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Oda a Conrado Eggers Lan

cara de Platon El domingo 25 de Febrero de 1996 murió Eggers Lans. Demasiado joven para un filósofo, demasiado viejo para alguien que tuvo que convivir con las barrabasadas que este país comete a diario. Todavía me acuerdo de los primeros garabatos que Eggers hizo en el pizarrón en 1968 cuando Filosofía y Letras había emigrado de su cuna en la mítica manzana creativa de Viamonte y San Martín (adonde todavía ahora está el rectorado), a un repelente ex-convento en Independencia y Urquiza, en una afeada zona de Buenos Aires.

Sobre esa pizarra ya vieja y cansada había escrito «Physis Kruptestai Philei» (a la naturaleza le gusta ocultarse). Jeroglíficos, criptogramas, grafía no románica. Buen comienzo para una novela de intrigas, de desciframientos, de develamientos y de confusion a granel que todavía continúa.

Eggers fue uno de los primeros (y todavía uno de los pocos) en sociologizar al pensamiento, en buscar las correlaciones entre la estructura de clase griega y la forma y alcance de su pensamiento. Enfrentando a una tradición espiritualista, fofa, untuosa como era -y sigue siéndolo- la academia argentina, Eggers fue al encuentro de la suciedad y las dificultades, de las verdades roñosas y del pensamiento que siempre tiene un precio, porque alguien debe pagar para que otros lo piensen.

Eggers había formado un conjunto de excelentes ayudantes mostrando que la crítica y el detalle necesitan de una andamiaje sólido, de un trabajo detenido, de una ampliación de la visión y de un compromiso que los tiempos de la cronopolítica de hoy ni siquiera pueden imaginar.

Nestor Cordero, Victoria Juliá, Jorge Sirolli fueron algunos de ellos y sus nombres todavía me reverberan en alguna neurona cuando al último que crucé fue a Sirolli en la Fontana di Trevi en 1984 y los otros dos hace mas de 20 años que son pura memoria.

Con Sirolli precisamente nos encontrábamos en la vieja Perla del Once los domingos a las 8 de la mañana (yo vivía en Olivos en esa época a 20km de distancia) para leer los «Primeros analíticos» de Aristóteles, para encontrar las fuentes de la lógica occidental, para bucear en la estructura de los razonamientos válidos.

Al poco tiempo Cordero se fue a París a hacer su tesis de doctorado sobre Parménides, y yo los fui a visitar en el frío invierno del 69 y allí estaba Néstor -esperandome solícito con su esposa segunda creo ya Estela, quien después haría una de las primeras maestrías de una argentina con Foucault.

Fue en las clases de Eggers donde me enteré de la muerte del Che. En las clases de Eggers seguíamos como resultado de partido de fútbol los avatares del Mayo francés. En las clases de Eggers empezamos a entender porque los griegos que habían pensado tanto, habían hecho tan poco. Sus prejuicios eran ideológicos. El trabajo manual era cosa de esclavos. Arquímedes estuvo a un tris de descubrir el cálculo infinitesimal, pero se paró justo antes de hacerlo ya que le faltaban motivaciones prácticas para seguir. La física experimental sería solidaria del nacimiento del capitalismo. Una sociedad esclavista está mas que contenta con pensar las órbitas celestes y la naturaleza irracional del número Pi. Del resto que se ocuparan las nannies bárbaras (porque no hablaban griego).

En un insólito seminario Eggers nos habló por primera vez de Herbert Marcuse y el pensamiento unidimensional y también mencionó en ese momento a un oscuro filósofo marxista francés llamado Louis Althusser, que con el tiempo se volvería famoso por razones variadas, entre ellas la de haber asesinado a su mujer, y anotarlo literariamente en su autobiografía intelectual.

También Eggers formaba parte de grupos de cristianos peronistas que confluirían en otra revista mítica, «Envido» en donde publicaron artículos brillantes e irrepetibles Juan Pablo Feinman, Horacio Gonzales, Arturo Armada, Amelia Podetti y otras luminarias de la época.

Eggers fue humanista y peronista, filosófo y cristiano comprometido, afín a las cátedras nacionales que liderara en la Carrera de Sociología Justino O’Farrell (por escaso tiempo decano apoyado por los Montoneros) y enérgico defensor de causas nobles, públicas y desinteresadas. Vivió con sus muchos chicos y animales favoritos en una quinta en Carlos Casares que algunos privilegiados llegaron a visitar.
Fue nombrado director de la carrera de Filosofía con Justino O´Farrell y en la universidad montonera de Rodolfo Puiggros. Šepoca loca y difícil si las hubo. Šepoca de enfrentamientos violentos y de pasiones desatadas. De proyectos soberbios y esperanzados y de maniobras, chicanas y roscas sin fin.

Demasiada realidad para alguien que necesitaba de las mediaciones para poder hacer pie en el berenjenal del presente. A Eggers lo usaron y el se dejo usar. Sus pocos meses en la dirección de la carrera lo marcaron para mal, para siempre, y lo condenaron a un exilio que lo desgastó, a una mishiadura que lo fue doblegando y a una tristeza sin fin que 10 años de reencuentro con la Argentina (a los 59 años) ya no podrían sosegar.

Destino triste y no buscado. Destino impuesto por el movimiento de la historia, por la astucia de la sinrazón y sobretodo por el triunfo (¿final, definitivo, artero, desgraciado, irreversible?) de un proyecto político-económico-cultural que no era el suyo. Y que tampoco es el nuestro (desembocando en la tragedia de fines del año 2001).

Resultaba patético Menem haciéndose el leibniziano y diciendo que este era el mejor de los mundos posibles. Resultaba patético el secretario de seguridad Piotti jugando a las escondidas con el jefe de la Policía Federal para ver quien cargaba con el número de fax en el membrete para exonerar a los 11 policías malos de una fuerza ejemplar. Resultaba patético ese mismo jefe de policía diciendo que sus fuerzas son 33.000 corderitos, y que el único lobo malo es el que le pegó un tiro por la nuca a un adolescente, pero que no será culpable hasta que la justicia lo condene. Resultaba patético el poli-ministro Domingo Felipe Cavallo acusando a quien mas le gusta de mafioso, y después que no pasara nada. Resultaba patético que un ex-diputado tapase la acusacion de coimero instiendo con que amenazaron a su esposa. Tantas cosas resulta(ba)n patéticas, para no decir risibles ya que el escándalo es un vocablo que se exilió de nuestros vocabularios y diccionarios.
Eggers era de la misma pasta que Boris Spivacow -el fundador de Eudeba y el Centro Editor de América Latina-, artesanos y artífices, letrados por excelencia, cultores de los clásicos y al mismo tiempo lectores lúcidos que sabían de la relevancia de esos escritos supuestamente apergaminados para encontrar las claves ocultas del presente -y sino de fabricarlas.

De patetismo quizás también se murió Eggers. Nadie que dedicara horas y días a tratar de entender un párrafo, a reconstruir una oración, a buscar la congruencia de un verbo o la importancia de un sustantivo (de la palabra empeñada por el escritor) podría entender esta comedia de redundancias, estas lógicas disonantes y contradictorias, esta devaluación absoluta del sentido y de los proyectos que es la estpoda de cada día en el Tercer Milenio.

No solo a la naturaleza le gusta ocultarse. A la sociedad también le gusta ocultarse. Y poco pueden las ciencias sociales convencionales, la política tradicional y el desinterés de un estado deshauciado para desembucharla. Es por eso que las enseñanzas de un Eggers (tangenciales, transversales, indicativas, reverberantes) me fueron -y siguen siendo tan útiles- mas allá de consignas o de dogmas, de autores favoritos o de inclinaciones juveniles.

Conocí a Eggers en Marzo de 1968. Fue uno de los dos únicos profesores -junto con Ricardo Gómez- que me dejó un lindo recuerdo de la mítica carrera de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires de fines del 60.

Eggers me inyectó la pasión por los clásicos y por la filosofía desacartonada. Vivió modesta e intensamente. A diferencia de la mayoría de sus contemporáneos, y de la generación que lo siguió, ni se corrompió, ni transó. Pero como dirían algunos jóvenes intemperanters del universo digital Eggers se lo tenía merecido porque fue un «fascista de izquierda». Y deberíamos agradecerle a los militares haber exiliado al mas grande especialista en Platón de América Latina. Si se hubiese dedicado a pensar solamente, y a no contaminar mentes como finalmente hizo, todavía estaría ordeñando a las vacas helenas en Carlos Casares.

Pensar a veces se paga caro. Eggers lo acaba de hacer. En cuanto a esos periodistuchos que cada tanto nos brindan su atención hoy estarán un poco mas alegres. Uno de los que pensaba críticamente ya no está… sobre la tierra. Pero sigue tan vivo y molesto en nuestras redes neuronales como hace casi 30 años cuando nos conocimos, a pocos meses de la noche de las bastones largos que reinició la decadencia de la Universidad Argentina tratando -y lográndolo a veces a través de este mismo medio- que epopeyas como las de Eggers se propaguen, que ayudantes como los que él formo tengan descendientes, que los que fuimos tocados por su varita mágica no claudiquemos. Ahora les toca a los Marcelitos Chiantores y a los Christian Schwartz, a las Marinas Umaschis y a las Paulas Lorenzos, a los Ivanes Adaime y las Florencias Morados.

Esta nota fue publicada originalmente en el INTERLINK HEADLINE NEWS No. 393 del martes 27 de febrero de 1996 bajo el título A LA NATURALEZA LE GUSTA OCULTARSE y fue leída públicamente en el Homenaje que le hiciera su hija Margarita, en Abril de 1997 en la 23a Feria del Libro de Buenos Aires.

Publicado enAnti-Filosofia

28 comentarios

  1. Marcela García Henríquez Marcela García Henríquez

    Estimado Señor: hace un rato me preguntaba sobre la mejor experiencia académica de mi vida. Entonces, en el buscador de Internet, tipeé «Eggers Lan», y dí con su artículo.

    El Profesor Eggers Lan fue el mejor profesor que tuve en mi vida. Cada segundo de sus clases fue de total disfrute para mí. Los apuntes están amarillos, y los guardo como mi mejor tesoro.

    Extraño a gente como mi profesor Eggers Lan. Fue para mí un ejemplo.

    Gracias por su artículo.

    Marcela

  2. Cecilia Grodsinsky Cecilia Grodsinsky

    Buscando comunicarme con Jorge Sirolli encontre este articulo del profesor Eggers Lan, que fue un profesor de lujo que tuve a comienzos de los 60 en el Colegio Nacional de Moron.

    Desde Escocia un tardio homenaje a su persona.

    Si alguien sabe algo de Jorge Sirolli, que por favor se comunique conmigo.

  3. Rufino Mario Lucero Rufino Mario Lucero

    Conoci a traves de sus textos, hace muchos años atras al prof. Eggers Lan,
    En su comentario a la alegoria de la caverna.
    No tuve la suerte de tenerlo de profesor,solo lo encontre en una sencilla y cuidada tumba cuando buscaba la de mi abuela.
    Sus restos descansan en el cementerio parque de Hurlingham,junto a la de humildes trabajadores, tal como el lo hubiese querido.
    Dedicad una oracion para su alma.

  4. laurapodetti laurapodetti

    Un poco tarde encontré esta nota del gran profesor y mejor persona E.Lann, legendario en la facultad. Yo estudiaba Historia. MI hermana Amelia se honró con su amistad. Era del grupo de profes peronistas y sabios, que quería a sus alumnos y a la patria. Laura Podetti

  5. Guillermo de Almeida Guillermo de Almeida

    Quiero comunicarme con Cecilia Grodsinsky para darle los datos de Jorge Sirolli . Persona que busca

  6. VIOLETA RODRIGUEZ VIOLETA RODRIGUEZ

    yo tambén lo tuve de profesor a «Egeers lan» inolvidable !!!!!
    :año 1958 nacional de morón .
    ahora en unas charlas que dió Feinnman , lo nombró y se me estrujó el corazón …..la semilla que dejó en aquellos tiempos recién ahora la recojo … pero nunca es tarde , me gustaría comunicarme con gente que lo conoció

  7. ani manno ani manno

    acabo de empezar a leer a Eggers Lan en este 2008 y por indicaciones de I Costa y le estoy muy agradecida y a esta nota por darme más de él

  8. susana  estevez susana estevez

    Ayer recordaba a Eggers Lan. Fue profesor en el Nacional de Moron y lo recuerdo con tanta admiracion…..el les decía a unos condiscípulos Tacuara ultranacionalistas » que las fronteras eran ridículas….que un jujeño tenía más que ver con un boliviano que con un porteño»….esa sola frase dicha con la convicción y la profundidad que lo caracterizaba contribuyó a abrir mi cabeza adolescente a miradas mucho más amplias de la realidad.
    Me gustaría contactarme con Cecilia Grodsinsky o con Violeta Rodriguez que lo conocieron en el mismo ámbito….

  9. Antonio Fragalá Antonio Fragalá

    Con gran emoción leo estas palabras consagradas a Conrado Eggers Lan. Fui su alumno -como tantos otros- en la Facultad de Filosofía y, hace unos momentos, me sentí llevado a poner su nombre en el buscador Google, luego de tener entre mis manos el profundo libro de Néstor Luis Cordero sobre Parménides: «Siendo, se es». Eggers como titular de cátreda, y Néstor como ayudante, me introdujeron en la Filosofía Antigua.
    Me maravillaba, en aquellos tiempos, que un investigador de la envergadura de Eggers, antes de comenzar una de sus clases, nos pidera que rindiéramos un homenaje con unos instantes de reflexión y silencio, a obreros caídos en una de las tantas refriegas político-militares de la época. Y ahora me maravilla que, toda la erudición de Néstor Luis Cordero, que yo conocí cuando él era apenas un muchacho, no entienda que pueda encontrarse desencaminada la encomiable dedicación, al mismo tiempo de su erudita formación, al estudio del tango y del lunfardo.
    Agradezco a la invitación para dejar estampado este comentario para expresar mi reconocida admiración por las dos figuras, en una realidad argentina que sólo parece ocuparse, en ocasiones,de tonteras, dejando de lado cosas sustanciales como las del homenaje de esta «Oda a Conrado Eggers Lan» que circunstancialmente descubrí.

  10. Antonio Fragalá Antonio Fragalá

    Releyendo mi comentario anterior, por falla de estilo, omití decir que lo de Cordero me «maravilla»…positivamente. Un hombre con una obra más que señalada y reconocida por los especialistas, ha sabido unir lo académico, con nuestra música y nuestra habla populares. Elimino así la ambigüedad. Cordero, hoy ya maduro, me sigue dando lecciones, al unir extremos que, para tantos académicos, siguen siendo opuestos. Un gran cariño de tu alumno.

  11. Cecilia Grodsinsky Cecilia Grodsinsky

    Guillermo de Almeida, me intersaria comunicarme con vos , perdon que no vi esto antes, saludos, Cecilia

  12. fernando fernando

    Muy feliz y emocianado de haber encontrado todo esto, fui alumno de Eggers lan en sus clases de filosofia Antigua en la vieja facultad de Independencia.
    ese año; desarrollo ·los griegos y la violencia·.
    Escribio un libro maravilloso que se llamaba » Estructuras y violencia». Lo perdi entre exilios y mudanzas y no consigo ubicarlo mas . Alguien tiene alguna referencia Gracias

  13. Cecilia, perdón por el error al poner tu nombre. Vos conoces a una tal Cuchuca.
    Guillermo

  14. Norberto Conti Norberto Conti

    Fuí alumno de Eggers Lan en el primer curso que dió al volver del exilio en 1985 en Filosofía y Letras, yo, médico recién recibido en la Universidad del Proceso, quedé maravillado por la prosa de ese hombre que dejó en mi la semilla de la pasión por la Filosofía Antigua, el curso que dictó se titulaba «El concepto de dialéctica» y hacía un recorrido de Anaximandro a Platón, el Prof. Mascialino escuchaba atentamente todas las clases y le cedió a sus ayudantes para ese primer curso. Amo la Filosofía toda y la Antigua en especial y considero que tuve el enorme privilegio de conocer y escuchar a ese hombre sabio de vida tan humilde como la grandeza de su conocimiento.

  15. lucio bellomo lucio bellomo

    Sí, claro, que lo conocí; fui alumno de él en el CNBA. Recuerdo que, en su primera clase escribió las bases para que la vida tenga un sentido: la Humildad, el seguir siempre la VERDAD, vivir con lo necesario, buscar la culpa en uno mismo de las cosas que ocurren en nuestro derredor, amar al amigo y al enemigo, y la coherencia entre lo que se dice y se hace y tantas otras cosas .. todas muy cristianas, de verdadefa Fe, con un profundo respeto por el AMOR y la condición humana, el respeto del otro como persona, y amante de GANDHI y de la fuerza de la NO VIOLENCIA. Influyó en mi toda mi vida profesional. Lo conocí cuando estab en Castelar con sus hijos, pasaba horas escuchano mis escritos .. Un lujo de persona .. ¡¡ Conrado .. te recuerdo con cariño!! A Fernando, el libro se llama ‘VIOLENCIA y ESTRUCTURAS’

  16. Alfredo Alfredo

    En la vida, Dios nos da la posibilidad de conocer gente que nos sirve de guía. Para mí, Eggers -como lo llamábamos en la facultad- fue modelo de docente, de intelectual y de compromiso militante. La muerte podrá tener sus cenizas, pero su alma está viva en nuestros corazones.

  17. marta marta

    Cuánto llega hasta mi a tantos años de febrero de i996! Usted mi dulce señor, compañero Conrado lan! El sol, la linea y la caverna….aqui a enorme distancia del tiempo encuentro a sus otros que se hablan entre si, entre los pliegues de su sombra. Muy lejos del mundo escribo a los otros desde usted, desde punta indio, mi casa.

  18. Marta Lilian Marta Lilian

    A partir de la «Traducción directa, ensayo preliminar y notas de Conrado Eggers Lan», del CRITÓN/PLATÓN (2da. edición de 1976), me puse en contacto con todo lo que pudiera encontrar sobre este «Señor».
    No lo conocí, pero luego de leer estos homenajes, creo que puedo decir que los que hacen con letras… dejando su legado escrito, su producción singular de tantísimos años de investigación y trabajo… llegan! A algún lugar llegan…!!! A algún lector…
    Sirvan estas pocas palabras para homenajear al que, por lo leído, fue maestro de tantos…
    En esta tarde de invierno, con lluvia, algo me ha tocado para seguir leyendo a los clásicos.
    ¿Esto es transmitir… desde un tiempo y un lugar no pisados y pasados, a esta lectora en esta mesa, la de mi casa? SI.

    Atte.
    Marta Lilian de Toro.
    (envidio profundamente a los que lo conocieron en sus clases!!!)

  19. Hola a todos, que hermosos y afectuosos comentarios, que comparto. Tengo un amigo menor que yo, Martin Glatsman, que en los 90 estudiaba Filosofía en Puan. Como habiamos comenzado a estudiar a Hegel juntos, un día de 1994 me dijo,venite a las clases de Eggers Lan, y eso hice. Sus clases y las de Victoria Julia, me partieron la cabeza. Soy economista y ahora volví a sus libros y apuntes para profundizar el curso de ese año sobre la doctrina del «ser», necesito ese aire fresco. Encontré de casualidad este blog, buscando el seminario del año 68 : «Pensamiento unidimensional Aristoteles-positivismo versus Pensamiento bidimensional Platón Hegel » asi anoté en los apuntes. Citaba a Marcuse y su libro » El hombre unidimensional» que en los años 70 lo leíamos. Me gustaría conseguir apuntes o algún rastro de ese seminario . Gracias y hermosa la Oda

  20. Cecilia Cecilia

    Guillermo esto es increible, anios sin encontrarte. Si, claro, Cuchuka, si lees esto contestame por favor. Gracias

  21. Carlos A. Casali Carlos A. Casali

    Conocí a Eggers de modo extraño: hablaba de él Ernesto Lacroce hacia fines de los funestos setenta en las clases de Filosofía Antigua (de la UBA) y yo, que en esos años empezaba mi relación con la filosofía, escuchaba ese nombre como algo más bien exótico (Eggers). Después leí a los griegos gracias a él y a través suyo. Después lo conocí personalmente (en la Fundación Origen hacia fines de los ochenta). Mi mejores recuerdos.

  22. Ricardo Koon Ricardo Koon

    Hola Cecilia

    Por favor puedes comunicarte conmigo
    Gracias

    Ricardo
    desde Río Negro/Argentina

  23. Conocí al profesor Eggers Lan en el año 1961, pues fui uno de sus alumnos en cuarto año del Colegio Nacional de Morón. Se destacaba entre muchos excelentes profesores por establecer una relación especial con el conocimiento y con nosotros. Lo visité en su casa de Castelar donde tuvimos varias conversaciones acerca del sentido de la vida y de sus convicciones humanistas y cristianas. Haber conocido entonces su numerosa familia y disfrutar de su sabiduría resultaron muy importantes cuando tuve que tomar decisiones cruciales en mi vida. A pesar de que en la universidad opté por estudiar Ciencias Exactas (donde tuve extraordinarios profesores como Klimovsky, Sadovsky, Spivacow, Trejo y muchos otros), necesitaba de la voz de los presocráticos trasmitida por Eggers y, pocos años después, me anoté en Filosofía y cursé la materia de Filosofía Antigua, en su cátedra. Agradezco la oportunidad de participar con este pequeño comentario al homenaje de un verdadero Maestro.

  24. Hemos vuelto a publicar Violencia y estructuras en Editorial Maipue. Se puede comprar en libreria o solicitar por pagina web o facebook

  25. Patricia Dominguez Patricia Dominguez

    Tuve el privilegio de ser alumna de su padre en la Universidad Nacional Autónoma de México en 1984. A pesar del tiempo transcurrido no he olvidado cómo disfrutaba sus clases., lástima que solamente fue un semestre. Sin duda, el fue el mejor maestro que tuve, un gran hombre al que siempre recoradré con mucho cariño. Le mando un abrazo muy fuerte desde la Ciudad de México.

  26. Julio Andrés Bellomo Julio Andrés Bellomo

    Hoy, a los 77 años, me reencuentro con el pasado. Fui alumno de Conrado Eggers Lan en el Colegio Nacional de Buenos Aires, en 1958. Luego no volví a verlo ni a saber de él. Me recibí de médico y en mi vida ya larga, he recorrido muchos caminos; profesionalmente, ligado a la medicina de diversas maneras, y en mi familia, que recibió la gracia de 12 hijos, dos Consagradas, una en la Congregación de la Madre Teresa de Calcuta y otra en Schoenstatt.
    Fueron pocos meses los que tuve la Gracia de compartir con él en el CNBA. También podría repetir lo que más arriba escribió mi primo y condiscípulo, Lucio -ya fallecido-. Vaya este testimonio como homenaje a quien dejó en mí, como en tantos otros, una huella imborrable, y mucho de lo que soy y fui.

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