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El futuro de la banda ancha libre en la Argentina

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Hace unos días llegó a mi casa una carta de la empresa Telecom donde me avisaban -algo de lo que ya me había anoticiado por los diarios- que la empresa iba a duplicar el ancho de banda de las conexiones ADSL al mismo precio de antaño.

La verdad que me sorprendió esta aplicación de la ley de Moore al consumo domestico, pero supuse que se trataba de alguna estratagema para quitarle mercado a alguna de sus competidoras. Es decir una estrategia muy usada en todos lados para de pronto alzarse con una parte de potenciales usuarios, sobretodo teniendo en cuenta que las actuales 300.000 conexiones de banca ancha en el país deberían crecer aceleradamente, una vez que muchos nos demos cuenta de que la debacle del 2001 estaria llegando a su fin.


Me despertó de mi sueño dogmático una cadena de e-mails que habían logrado apropiarse de la letra chica del convenio en donde se avanzaba una hipótesis insólita. Era cierta que se nos duplicaba la velocidad de acceso, pero no lo era menos que desde el 1ro de junio del 2005 la conexión ilimitada se tarifaría.

Fui corriendo a ver la letra chica de mi carta y se confirmó esta presunción que fue probablemente el escándalo publicitario mas grande del año.

A ver revisemos la secuencia. Lo que la letra chica decía era que habría un limite para el consumo de 512 Kbps que llegaría a los 4 gigas mensuales y otro para el Mb de consumo mensual que se situaría en los 8 gigas mensuales. En cualquier caso la excedencia se cobraría a razón de 15 pesos mas iva el Giga.

Los argumentos iniciales fueron de variado tipo pero se resumían en dos, que el 20% de los usuarios de banda ancha consumen el 80% de todo el trafico, lo cual seria injusto para los usuarios normales, y que la tarificacion de las tarifas plana previa no era una novedad en la Argentina, ya que lo mismo paso con el teléfono a mediados de los 70 cuando se paso de uso ilimitado a un cobro por pulsos, que aun sigue hoy en día.

Después del escandalo mediatico la empresa sostuvo que estudiara los nuevos parámetros que surjan de la duplicación de la velocidad que ofrece Arnet y que el límite de 4 GB es sólo indicativo pero no definitivo.

La discusión viene corriendo por dos andariveles: la jurídica/contable y la de los usos efectivos de los consumidores. En cuanto a la primera -y como respuesta a muchas presentaciones que han hecho los usuarios frente a la CNC, la empresa sostuvo que la Ley de Defensa del Consumidor les permite introducir cambios si se le avisa al cliente con 45 días, como mínimo de anticipación (el que avisa no es traidor).

Pero…. la falta de competencia (si el servicio no es inalámbrico o por cable módem hay que montarse a la línea de teléfono existente) hace que tengamos que aceptar si o si las cláusulas de contratación, por lo cual la sposiblidades de elección de los usuarios son las mismas que las que caben frente a cualquier monopolio. Ninguna.

Aunque claro aquí quien esta en mora es el Estado. Porque en países como Chile, Brasil, los Estados Unidos y en toda Europa los Estados regularon que los propietarios del par de cobre deben alquilar el acceso en condiciones preestablecidas, tanto técnicas como económicas. Es decir que aquí tanto Telefónica como Telecom deberían cobrar un precio regulado y luego cada uno de los proveedores de acceso a Internet aplicar su propia política.

Sin embargo el decreto 764/2000 (de desregulación del servicio telefónico), que debió haberse resuelto en 180 días después de su publicación (5 de setiembre de 2000), cuatro años después sigue sin reglamentarse.

Los consumidores finales no son los únicos que se están quejando. También están involucrados en esta pulseada las empresas que proveen el servicio de acceso rápido pero que, por no tener red telefónica propia, lo hacen sobre la red de Telecom. No casualmente el grupo Clarín dueño de Ciudad Internet ha dado mucha ventilación al caso, por cuanto de quedar firma la decisión de Telecom debería aumentar correlativamente sus precios, algo que a lo mejor redunda en contra de su rentabilidad

Si bien la noticia tiene varias aristas y puede ser leída de muchos modos, cuando la comentamos por primera vez en nuestra Cátedra en la UBA el pasado martes, lo primero que salto es que uno de los principales perjudicados serian los cibercafes, que son los que alimentan casi el 75% del consumo de Internet en Argentina.

La empresa dice que el que se sienta libre que tire la primera piedra por cuanto la mayoría de los cibercafés, tienen contratada una línea domiciliara aunque su uso es comercial.

Para aplacar los ánimos Arnet instalará un contador de tráfico, así los usuarios podrán comprobar fehacientemente cuántos datos bajan de la Red, que son los que cuentan, ya que no se computarán los que se suban a la Red.

Para contrarrestar sus contorneos con el tema uno podría decir que el problema con los límites es que las prestaciones que se pueden obtener a través de Internet son cada vez más pesadas. ¿O acaso en España no están pensando en usar la red para trasmitir televisión?

Pero las cosas son mas complejas que estos primeros escarceos. Porque lo que esta haciendo Telecom va exactamente en la dirección que viene comentando Lawrence Lessig hace ya bastante tiempo. La arquitectura de la red es su política, el dinero es una restricción y las compañías de servicios si no están acotadas por las regulaciones estatales pueden hacer literalmente lo que mejor les viene en gana.

En este caso puntual lo mas molesto ha sido la trampa de regalar algo para después cobrarlo con creces. De no haber cometido esta absurda gaffe la discusión se habria confinado mas en términos de derechos comerciales y de cambios de arquitectura que de otra cosa.

No menos tramposos han sido las otras proveedoras de servicios que usaron lo de Telecom como globo en ensayo, indignandose magisterialmente de paso, y esperando a ver que las cosas se calmaran para hacer de pescadores en río revuelto.

Mientras, los usuarios vemos pasar los Exocet de un lado y del otro. Para simplificar las cosas. Lo peor que podría pasar es que los locutorios costaran 3 o 4 pesos por hora con lo cual se ahogaría a la internet de la calle. Pero claro esto también esta atado a la responsabilidad de sus dueños que deberían jerarquizar las practicas y no cobrar lo mismo por jugar en red o bajar toneladas de MP3, que por consultar los diarios, chatear o hacer usos un poco mas letrados de la red. La discusión esta abierta ¿quien se anota?

Publicado enInfo-Tecnologías

2 comentarios

  1. JEL JEL

    Justamente el otro día sostenía que los locutorios o cybercafés no se ahogarían ni mucho menos en caso que se les cobre el excedente. En todo caso, se daría la práctica más común: trasladar el costo extra a la tarifa que se le cobra al usuario final. De donde resultaría que los únicos perjudicados serán los consumidores, como siempre.

    En cuanto a la posible regulación por parte de los dueños de cyberlocutorios… resulta inviable, en principio. El mismo que hace usos letrados puede estar bajando toneladas de música, o jugando en red…
    A menos que se desarrollara un soft especial que discrimine los usos posibles de la máquina entre juegos en red – internet – chat – bajada de música, etc. (que, de paso, implicaría más costos para el lugar, por la licencia), es muy difícil que esa propuesta tenga éxito.

  2. leo leo

    no me parece mal que se cobre el exedente pero lo anormal surgen en el cobro / choreo de 15 pesos una(me vienmieron !!!!$80¡¡¡¡¡¡ demas en la factura telefonica ) por usar teleconferencia escuchar radio ver un canal de noticias por ej tn.com.ar o dw/tv.de etc saldria mas caro que el cable misamo asi que la internet no pasa ser de un gusto a un castigo por usarla.
    habria que ponerse en conjunto para lograr que se bajen los precios de los exedentes. Asi no se puede .¡

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