Volvimos a entrar de vuelta en la confrontación política, de la que nunca salimos. La oposición (inexistente) ahora protesta por las historias interminables de la pertinencia de los DNU. Vilma Ibarra y Gustavo Béliz van a mandar una (anhelada) reforma de la justicia a un parlamento que está atado virtualmente con alambre. En ese contexto de discusiones a nivel almeja un ejercicio como el que hicieron Marina Amaral y Dan Jones The Colour of Time: A New History of the World, 1850-1960, merecen mucha atención (aquí una excelente reseña de las estrategias de la colorizadora Amaral) .
7 líderes que dan el ejemplo y que han combatido al Coronavirus mejor que ningún hombre en el planeta.
Día 46 LUNES 4 de MAYO
Revisando las entradas y leyendo en paralelo el maravillo Lo Viral de Jorge Carrion que enlaza dos diarios, el suyo propio eterno que viene escribiendo desde 1997, con el de la cuarentena que empezó casi en paralelo con el nuestro me regalo un montón de ideas acerca de la redacción apócrifa, el intertextualizado inventado, vivido, imaginado, la curiosa sensación de estar flotando en el tiempo y en la historia.
Dos semanas antes del inicio de la cuarentena iniciamos junto a Julito Alonso una cursada inolvidable en la carrera de Diseño en la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Andrés. Aquí en versión hiperresumida el objeto encantado de cada uno los 6 grupos de Escenarios del Futuro en los que se dividieron los cursantes. Gracias a todos
Hoy (mediados de abril) las tapas de todos los diarios del mundo están tapizadas con notas acerca del severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2)
En el caso argentino toda la agenda pública instalada en infinitas conversaciones acerca de la obsesión del (no-pago) de la deuda (interna y externa) y de las posibilidades de hacer crecer a una país descreído, arruinado y desmantelado prevalecientes hasta los primeros días de marzo, se derritió como un helado (aunque la semana pasada volvimos hincarle el diente a ese hueso duro de roer).
Después del inicio general de la primera semana de nuestra nueva materia con Julito Alonso en la Carrera de Diseño de la Universidad de San Andrés, en esta segunda reunión incorporamos nuevos materiales, sistematizamos sitios y bibliografía, asistimos a presentaciones de los alumnos, y fuimos mechando visiones, lecturas, enfoques y antecedentes, para ir delinenado una mentalidad o inteligencia prospectiva (o futurizadora).
La década de 1960 fue la segunda década prodigiosa del siglo XX. Previamente los roaring 20’s, o «Jazz Age» (años locos) fueron la primer década en tener un apodo: «Roaring 20s». Los locos años veinte obtuvieron su nombre de la exuberante cultura popular que definió a la década. Fue la década que creó un cambio político y social dramático, abrió la libertad para las mujeres, y masificó la apropiación de los avances en las ciencia y en la tecnología.
Nos encanta hacer reseñas de los mejores libros leídos durante el año. Con tantos viajes, encuentros y publicaciones fabulosas que brotan cada año diciembre/enero son los momentos de pasar en limpio compras, regalos y pirateadas. No es que lo dejaremos de hacer, pero dos posts recientes de Jordi Carrión nos pusieron en un brete.
En el primero Un nuevo canon cultural en diez objetos, Jordi nos proveyó una lista no tradicional: una antología de objetos que conforman, en conjunto, el retrato de una época que ha borrado los límites entre la alta cultura y, por ejemplo, una historia de Instagram. Globalmente denominó a sus radiografiados como Objetos Culturales Vagamente Identificados (OCVI), e incluyó en el set a una visualización de datos, una campaña publicitaria, una lista de reproducción, un proyecto transmedia, una historia interactiva y varias mas.
Volvimos a encontrarnos con Mariana Maggio en la primera sesión del seminario Filosofía de la innovación en la UNTREF. Esta vez coincidimos en nuestra reverencia por textos seminales ligados a la cultura digital (Castells, 2001; Serres, 2013; Baricco, 2019), y sobretodo en que estamos asistiendo a una nueva fase de la transición del mundo letrado de Gutenberg, con sus verdades monológicas, la detección de inconsistencias, la secuencialidad y la linealidad, a otro muy distinto y ortogonal con el anterior.
1. Diseñando espacios de aprendizaje extra-curriculares y curriculares.
Al tercer día de trabajo ya teníamos por detrás muchas horas de diseño y de diálogo, lo que nos permitió avizorar con mucha mas precisión hacia dónde debíamos dedicar nuestro ingenio y esfuerzo.
Por ello después de haber revisado innumerables experiencias de Labs de Artes y Ciencias, de recuperar experiencias ajenas y propias, de bucear en nuestra propia experiencia de de estar diseñando espacios de aprendizaje extra-curriculares, pero también curriculares, desde hace 7 años
empezamos a centrarnos en textos, experiencias, ejemplos, demos y desafíos que podrían servir de trasfondo de escucha para hacer nuestra propia Montserrat experience.
No siempre pero bastante seguido hacemos el listado de los libros que nos rompieron la cabeza durante el año en curso apenas transcurrido. Es un rito que no le hace mal a nadie, que ordena retrospectivamente nuestro gusto insaciable por los temas mas diversos y que nos lleva a justificar nuestras inversiones cognitiva (aunque cada vez compramos menos comparativamente con décadas pasadas).
Además estos listados son cada vez mas fragmentarios, limitados e inconclusos. Porque como en este caso están limitados a los libros de papel que han pasado por nuestras manos (a nivel de lecturas de solapas han sido muchos centenares), y que por razones de empatía, decoro o mucha ganas, han terminado por engrosar los estantes ya atiborrados de una biblioteca en estado de desquicio total (prometemos que la pondremos a cero en el 2019).
Y por otra parte propuestas como las de de Pierre Bayard en Cómo hablar de los libros que no se han leído, Anagrama 2011 (original 2007) vuelve aun mas inútiles a listados como el nuestro. Aun así nos llevamos (le llevamos) la contra a Bayard y hacemos nuestra síntesis anual con la misma
Porque en Cómo hablar de los libros que no se han leído, Bayard no solo asume con naturalidad nuestra sempiterna condición de no-lectores (por mucho que seamos ávidos devoradores de libros, el número de lecturas pendientes siempre será infinitamente mayor), sino que convierte esa en apariencia vergonzante no-lectura en el núcleo mismo de la lectura