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Oriana Fallaci ¿Cómo estar de acuerdo en el desacuerdo?

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¿Qué/quién es un autor?

Hace mas de un cuarto de siglo que Michel Foucault nos enseñó que un autor no es ni una persona ni un personaje. No es una autoridad por encima de su tiempo (no solo del calendario sino sobretodo del biológico o biográfico), sino a lo sumo un testigo muy interesado, transitado de cavilaciones y tensiones, urgido a reconciliarse consigo mismo mas que con los otros y en plena contradicción interna.

Esta definición de autor como un ser abierto para las interpretaciones contradictorias (una mezcla berreta de Heidegger y Eco) alcanzó en este lapso a un puñado de iconoclastas y de librepensadores y hacedores. Cada vez a menos, cada vez acaparó excepciones, cada vez mas abrazó a figuras que uno supondría heraldos de tiempos idos pero para nada de los actuales o los de por venir.


Pero si en estos días la desaparición física de Oriana Fallaci nos inquieta, no es tanto por la periodista que supo ser en sus momentos de gloria, combinando ímpetus juveniles, osadía, heterodoxia, y una dosis sostenida de descaro e impostura ideológica, sino por dos rasgos que ocuparon tan solo los últimos 15 años de su vida en el ocaso y que curiosamente hacen cortocicuito (¿o no?) con las etapas mas veneradas de su vida en los orígenes.

Armas tomar, o a las armas sobrevivir

La Fallaci fue siempre una mujer de armas tomar, o de a las armas sobrevivir. Vivió en su juventud el fascismo cotidiano y sufrió las consecuencias de las esquirlas que le tocó vivir a todo europeo despierto por ser contemporáneo de las locuras mussolinianas o hitlerianas. Vivió su infancia y adolescencia en ese clima combativo, y así como Karl Popper convirtió esas vivencias en el alegato «La sociedad abierta y sus enemigos«, la Fallaci lo tradujo en sus entrevistas y ensayos en donde siempre hizo una apología exacerbada y muchas veces ritualista de la libertad y de la democracia.

No fue nunca una teórica ni una analista meticulosa, y si mas bien una activista de sus propias causas. No tuvo una vida personal feliz y su único amor reconocido Aleikos Panaguliscon el que convivio turbulentament , al que Fallaci habia conocido entrevistándolo, fue asesinado por la dictadura griega en 1976 cerrando ese capitulo de su vida, sumándole a un rencor violento contra todo una veta emocional plagada de encontronazos e incomprensiones.

Hubo un tiempo, inimaginable para nuestros contemporaneos de hoy, incomprensible para cualquier nativo digital, inasible para quien no haya participado de las guerras culturales que caracterizaron gran parte del siglo XX -y probablemente de los anteriores tambien-, en que Oriana Fallaci fue inmensamente conocida. Sus entrevistas a personajes como el general vietnamita Giap, el rey Hussein de Jordania, el presidente paquistani Ai Bhutto, Indira Gandi, Yaser Arafat, Giulio Andreotti, el arzobispo Makarius, el ayatollah Khomeini, Henry Kissinger, William Colby director de la CIA y hasta el pomposo (y borracho majestuoso) General Galtieri quisieron tenerla de sparring y casi siempre perdieron la pelea con ella.

Huevos.. y no de gallina precisamente

Si algo no le faltó nunca a Oriana fueron huevos y de aquellos que rara vez los mismos hombres, a pesar de venir dotados fisicamente con ellos podemos exhibirlos con la vehemencia que lla si hizo. Cuando tenia 10 años -esta nativa de Florencia nunca reconocida como se lo debia, -por eso Franco Zefirelli prometió depositar en su tumba el Florin de oro que a él si le dieron-, atravesaba la campiña toscana llevando mensajes de su padre un partisano anti-mussonilista. Dos décadas mas tarde cubriendo la masacre desatada por el presidente mexicano Luis Echeverria en contra de los estudiantes en Tlatelolco fue gravemente herida.

Pero la mujer no se arredraba ante nada y nadie. Entrevistandolo a Khomeini se arranco el chador en su presencia y lo tildo de tirano. A Galtieri lo sopapeó de arriba abajo sin que el borracho majetuoso atinara a mucho para defenderse

Cuando se pudrió de todos y de todo se fue a vivir a Manhattan a mediados de los años 80. Alli trabajó febrilemente y mientras corregia Inshallah en 1991 le diagnosticaron un cancer al que ella llamo el extraterrestre y que le cerro el pico durante insólitos 10 años. La dama que no le temia a nada habia (parecia) encontrado la horma de su zapato.

Una militante antimusulmana consumada

Pero el derrumbe de las torres gemelas en septiembre del 2001 le destapo la boca, y el vitriolo que en decadas anteriores habia destilado cierto progresismo personalista, se convirtio en una cruzada antiarabe sin fin. Por eso en un ensayo (junto con los otras dos obras antiárabes del ùltimo lutrto vendieron 4 millones de ejemplares solo en Italia) como «La Rabia y el orgullo» no solo lanzo rayos y centellas en contra de los artifices materiales de los atentados, sino sobretodo contra la tolerancia progre y multicultural europea, que segun ella no testimonia mas que a los idiotas cómplices de una Europa que vive su islamizacion creciente al mejor estilo del sindrome de Estocolmo.

Por sus declaraciones seculares blasfemas fue procesada en Francia y condenada en rebeldia en Suiza. Tanta persecución para una refugiada enferma no se entiende demasiado a no ser que la ONU y la comunidad europea no gusten de ser tildadas de filoislamicas. Continuó con su cruzada en el 2003 publicando «La Fuerza de la Razon«, insistiendo en que en Europa ya nadie piensa, que alli solo se asiste a la declinacion de la razon y que el islam es un pantano sin salida -cerrando la triología con Oriana Fallaci se entrevista a sí misma – El Apocalipsis, escrito de cabo a rabo en la misma vena.

El Apocalipsis… personal y colectivo

En su autoentrevista del 2004 Oriana Fallaci llamo directamente a la rebelión civil, a la destrucción de mezquitas aun no natas en la campiña italiana y en general se despojó de todo grado de tolerancia o convivencia intercultural -si es que alguna vez lo habia tenido- proclamando lisa y llanamente el choque de las cilizaciones, o en todo caso la creacion de una frontera que deberia sostenerse con todas las armas de la civilizacion occidental en contra de la barbarie intolerante musulmana (Fallaci convertida en una socia de Samuel Huntington).

¿Tenemos asi dos Fallacis? ¿Como en su momento tuvimos dos Marx o dos Freud? ¿Uno cientifico y el otro ideologico, uno maduro y el otro intuitivo, una tolerante y bienpensante, la otra maquiavelico y racista?

En el medio como fiuel d ela balanza la cruel enfermedad que se la llevo como no hace mucho se llevá también a Susan Sontag y la lista de extraterrestrizados sigue y sigue y ninguno de nosotros sabe si ya esta en ella.

A quienes le pedian a Fallaci paz y tranquilidad interior para poder entender la complejidad exterior, y a quienes se dicen de izquierda y que la amaban en los 60 y los 70, pero la denostaron en el ultimo lustro de su vida, la respuesta de la anciana y combativa dama no tardaba en fulminarlos. Ella no se sentia ni de derechas ni de izquierdas, y siempre recordaba entre picara y molesta la anecdota de su viaje primero a Saigon en 1967 y poco mas tarde a Hanoi.

Ni uno ni dos y el fin de una epoca

En los articulos alli escritos le pego con un palo primero a los titeres de Tio Sam. Complacidos los dueños del Vietcong ante una camarada de ruta inesperadamente encontrada, la invitaron a la hoy Ho Chi Minh City. Pero las notas que escribio Fallaci desde el paraiso estalinista y fascista que alli encontro la llevaron a hablar de pestes todavia peores de Hanoi que de Saigon.

La anatema filoidelogica la tenia sin cuidado, y su cruzada antiárabe (negando la existencia de un islam bueno y otro malo, como muchos catolicos hacen de su misma religion, despues de todo no es lo mismo Juan Pablo II que Raztinger, ni la Inquisicion que la Compañía de Jesus -en las antipodas de condenados a muerte por el islam como Salman Rushdie, o de enamoroarabes como Juan Goytisolo– la ubicaron en un lugar incomodo y molesto.

¿Debemos como cornostas ser fiscales de sus múltipels caras, o tratar de entender la intolerancia de su tolerancia? Cuando solo se habla de modelitos y de deportistas, cuando algun maldicente llega a hablar de un Club Atletico Nestor Kirchner, aludiendo al uso politico de los deportistas, y cuando de los pensadores y/o los disidentes, lo unico que podemos hacer es un inventario de meritos y condenados, la figura de Fallaci emerge como el fin de una epoca.

De entrevistados con fuerte personalidad y de entrevistadores que pretendian -y en el caso de Fallaci lo conseguian- estar a su nivel. Ah si quieren leer entrevistas en las antipodas de estas relaciones de fuerza, vean cualquiera de las revistas de actualidad argentinas. Y si el pinet les da un poco mas alto lean la entrevista que el fallido candidato presidencial chileno Joaquin Lavin -nota de tapa del Mercurio del domingo 17 de spetiembre- le hizo en Bogota a Alvaro Uribe titulada Uribe a toda maquina con 62% a favor, los secretos del exito. Todo banal, todo previsible, todo acordado, todo chantaidelogizado.

Por eso extrañaremos a la Fallaci, por eso siempre nos llamarán la atencion los desacartonados, por eso tenemos que hacer campañas para reinventar la disidencia, el conflicto de ideas, la confrontacion de posturas diciendole que no al consenso vacuo y a las listas unicas. Aunque podamos disentir del rabioso anti-islamimo de Fallaci, lamentablemente lo preferimos a las posiciones lavadas, edulcoradas, facilistas y aburridas que vemos emerger por doquier.

Excelente referencia

Publicado enGenealogías

2 comentarios

  1. rodignus rodignus

    Extraordinaria mujer.- Como buena italiana no se anda con rodeos y dice las cosas con rudeza, simplicidad y coraje. La historia y la vida le dan la razón. Menos mal que los musulmanes tienen el Coran , mientras sigan con sus dogmas no hay peligro, siempre serán miserables y así les va a ir.

  2. Liliana Duarte Liliana Duarte

    quiera dar con un prtiodista como ella..confiable para entregarle docunentacion que revolucionaria al mundo!!!
    LILIANA DUARTE
    ID.10821942
    ARGENTINA
    BUENOS AIRES
    TE: 54+011. 47992202 DE NOCHE
    54+ 011. 115992230225
    GRACIE

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