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Día: 13 enero, 2004

La ferocidad inexpresable

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Hay de todo en la viña del señor. Desde idiotas (o trastornados) que se tiran a la jaula de los leones en el Zoo porteño, hasta bien intencionados que ya en el prehistorico 1991 iniciaban el Programa “cuidar-cuidando”, del Hospital Tobar García que se vale del contacto con animales del Zoológico. Mas de 300 chicos que alli no son pacientes no van a incorporar saberes sino a descifrar y sensibilizarse ante quienes no tienen palabra. No los lleva la obligación, los impulsa la curiosidad. Juan Vasen -que dirige el programa y a quien me gustaria conocer- presento una ponencia sobre el tema en el congreso Los animales, su impacto en la salud , Buenos Aires, setiembre de 2003. No casualmente la pregunta que guía su trabajo es pensar las razones por las cuales el contacto, el vínculo con el animal en ese contexto produce efectos tan notables en los niños. Y lo que descubrio es valioso y llamativo. Dejarse cuidar, descansar en una relación de mayor confianza en el otro, relaja, atenúa los sentimientos persecutorios y paranoides. Vasen cierra su nota con una promesa que el programa viene cumpliendo a rajatabla «en un mundo donde las posibilidades de hacer experiencia van siendo expropiadas, donde la nota singular de cada quien no suele hallar pentagrama donde inscribirse, el Programa les ofrece un espacio de inserción, no de mera adecuación. El Programa no funciona en serie, sino de a uno, en singular, aunque se trabaje en grupo. Esa inserción corre el riesgo de todo injerto. Pero puede prender. Y retoñar». Me gusta. La Cubbie deberia llevar a su ahijadita. Yo. por mi parte, podria pasar una temporada alli y sino en Kenia.