencia no se actualizaban anualmente, casi la mitad serían inaccesibles solo un año mas tarde de cuando la referencia original se habia puesto en la red. Y a medida que nos alejábamos en el tiempo las posibilidades de hacer un click y obtener el resultado esperado descenderían exponencialmente.
Una sola vez me presenté a un concurso universitario. Fue en 1986 en la supuestamente renovada cruzada alfonsinista de devolverle seriedad, transparencia y profundidad a las instituciones. En la facultad de Filosofía y Letras. En la UBA. Fue un fiasco. Se trataba de la adjuntía de Filosofía de la Ciencia, y el mismo había sido amañando para que lo ganara Rodolfo Gaetta, después eyectado de un cargo administrativo universitario en La Plata acusado de plagio y fraude académico. Tan sucio fue el juego que tardó tres años en sustanciarse con apelaciones y golpes bajos provenienets de varias partes.
Muerta la Realidad Virtual, Viva la realidad virtual
Aprovechando el ausente perfecto y permanente de mi no-comisión, la dilución del espacio que la Realidad Virtual (RV) ocupaba en los teóricos del cuatrimestre pasado; aprovechando tambien el weblog y sus públicos, mi tiempo destinable a la cátedra y la existencia de la escritura online (aun) voy hacer algo por la patria que será ir desenrollando algunas descripciones y postales ciberculturales sobre RV.