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Día: 3 octubre, 2004

La vida se divide en dos: lo horrible y lo espantoso (Woody Allen).

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Feinmann, el bueno aka José Pablo ama a Woody Allen. Nosotros también. Le endilga haber inventado el gag verbal y en su nota de los sábados La horribilidad de los otros inventaría los mas graciosos que salieron de la pluma o de la boca de Woody.

Entre los gags acotados descolla uno que insiste que la vida se divide en dos: lo horrible y lo espantoso. Y el valor agregado de Feinman el bueno es rescatar esta bivalencia aplicándola a lo le pasa a Néstor Kirchner con los opositores a su gobierno. Están los horribles y los espantosos.

Hay mas de 10.5 millones de chicos que van a la escuela y que no quieren ser parte del show

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Tragedias flotantes

La tragedia aflora donde menos lo esperamos. La pulsión de muerte que la civilización empecinadamente quiere reprimir se desborda y se conjuga de las maneras mas variadas, imprevistas y siniestras.

Hay muertes y muertes, y hay matanzas y matanzas. Hay festejo de la muerte, días de los muertos y culto de la muerte. Pero también hay un partido por la vida, una alegría de vivir y casi siempre esta alegría encarna en los jóvenes.