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Sitios que comparten verdaderamente vs sitios que comparten falsamente. La web 2.0 y las tecnoteologias de elite

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La etica de la web y la etica de los negocios

En The Ethics of Web 2.0: YouTube vs. Flickr, Revver, Eyespot, blip.tv, and even Google un post mas que controvertible, Lawrence Lessig insistía en que hay que defender a muerte a los sitios que fomentan los valores de la Web 2.0. Y para Lessig, incluso mas que para el propio Tim O’Reilly, estos valores están asociados a la libertad del acceso a los contenidos, ya que el servicio automáticamente mejora cuanto mas gente lo usa.

En este sentido el buen diseño esta asociado a la «hackabilidad» y a la «remixabilidad» algo que es explícitamente combatido por sitios como Youtube que dejan incrustar «aparentemente», el contenido pero no dejan bajar los originales.

El tema fue retomado por Mariano Amartino en su excelente Uberbin, quien después de glosar a Lessig dijo no entender demasiado cual era la distinción en cuestión, y que en definitiva ninguno de los sitios Web 2.0 genera ganancias aun, por lo que la distinción parece un poco tirada de los pelos. Hasta allí todo bien. Pero entonces llegaron los comentaristas banales y alli se pudrio todo. Lean y vean porque.

¿A ver quien la tiene mas grande?

Decirle boludo a Lessig es decirle genio al almacenero de la esquina, al primero porque insiste en integrar la nocion de ética al negocio, y al segundo por suponer que la ética es una materia inútil que se adosa para tranquilidad de conciencia de algunos a una carrera que no la necesita, casi como teología en una universidad privada para los que son ateos o agnosticos convencidos.

El comentario de Lessig es mucho mas sutil que la cínica y ciega recepción que el comentario de Mariano ha tenido en su weblog. De hecho Lessig junto a Cass Sunstein, Yochai Benkler y Richard Boyd son las unicas personas que están diciendo algo interesante acerca de la red en los últimos 5 años, y por lo que vemos los jovencitos avispados que se creen en condiciones de refutarlos, jamas los han leído, no saben quienes son y quieren poder prescindir de sus criterios de distinción asi porque si.

No me preocuparían sus comentarios siendo que no saben de lo que hablan, sino fuera porque una sensación parecida a la que le preocupa a Lessig rondo en la charla en la que estuvimos Mariano y yo (junto a 20 expositores mas) el pasado jueves en el hotel NH frente a una multitud – ávida de recién llegados cssi 500 personas- que querian desesperadamente imaginar como la web 2.0 podia arrimar mucha plata a sus molinos con el menor esfuerzo y sacrificio posible

Y sobretodo olvidándose de un mandato inicial de la red (en su versión Web 1.0 o Web 2.0) que es devolverle la palabra, las ganas y los derechos a los usuarios. Y esto implica deseconomias y sobretodo flujos no-paretianos de ganancias, donde el que se queda con la torta no es el productor sino el consumidor, y no por marxismo berreta sino porque es el consumidor el que debe ser beneficiado por un producto que necesita, le sirve y le resuelve problemas, y no el productor el que debe quedarse con el pan y la torta siendo que en la mayoría de los casos vende espejitos de colores.

The Change Function. Why Some Technologies Take Off and Others Crash and Burn

Antes de que me acusen de Ubamarxista redomado, les pido por favor que lean (¿pero ustedes los criticos furiobundos de lo que no conocen ¿leen algo? mas a alla de su cuenta bancaria?) la ultima obra de Pip Coburn The Change Function. Why Some Technologies Take Off and Others Crash and Burn, en donde se muestra que la versión tradicional de la adopción de nuevas tecnologías segun el slogan «hagámoslo y ellos vendrán» esta totalmente equivocada. De hehco casi solo un 1% de las nuevas innovaciones son exitosas.

El fracaso de la mayoría de los emprendimientos web 1.0 (la caida de la burbuja en el 2000/1) siguió este patrón de declararse usuariocentricos (quienes mejor vieron la cosa en ese momento fueron Patricia Seybold en La revolución del consumidor, Joseph Pine & James Gilmore en La economía de la atención y Seth Godin en El Marketing Permisivo) y después fue todo un enorme verso, terminando en una revolucion contra el consumidor, una economia de la desatencion e infinitas variantes mas del marketing interruptivo.

Mientras tanto el consumidor y los empleados de las corporaciones eran estafados en forma alevosa en emprendimientos como Enron o como Vivendi, ocurridos ayer nomás, que pusieron en el tapete los modelos mas desvergonzados y mugrientos del capitalismo, haciendo eclosionar un formato tapaconciencias muy elegante cual es la responsabilidad social empresarial.

Mientras, nadie se acuerda de las miles de punto.com que dejaron un tendal de desocupados, pero sobretodo de consumidores frustrados, dado que bajo la promesa de un producto o un servicio maravilloso lo único que latía era una especulación financiera sin fin.

Modelos de producción par a par

Lo que Lessig y en especial Benkler están proponiendo como modelos de producción par a par son precisamente correcciones de fondo (no declamativas sino basadas en las externalidades de red) a esas aberraciones (o éxtasis del capitalismo), y por eso un comentario tan aparentemente ingenuo de si Flicker si o de si Youtube no, tiene muchisimas mas implicancias que la meta- ingenuidad pronunciada por los chicos antilessig.

Si algo aprendimos en la reunión del jueves pasado en la AMDIA (y el único que lo dijo sin ningún pelo en la punta fue Greg Johnson aunque a esa hora había poca gente y todo el mundo estaba demasiado cansado y el encima era extranjero, es que las observaciones de Lessig son mas que atinadas y que en el 90% de los comentarios vertidos por los oradores previos (a excepción tal vez de la mesa sobre SEO y de Ramiro Sanchez que no casualmente trabaja para Reuters -que ya tiene una sucursal dentro de la propia Second life- en Nueva York), estaba virtiendo es vino viejo en vasijas nuevas, y que nuevamente se esta queriendo hacer pasar gato por liebre. Aunque esta vez un consumidor mucho mas inteligente y avispado seguramente no lo dejara pasar.

La distinción entre compartir verdaderamente y compartir falsamente no pasa tanto por identificar si Youtube no lo hace o de si Flicker si lo hace -con lo dudoso que sea esta bipartición como señala Mariano-, sino de tomarnos en serio la función de cambio de Coburn, reconocer que a la gente el cambio no el gusta, que las herramientas web 2.0 son -por ahora- una tecnoteologia de elite, y que la gente adoptará nuevas herramientas solo si se siente enormemente incómoda con las que tiene, y si la que le venden o las compran le resuelven en serio problemas y le generan nuevas oportunidades y aumentan sus grados de libertad.

Y aparentemente esto sucede siempre que compartimos verdaderamente y nunca cuando compartimos falsamente. Habrá que ver que sitios comulgan con una ética y cuales con la otra, y en vez de levantar el dedito muy rapidamente y de convertir esta distinción en una oposición Boca/River, mejor sera que la trabajamos como para que dentro de 1 año o dos no tengamos que estar lloriqueando por la explosión de la Burbuja 2.0. Que si nos atenemos a lo visto en Mktg 2.0, y a los comentarios encontrados en ese post de Mariano bien podría ser el caso, aunque supongo que varios, entre ellos el propio Mariano y la mentes mas lucidas de Mktg 2.0 harán lo imposible para que tal no suceda.

Publicado enGenealogías

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