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De Aby Warburg a Jose E Burucua

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El cuestionario Proust

Cristina Mucci en su insufrible programa Los Siete Locos le propone a sus invitados (algunos brillantes como Hector Tizon, otros tan intranscendentes como la propia entrevistadora) un juego para cerrar su tertulia. Se trata del cuestionario Proust , al que al parecer no le escapan muchos (una breve compulsa en la web lo muestra contestado por Alejandro Rozitchner y Roberto Bolaño, Malena Solda y Caloi, entre gente bien pensante o bien sentiente).


Entre las preguntas obvias de dicho cuestionario están cual es nuestro escritor favorito y con que figura histórica nos identificamos mas. Entre las preguntas que no figuran en el listado hay una que cada tanto me re-planteo. A saber como pude haber vivido hasta hoy sin haberme preocupado por tal o cual hecho, o por tal o cual interpretación. ¿Qué tiene que ver eso de lo que recién me entero con todo aquello que me ha parecido importante hasta ahora y como pude vivir tan tranquilo sin conocer a tal autor o cuestión (como también a tal mujer o tradición?).

Tanto preámbulo acerca de un nuevo juramento y de ninguna y traición. Porque hace varias semanas que la cosa me repiquetea pero que no puedo convertirla en palabras. Se trata de un largo camino que enlaza entre si a cuatro personajes muy diversos. Los nombres propios de la cadena son: Aby Warburg, Ernst Gombrich, Carlo Ginzburg y José Emilio Burucua -todos de peso muy diverso pero ninguno ajeno a las preocupaciones que hace rato nos invaden y que por lo que vemos han llegado para quedarse.

Lo curioso es que del primero no teníamos la menor idea, del segundo habíamos leído algunas obras aisladas pero nunca estuvo en el centro de nuestras preocupaciones, del tercero tuvimos noticias en 1983 y jamas nos separamos de el, y el cuarto era apenas el nombre de un conocido que nos llevo a una vieja iglesia en Yavi, Jujuy en donde había restaurado unos frescos y sabíamos que era (o es) vicedecano en Filosofía en alguna época, en algún momento.

Ginzburg a su vez nos fue presentado por Enrique Tandeter en un inolvidable curso sobre teoría de la historiografía en 1983 en donde nos enamoramos para siempre de El queso y los gusanos (ver edito 3043 El éxito nunca es definitivo. Aquí y alla, entonces y ahora. El caso de Felipe II un rey universal (aunque escribimos alguna vez una nota sobre el tema en Mutantia pero nos parece haberla perdido para siempre. (Para otear de que la va el paradigma indiciario)

Nada curiosamente el libro de Burucua, que habla de la nota de Ginzburg que remite a la relación que Gombrich tiene con Warburg (y que dio lugar a la biografía seguramente mas importante jamas escrita sobre el (Aby Warburg: An Intellectual Biography (1970) viene precedida de una dedicatoria a Dora Schwartzstein Tandeter la fallecida esposa de Enrique. Así que el circulo y los círculos se cierran inexorablemente.

¿Pero de que se trata todo esto, que tiene que ver con el paradigma indiciario, y porque con nuestras fascinacíon por las conexiones se nos había escapado lo estratégico del rol de Warburg (que cumple para la historia del arte un papel no menos importante que el de Norbert Elias para el de las ideas en general)?

¿Que tenía Aby Warburg?

Warburg fue un judío alemán que se dedico a investigar la transmisión de la iconografía antigua en distintas culturas y las relaciones entre pensamiento mágico, arte, ciencia y religión. La habilidad de José E. Burucúa, autor del flamante Historia, Arte, Cultura: de Aby Warburg a Carlo Ginzburg, explica cómo el pensamiento de Warburg sirve para reflexionar sobre fenómenos en apariencia tan disímiles como el nazismo, el sacrificio del padre cometido por dos hermanas en Caballito hace unos años y la figura de Evita tomada por Montoneros.

Aunque yo no había oido hablar jamas de Warburg hubo gente proveniente de la filosofía como Vicente Fatone y Arturo Marasso, o historiadores como Angel Castellan y Héctor Ciocchini, quienes, ya en la década del sesenta, hacían circular el pensamiento de Warburg desde sus cátedras universitarias.

Los datos biográficos fueron bien sintetizados en la nota que recientemente Martin Paz publico en Pagina/12 aunque brindaremos una sintesis en la segunda de las tres partes de esta semblanza

Aby Warburg nació en Hamburgo en 1866, estudió filosofía, historia y religión en universidades de Alemania, Francia e Italia. En 1896, Warburg realizó su famoso viaje a Norteamérica, en donde permaneció durante seis meses entre las comunidades de indios Pueblo y Navajo, lo que le permitió ensanchar el universo de sus estudios más allá de las culturas del Mediterráneo, interesado como estaba en las relaciones entre el pensamiento mágico y el arte, la ciencia y la religión durante el Renacimiento,

En 1909 compró una casa en Hamburgo con la intención de mudar su biblioteca y crear un instituto de investigación, tarea para la cual, en 1913, contrató al joven historiador del arte Fritz Saxl. El comienzo de la Primera Guerra Mundial y una prolongada internación psiquiátrica entre 1918 y 1923 retrasaron la apertura del Instituto que finalmente se inauguró en 1926. Tras la muerte de Warburg en 1929 y con el ascenso de los nazis al poder en 1933, el futuro de la biblioteca se presentaba sombrío. Saxl, en una maniobra audaz y con la ayuda del gobierno británico, logró trasladar la biblioteca con sus 60 mil volúmenes a su actual estancia de Woburn Square en Londres y así escapar de la persecución.

En 1993, la ciudad de Hamburgo compró el viejo edificio de la calle Heilwigstrasse en donde desde 1997 funciona a modo de homenaje un segundo Instituto Warburg, como centro de investigación de historia cultural.

Para Burucua lo que redesperto el interés por la figura de Aby fue la segunda edición de la biografía de Gombrich en 1986. No menos importancia tuvo la compilación de ensayos que Carlo Ginzburg traducida hace poco por Granica en Mitos, emblemas e indicios que incluye otro texto no por pequeña menos estratégica en la evolución de le pensamiento de Warburg a lo nuevo. Se trato de De Aby Warburg a Ernst Gombrich.

La incompatibilidad ciencia/religión

El estudio de Warburg está dedicado al Renacimiento. Cómo se define la vuelta a la vida de lo antiguo en ese período y cómo interpretar el concepto en otros momentos de la historia del arte son interrogantes para los que Burucúa tiene respuesta apoyándose en Erwin Panofsky, quien descubrió que había habido muchos renacimientos hasta que se produjo el Renacimiento del siglo XIV y XV, que es en alguna medida el último, el que cierra todo un ciclo de despertares.

Si Warburg vuelve a pesar a mediados de los años 80 ello se debe a una conjunción de factores ente los que cuentan por un lado el ocaso de los grandes relatos, y por el otro una reinterpretación en clave nietzscheana, contra la de Gombrich que había sido una interpretación muy iluminista.

Porque si Warburg nos sorprende y agrada sobremanera es por la habilidad con la que encarna una tercera cultura, muy por otro derrotero de lo que vemos en los autores clasificados por Brockman.

En sus análisis, en sus estudios, en sus lecturas y sobretodo en sus propuestas de escaparle al dualismo están las dos cosas, la magia y la razón, en constante y perfecta tensión. Él era individualmente una persona que pensaba que el destino del hombre estaba en el despliegue de la ratio, pero también estaba siempre atento a la persistencia de lo mágico.

Pero si Warburg es mas que útil cuando de mirar para atrás se trata, lo es mucho mas en el presente por cuanto sus análisis van a contrapelo de lo que ha hecho de la ciencia moderna el templo (de la intolerancia). Porque la ciencia moderna no tiene nunca compromisos con lo mágico, desde el principio se manifiesta como irreconciliable. Ése es el mundo de la mentira y el engaño. Entonces, con esas dos vertientes, el mundo moderno es la primera civilización que se plantea que su axiología no puede pactar con la magia. Es el único caso en la historia de la humanidad en que pasa eso.

Burucua cita con tino porque en las civilizaciones del sur esa irreconciliacion no funciona con la fuerza que tiene en el Norte. El que ha vio muy bien este fenómeno fue Ernesto De Martino, un antropólogo italiano que ha citado a Warburg en un libro maravilloso que es Il mondo magico de 1948. De Martino atribuye esta persistencia de lo mágico en el meridionale italiano a que en cierta forma esa sociedad no ha extraído más que dolor de la modernización. La modernización no sólo no ha solucionado ninguno de sus problemas sino que le ha aportado un dolor insoportable. Entonces se repliega a ese núcleo. ¿Y por casa como andamos?

Burucua ausculta astutamente adonde nos esta llevando la crisis de lo mágico: porque o bien volvemos a convertirnos en animales, con lo cual lo nuestro sería simplemente miedo y un reflejo de huida, que no es lo que esta pasando, o caemos en la escala individual en el homicidio y en la escala colectiva en algo parecido al homicidio que es la enajenación completa de nuestra voluntad en la voluntad de los otros, de otros en quienes delegamos todas las decisiones. Que se parece demasiado mucho a lo que esta ocurriendo entre nosotros, pero por razones muy distintas a las que creen los iluministas simplotes que no ven que el mal esta en el exceso de racionalidad y tecno-ciencia y no en su morigeracion o cautela en su uso y abuso

Habría mucho para sacarle el jugo en esta distinciones relativas a la ciencia racional, a los piqueteros y los crímenes impunes, a la sensación de desproteccion y a las ñoñerías con las que tratan de abarcarlas personajes como Mariano Grondona o Marcos Aguinis que no rozan ni remotamente con sus romos bisturíes hiper-analíticos (y vacuos) las desmesuras interpretativas que Ginzburg o Warburg nos invitan a compartir.

La oclusión de lo mágico como protección ante el horror de la disolución

Todo esto está muy bonito pero que tendrá que ver con las promesas de entender la figura de Evita o los asesinatos rituales del padre a manos de unas hermanas en Caballito hace un tiempo. Esto ultimo queda claro por la oclusión de lo mágico como protección ante el horror de la disolución. En cuanto a la imagen de Evita -algo que por otra vía convergente exploró Beatriz Sarlo en su ultima obra La Pasión y la Excepción– remite a la idea de Warburg de Pathosformeln o “fórmula de Pathos” o fórmula emotiva.

Estas representaciones gráficas, visuales, auditivas, producen una respuesta emocional y remiten a un significado compartido por los integrantes de una cultura. De este modo, el surgimiento de la fórmula tiene un origen histórico y se despliega en el tiempo dentro de una tradición cultural.

Quizás la fórmula emotiva de la Ninfa sea la más famosa de las clasificadas por Warburg. Se la registra en el siglo IV A. en los comienzos de la cultura griega y permanece, con mayor o menor visibilidad, a lo largo de toda la tradición occidental, como representación del poder de la vida joven. En la Edad Media muta o se oculta. Estalla en el Renacimiento, en donde se convierte en la imagen más rescatada del paganismo antiguo.

Al respecto, Burucúa sostiene que los argentinos tenemos nuestra propia Ninfa: Con el cabello suelto y el rostro entre sereno y exultante, es la imagen de Eva Perón ‘vuelta a la vida’ por los movimientos juveniles en la década del setenta. Esa imagen de Eva no había tenido una gran circulación durante los años del primer peronismo y luego del derrocamiento de Perón, ni qué decir. Sin embargo, es una imagen deslumbrante que surge resignificada décadas más tarde.

Pero no se trata de una asociación genérica sino que existen correlaciones (aunque no isomorficas) muy importantes que permiten ver en tal o cual personaje histórico la encarnación de este pathos atemporal. Y éstas están en los detalles, de allí la intima relación que existe entre el método de Warburg y su ejecución a manos de Ginzburg.

De Warburg a Ginzburg

En los detalles es donde uno podrá decir: esto deriva de esto, casi con un carácter probatorio, casi como si hubiera habido un documento escrito. Ahora, Warburg empieza siempre a partir de algo que le interesa en el quattrocento y en el cinquecento, empieza a buscar la procedencia de una forma, y empieza hacia atrás y va construyendo una derivación, un linaje. Entonces descubre que hay formas que se ocultan, se eclipsan en determinados momentos y que vuelven a aparecer. Y después hace el camino inverso, desde sus orígenes remotos hasta esta versión nueva producida por la vuelta a la vida de lo antiguo.

Lo de Warburg no tiene nada que ver con los arquetipos de Jung o con la búsqueda de supuestos principios universales. El se mueve basicamente con asociaciones y analogías, como es relacionar, por ejemplo, la serpiente con la escalera, con el rayo y entonces ver cómo la serpiente actúa a la manera de un conector de los tres mundos. Entonces piensa: si ellos lo tienen, no me resulta inverosímil que lo haya tenido también la civilización griega. Pero no se trata de una analogía en las conformaciones mentales ante una misma pasión o un mismo estímulo externo.

Burucua insiste con razón en que la interpretación más reciente de Warburg insiste mucho en lo atemporal, en que en definitiva Warburg habría buscado estos grandes núcleos atemporales, pero como siempre lo que vemos operando es el platonismo que quiere desmentir los elementos dionisiacos de la obra de Warburg.

Otro aspecto fantástico en Warburg y que lo emparenta no solo con la tradición del pensamiento y la inteligencia visual sino directamente con la propuestas de al ideografía dinámica de Pierre Levy pero también lo pone en resonancia con las ultimas propuestas de Peter Sloterdijk acerca de sus esferas, fue su proyecto trunco de construir un Atlas, que Warburg llamaba de la memoria de la civilización europea, formado fundamentalmente por imágenes, en donde podría intercalar todas estas formaciones que armaba y que concebía de una manera dinámica y que constantemente estaba moviendo.

La ausencia de texto o los textos muy breves sería deliberada. Warburg pensaba que las imágenes iban a tener ese poder de desencadenar en nosotros la capacidad de asociación y ese descubrimiento por medio exclusivamente de un pensamiento visual, un pensamiento no discursivo.

Mirando esos paneles de la memoria de Occidente se podría acceder a una reconstrucción de los caminos de la propia memoria. Warburg creía que mostrando esas imágenes relacionadas por su posición sobre un fondo negro iba a poder desencadenar una serie de mecanismos tales que nos iban a hacer desandar nuestro propio recuerdo. De este modo íbamos a conocer lo que estaba en los repliegues de nuestra memoria y recuperar toda esta experiencia emocional y formal.

Se puede bajar el prologo de la obra de Warburg en su sitio en FCE donde también encontraran varias entrevistas recientes que le hicieron a Burucua con motivo de la aparición de su libro y que hemos citado in extenso mas arriba.

Aquí hay mucha tela para cortar y pronto tendremos ocasión de volver a analizar en detalle algunas proyecciones del método de Warburg para nuestros estudios mas ortogonales cuales son la forma en que todo esto incide en nuestro modo de reconceptualizar la tecnología, de reimaginar la posibilidades del pensamiento visual y de narrativas post-textuales.

Publicado enMemetica

3 comentarios

  1. Estou pesquisando, para minha tese de doutorado, Aby Warburg e fiquei muito feliz ao descobrir as densas pesquisas feitas por autores argentinos. Mandei buscar, em Buenos Aires, o livro de Burucúa e, a partir dele, estou descobrindo outros pesquisadores argentinos. Gostaria, se possível, de manter contato. No Brasil, é muito difícil conseguir material sobre o assunto.
    Antes de encerrar me apresento: sou professora de História da Arte na Universidade do Estado de Santa Catarina e, no momento, estou fazendo o doutorado na Universidade Federal no Programa de Pós Graduação em História.
    Obrigada, Jacqueline

  2. Carlos Cueva Carlos Cueva

    El nombre de Warburg apareció por primera vez en mi mente, asociado como un lugar: un instituto, un centro de concentración de conocimiento… mágico quizá, manejado por alguien como Frances Yates en sus estudios sobre la Melancolía. Después lo reencontré en una celebre fotografía en un ritual de serpientes en nuevo México. Conexión inmediata con Artaud y los Taraumaras, Grotowsky y sus investigaciones sobre el teatro de las fuentes en California en la década de los 70s. Ahora gracias a Didi Huberman comienzo a interesarme por los diagramas y su posibilidad de ver la totalidad de la cultura a través de imágenes inter conectadas en un laberinto de puntos, entradas, salidas, curvas etc., en increíble posibilidad de perpetua asociación. De aparición, ocultarse y reaparición de las formas en la historia de las culturas.

    Gracias por esta nueva conexión Argentina. Soy director y pedagogo de teatro en Perú e indago en zonas más allá del Teatro.

  3. Carlos Cueva Carlos Cueva

    Es increíble la posibilidad de perpetua asociación. De aparición, ocultarse y reaparición de las formas en la historia de las culturas.
    Gracias por esta nueva conexión Argentina. Soy director y pedagogo de teatro en Perú e indago en zonas más allá del Teatro.

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