Saltar al contenido

¿Que hizo grande a Norteamerica? Por una teoría materialista de la cultura

theymadeAmerica1.jpg

Reduccionismos innecesarios

La discusión se parece mucho a esas alternativas absurdas en términos de qué preferiríamos perder, la vista o el oído, el tacto o la sensibilidad, sin claro abdicar nunca del pulso que es testimonio de seguir perteneciendo al reino de lo viviente.

Algo parecido sucede cuando nos preguntamos que es mas importante para una sociedad o una nación: ¿la política o la tecnología, la cultura o la economía?

Sin embargo y por razones que resulta my difícil de desentrañar nuestra visión del lazo social tiende a jerarquizar por encima de lo material a lo ideológico, por encima de lo concreto a lo abstracto. En el caso argentino el diagnóstico parece ser terminante.


¿De qué nos sirven los grandes deportistas y los innumerables artistas, de que nos sirven los investigadores y los teóricos (que terminamos regalando a USA y Europa), de que nos sirve el capital intelectual y nuestro acervo histórico si no cumplimos con la constitución y si nuestra institucionalidad esta mas agujereada que el queso gruyere? Dicen muy especialmente los grandes teóricos que editorializan en La Nación.

Sin embargo y respetando todas las opiniones -que es también una forma de no respetar ninguna al ponerlas en idéntico pie de igualdad- a nuestro entender el tejido inconsutil que hace grande a una nación no pasa por las reformas constitucionales siempre amañadas, ni por la legislación electoral, aunque diste años luz de plegarse al ideal democrático, ni tampoco la reforma de los códigos que merecen una y mil enmiendas, sino -especialmente en la sociedad de la información- nuestras proezas materiales, nuestras patentes e invenciones, nuestra capacidad de diseñar y de rediseñar objetos y procesos posibles, y sobre todo, nuestra voluntad de innovar y de valorar (económica y socialmente) las innovaciones.

Pero claro tamaño aserto es nulo comparado con lo que viene de hacer Harold Evans en su impresionante (y voluminosa) obra They made America. From the steam engine to the search engine. Two centuries of innovators (Little Brown, 2004)

Porque la constitución puede decir mucho de la libertad pero esta solo se consigue a través del crecimiento económico ininterrumpido, y este como puede verse en el caso de USA -y mas alla de mil y un detalles y causalidades rocambolescas- surge incontrastablemente de su capacidad de inventar.

La invención de la capacidad de inventar

De eso se ocupa precisamente Evans en su meticulosa y sazonada historia de las innovaciones prácticas que han hecho de USA la superpotencia que es hoy -justo en el momento de inflexión cuando parece dejar de serlo.

Es cierto que sobran obras que se han ocupado de lo mismo, pero no es mérito menor de Evans volver a hacerlo mas y mejor que nunca antes.

Combinando texto e imágenes, editorializando fotos con sagacidad y lucidez, tocando costados y semisecretos de los grandes inventos e inventores que jamas podríamos haber imaginado, pero sobre todo balanceando el paso, dándole igual importancia a la luz cegadora de la invención cuanto a su instrumentación efectiva, poniendo tanto énfasis en el pasado como en el present,e y sin comerse ningún amague -como se reitera en las historias oficiales- Evans arma un detalle de los Estados Unidos innovadores que nos deja sin aliento, admirados y sorprendidos por partes desiguales.

Por eso la obra es ilegible en bloque y no se la puede manducar en un solo bocado. Seguramente ni Mario Vargas Llosa que se jacta de leer en un puñado de horas/vuelo enciclopédicas novelas, podría degustar este trabajo sin empalagarse, o literalmente desmoronarse frente a los detalles y las sutilezas, los cruces y las apuestas (al lado de la obra de Evans la que siempre admiramos tanto de James Burke es un poroto o si prefieren un tomate cherry).

La razón del racionamiento de la lectura de este trabajo monumental es no solo porque nos atosiga de detalles y relevancias historico-biograficas sino porque en casi todos los casos (y son cerca de 70 ni mas ni menos tratados en extenso) Evans dice algo que va a contracorriente de lo que siempre imaginamos, supusimos o creimos

El libro esta dividido en Tres partes. La primera es Camino a una nueva civilizacion (18 pioneros que van de John Fitch creador del primer barco de pasajeros a motor a Theodore Dehone Juda, que invento el ferrocarril transcontinental). La segunda USA despega -con 25 expresiones y varias subdivisiones internas) empieza con Thomas Alva Edison y termina con Ruth Handler inventora de la Barbie. La tercera seccion La era Digital ostenta 8 nombres iniciandose con Gary Kildall inventor de la idea misma de software para PC y termina con los multimillonarios Larry Page y Sergey Brin dueños de Google.

Como si eso no fuera poco o bastante Evans fue por mas y nos recordo con insistencia que innovacion e invencion son dos cosas bien distintas

Despues de todo menos del 10% de las patentes tiene alguna relevancia comercial. Aqui aparece una punta de quienes cambiaron a USA con sus innovacioens (no las meras invenciones) y a partir de USA al mundo entero

Porque a diferencia de las historias mas o menos triviales que siempre nos anotician de inventores y de artistas, de precursores y de eminencias, que no fueron reconocidos en vida y que adquieren su sitial en el hall de la fama mucho despues de velados y enterrados, lo que llama la atencion en este larguisimo listado de Evans (donde casi todos son hombres
es que la mayoria de ellos se hicieron ricos, muy ricos y en muchos casos tuvieron un larguisimo tiempo para disfrutar de sus fortunas. En estos caso se lo tenían mas que merecido por cuanto muchos literalmente dejaron su vida en sus invenciones.

Y aunque su numero es infimo las historias de feminas que van desde Sara Breedlove Walker, la primer mujer negra dueña de un emporio de belleza; Martha Matilda Harper que manejo la primera cadena de franchise minorista del mundo; Ida Rosenthal la inventora del corpiño moderno; Jean Nidetch que alumbro la primera clinica de gordos anonimos, Esthee Lauder y su imperio de cosmeticos hasta Ruth Handler la creadora de Barbie, las sorpresas no son nunca pocas.

Un arco que recorre 2 siglos

Entre los innumerables hallazgos del libro esta el subtítulo «From the steam engine to the search engine. Two centuries of innovators» que directamente pega en los dos extremos de la curva, pero que al mismo tiempo deja al descubierto que el libro puede ser abierto y leído empezando por cualquier lugar y retomándolo donde mas nos guste, al mejor estilo Rayuela de Cortazar.

En mi caso particular no me intereso demasiado la primera sección y la cosa recién empezó a calentarme las neuronas en las segunda y tercera secciones

Lo que si nos golpea y duro es la historia de muchos de estos innovadores, desde la vida sexual desenfrenada de Isacc Merrit Singer, el inventor de la maquina de coser, hasta la increíble penuria de Charles Goodyear, tan pobre que no pudo pagar el entierro de su hijo de 2 años y termino encerrándolo dentro de una sabana

Harold Evans esta sumamente interesado en recoger y recuperar la conflictiva relación que la mayoría de los inventores tuvieron con el dinero. Entre ellos Samuel Colt descolló con la sentencia: La plata es una basura que siempre desprecie, lo que no impidió que se volviera inmensamente rico.

Por supuesto que Evans sabe de todo y presta atención a todo. Así nos enteramos de que las ruedas de acero corriendo sobre los rieles de acero generan 10 veces menos fricción que las ruedas de goma de un camión sobre el asfalto, lo que ayuda mucho a entender la revolución del transporte que hizo posible el ferrocarril.

Los perfiles de los inventores y de sus familiares emergen una y otra vez demostrando como detrás de cada gran inventor hay tensión, pasión, expectativas no siempre cumplidas y sobre todo calor humano y mucho

También esa saga revela que ninguno de nosotros sabe ni la milésima parte de lo que Evans investigo y publico algo que se puede apreciar especialmente en la ultima sección del libro donde aparece una serie de hombres y de inventos que cualquiera que se diga testigo y analista de la sociedad de la información debería conocer de memoria pero de lo que no teníamos ni idea.

Desconocidos que inventaron todo lo conocido

¿Por caso alguno de ustedes había oído hablar de Gary Kildall, el cerador del CP/M y primer ideólogo del software? ¿Que saben realmente de Bio-tecnologia si nunca escucharon hablar de Herbert Boyer o de Robert Swanson que la hicieron posible? ¿Y quien diablos escucho jamas hablar de Joan Ganz Cooney que lanzo Sesame Street que sigue siendo vista en USA por 5 millones de chicos y que se trasmite en 148 países ininterrumpidamente 35 años mas tarde? ¿Quien de nosotros sabia que la maquina de la que me escape hace unos meses, un resonador nuclear magnetico MRI fue creada por Raymond Damadian cuya versión original de 1977 parece un engendro pergeñado por Frankenstein y que volvio transparente la vision del mundo interior?

El libro termina con un capitulo final Ten Lessons that can be learned from history’s innovators que incluye entre otros señalamientos (¿monsergas?) las siguientes..: 2 Lo primero no es siempre lo mejor; 3 Robar no esta nada mal, 6 La ideas nuevas confunden, El éxito es peligroso, 10 Enchufarse en las redes.

No se trata obviamente de ninguna novedad radical. Pero después de todo lo obvio es lo menos obvio del mundo. O sino -como bien dijo Gregory Bateson– ¿Porque el padre de James Watt no invento la maquina de vapor? (Metalogos ¿Que es un instinto?)

Como la historia de la tecnología nos lo demostró una y otra vez la mayoría de los inventores no sabían que estaban haciendo y no pudieron jamas darse cuenta del alcance de sus afirmaciones. Curiosamente muy pocos si se dieron cuenta, beatos ellos.

Pero mas alla de un caso u otro lo que convierte a este libro (que pesa 2.5kg, que trae 500 ilustraciones muchisimas de ellas en color) en una mina de oro en cuanto a enfoques y a propuestas es su incansable apología a favor de las aplicaciones y por consiguiente su guiño de ojos a los entrepreneurs auténticos que encontraran en estos líderes a sus mejores mentores.

No es la menor de las paradojas que cuando este libro ve la luz y se presenta en la TV publica, USA este perdiendo la carrera de la innovación a manos de los europeos y los japoneses ya, y seguramente muy pronto de los propios chinos

Muchas veces nos preguntamos si vale la pena seguir escribiendo. A diario dudamos acerca del poder de la palabra (tan denigrada y vapuleada por líderes y políticos, científicos o estudiosos por igual). Cada vez estamos mas convencidos del poder de la imagen y de la retórica de las simulaciones.

Sin embargo cuando uno se topa con el resultado de mas de 8 años de investigaciones que deviene en una obra de estas características y valía, mejor llamarse a silencio y seguir valorando y disfrutando por igual a todos los medios de expresión. Aleluya

Algunas referencias a la innovacion en la web

The Invention Dimension
Sitio de Massachusetts Institute of Technology incluye juegos, recursos y perfiles docenas de inventores

Smithsonian: The Lemelson Center
Centro localizado en el National Museum of American History esta dirigido a la invencion y la innovacion en USA .

Silicon Valley Revolutionaries
Sitio de The Tech Museum of Innovation con entrevistas a 18 de los innovadores mas grossos del Silicon Valley

PBS: Innovation
Sitio espejo de la serie de PBS Innovacion

TIME Magazine
Los mejores inventos del 2003

Publicado enMemetica

Sé el primero en comentar

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *