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Sócrates en el laberinto

Desde 1982 Eastgate Systems viene promoviendo mejor que ninguna otra el desarrollo de las herramientas hipertextuales.

Pasando de la infraestructura a los contenidos uno de sus aportes mas duraderos fue la publicación hace ya 8 años de una obra que todavía hoy es pionera en el desarrollo de la escritura hipertextual. Se trata de Sócrates en el Laberinto de David Kolb (en existencia en el doble formato tanto Windows como Mac).

Esta obra tiene varios puntos a su favor. No solo es el primer ensayo filosófico que se ocupa seriamente del hipertexto, sino que también es el primero que utiliza hábilmente a la forma hipertextual para ilustrar sus propias teorías.
Kolb se plantea para el hipertexto, el mismo tipo de preguntas que Cabrera se hace para el cine (ver editoriales n† 1831 y ss Pensadores páticos vs pensadores apáticos. Cuando el cine viene a salvar a la filosofía) a saber si el hipertexto puede ser para la filosofía algo más que una eficiente herramienta de edición de textos.

Es decir, si la filosofía está tan ligada a la argumentación lineal que no puede existir en un medio no-lineal como el hipertexto. El mejor modo de responder a esta pregunta no es sólo reflexionando, sino directamente tratando de hacerlo y fracasando (o no) en el intento.

«Sócrates en el Laberinto» está compuesto por cinco ensayos separados, de distinta extensión e intención. El ensayo, «Sócrates en el Laberinto», lleva el peso de la argumentación de Kolb y contesta directamente a la pregunta que planteábamos mas arriba. Los otros cuatro ensayos: «La Pirámide de Habermas», «Orbitando la tierra», «Rupturas» y «El Ensayo de Aristóteles» exploran y encarnan formas hipertextuales diferentes que podría tomar el hipertexto argumentativo o filosófico».

El mapa de «Sócrates en el Laberinto» es un caos endiablado, inininteligible, casi como imaginar el recorrido de la escritura de Mario Vargas Llosa en «La casa verde», con tres tiempos simultáneos y con cuatro voces de narradores superpuestas. Pero si a algo le escapa Kolb es al caos. Por ello lo que presenta (pero solo puede ser representado en ese complejo y al mismo tiempo fascinante programa que es «Storyspace») es un control no lineal, dejando hablar a otros autores según avanza. Busca el diálogo con ellos, dejándoles contradecirse o iluminando sus razones en la mejor tradición de la filosofía clásica.

Escapándole a las definiciones dicotómicas que hace rato vienen percudiendo nuestros oídos, Kolb apuesta a una combinatoria de lo no-lineal y lo lineal, a esa forma intermedia, que permite crear textos-paisaje para ser explorados en lugar de textos en «posición de defensa o ataque».

Como lo ejemplifica claramente un comentarista anónimo, la clave para hallar esta nueva forma estaría en la estructura que prestan a los argumentos el movimiento y los nexos, logrando ir más allá de la limitada conexión de tema y comentario.

He aquí la verdadera novedad del hipertexto, el aporte duradero que llevaría hacia la tridimensionalidad en la construcción de información, mas allá de la linealidad del texto apuntando a una lógica de superficies, engarces, planeos y multiplicación de puntos de anclaje.

Lo valioso del aporte de Kolb es haber ido teorizando lo que iba haciendo, y haciendo lo que teorizaba, al punto tal de inventarse sus propios formatos en el caso del hipertexto filosófico. Así los agrupó en tres estructuras básicas: «formas principalmente lineales», «formas menos lineales» y «formas mucho menos lineales».

Y a Kolb no le tiembla el pulso cuando se trata de poner en entredicho la omnipotencia del hipertexto (que llevó a Norman Meyrowitz en su célebre ensayo Hypertext- Does it reduce cholesterol too? contenido en la antología de James Nyce y Paul Kahn From memex to hyertext. Vannevar Bush and the mind´s machine, a preguntarse si también curaba el colesterol).

Kolb no solo es consciente de las implicaciones negativas tanto económicas como políticas o filosóficas del hipertexto sino, que también le toma el pelo a algunos críticos, que hablan de las posibilidades infinitas del hipertexto y sólo pueden ejemplificarlas con estructuras finitas.

Mas peligroso aun -y Kolb no se cansa de mencionarlo- es el riesgo que corre el hipertexto, de ficción y de no-ficción, de expandirse excesivamente que puede «diluir el efecto del texto». Incluso puede que determinadas operaciones sólo sean factibles en forma lineal.
Aunque estas precauciones son importantes, «Socrates en el Laberinto» deja sentado los efectos positivos que el hipertexto puede tener en los textos filosóficos. La argumentación puede coexistir con la no-linealidad, y el hipertexto encarnar nuevas formas de pensar y de escribir que no sólo son creativas, sino que podrían ser el medio ideal para la filosofía contemporánea.

«La vida no es lineal», y el hipertexto deja a los lectores elegir su propia línea mientras van recogiendo trozos por el camino. Como decíamos mas arriba, los otros cuatro ensayos de Socrates en el Laberinto explotan el medio hipertextual de modos diferentes. Cada uno es un ejemplo de cómo podría ser el hipertexto filosófico (tratando además sobre temas filosóficos diferentes), y cada uno es un logro en sí mismo.

Los cinco ensayos que vienen en el diskette que hoy vale la fortuna de U$ 50 son «La Pirámide de Habermas», en realidad el uso mas sencillo posible del hipertexto, aunque la lectura en pantalla complique bastante hasta lo mas sencillo de hacer sobre el papel.
«Orbitando la tierra» presenta una conversación mas parecida a las de la vida real. Los enunciados generados a través de argumentos lineales devienen unos de otros y discurren entre si. La estructura general no es lineal, ya que no discurren de las premisas a la conclusión, sino que están ordenados en múltiples ciclos y epiciclos, y albergan voces discordantes.

Para que no crean que se trata de un ejercicio fácil de hacer hay que sumar a la confusión absoluta de los múltiples recorridos el hecho de que el texto subyacente consiste en algunas concepciones heideggerianas acerca del ser, que son cuestionadas en el diálogo por un investigador de tenor mas científico. Y además en el curso de este deambular se mencionan muchas obras e ideas.

«Rupturas» analiza temas filosóficos combinando textos clásicos pero muy diferentes entre si. Aquí hay un comentario acerca de la forma hipertextual en la filosofía, así como una comparación con la presentación lineal de los mismos materiales. Y aun así es difícil de leer y sumamente complejo moverse en espacios tan extraños y tan poco relacionados con las páginas o con el scrolling tradicionales (escribir en línea a diferencia de estas propuestas que suponen escribir en superficie)

Por ultimo» El Ensayo sobre Aristóteles» pretende seguir un razonamiento complejo enunciado por Aristóteles ordenado de una forma mixta. Algunos espacios de escrituras afianzan los argumentos lógicos que parten de las premisas y llegan a las conclusiones. Pero otros expanden enunciados individuales dando mas argumentos, ilustrando o presentando perspectivas alternativas

Publicado enHipertxt/Lectoescrit

5 comentarios

  1. obras + personales de Socrates

  2. GABRIEL SOSA GABRIEL SOSA

    DEBERIAN TENER EN CUENTA Y MOSTRAR LOS ENSAYOS QUE SE ESCRIBEN ACERCA DE ESTOS GRANDES PERSONAJES. PERO ES COMPLETA LA PAGINA

  3. groverfrank groverfrank

    publique cosas util para los jovenes que queremos saber mas sobre aportes de socrates y platon,aristoteles,descartes

  4. PS LA PAGINA ESTA VACANA; SOLO LE FALTA UN POCO DE INFORMACION PARA QUE QUEDE UNA CHIDY.LA PUEDO RECOMENDAR A MI PROFE DE FILOSOFIA.

  5. Gustavo Ruiz Gustavo Ruiz

    Leyendo los comentarios, vuelvo a interrogarme acerca de la validez de las nuevas formas de razonar en la web. No creo que lo que algunos afirman acá correspondan a alguna forma de razonar. No parece haber comprensión de lo dicho por el autor. La libertad interpretativa tiene sus límites, hay algo que el otro está diciendo y es menester entenderlo o al menos intentar acercarse a su pensamiento.

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