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Simposio La academia en la tecno aldea global humanidades y tecnología. La sesion de la primera tarde

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El siempre redivivo C.P.Snow

El primero orador de la sesión de la primera tarde del Simposio La academia en la tecno aldea global humanidades y tecnología. La sesión de la tarde fue Alvaro Fischer Ablik -foto aquí mismo. Su ponencia se tituló “A comienzos del siglo XXI la Ciencia invade las Humanidades”. Alvaro tiene una extensa trayectoria en la empresa y en las ingenierias y se sorprendió pensando que sus planteos no tendrían demasiado eco con las ideas en discusión en el seminario, al ver mencionada en una breve intervención mía entre el panel de la mañana y el de la tarde la problemática de las dos culturas que estaría en el centro de su charla.

Porque efectivamente inició su intervención diciendo que ya en 1959 C.P.Snow había llamado la atención acerca de la existencia de dos culturas enfrentadas simbolizadas la científica por los guardapolvos y los laboratorios. Los protagonistas eran seres superiores metidos en temas critpicos mientras que las humanidades se ocupaban de las expresiones mas elevadas del espíritu humano.


Los dos mundos se veían entre si en la lectura de Snow con sorna y displicencia. Los científicos consideraban que los humanistas desplegaban lenguajes imprecisos y ambiguos. Y los humanistas criticaban la soberbia científica buscando explicar el comportamiento humano con una epistemologia mas que errónea.

C.P.Snow trató de reconciliarlos sin mayor éxito a pesar de las sucesivas ediciones de su libro, pero una propuesta de solución vino del lado de la conceptualizacion hecha por el editor John Brockman acerca de la tercera cultura. Compilando muchas de las charlas que decenas de ellos habían dado en The Reality Club en Nueva York a mediados de los años 90 quedaba mas que de manifiesto que los científicos se metían de lleno en la problemática de los humanistas, que sus libros se convertían en best-sellers. Como nota no solo de color cabe apuntar que todos los protagonistas incluidos en las obras de Brockman son sajones a excepción de Francisco Varela.

Colonizando científicamente a la naturaleza humana

Para desarrollar su planteo Alvaro tocó los temas ligados a la naturaleza humana, la moral, la ciencia y las creencias religiosas. Esta invasión de la naturaleza humana se viene dando en las ciencias sociales desde antaño como lo demuestra la cita que hizo de Emile Durkheim según la cual la naturaleza humana es ese material indeterminado que el factor social moldea y transforma.

Los científicos sociales generalmente critican la existencia de una especie humana y sin embargo experimentos recientes brindan datos muy interesantes acerca de nuestra biología del conocimiento (como gustaba encarar el tema Humberto Maturana), reconocemos expresiones faciales en 200 milisegundos y nos cuesta horrores -es decir hasta 1000 veces mas tiempo- encontrar a Wally dentro de una muchedumbre. Lo mismo pasa con el habla que es casi espontánea, mientras que la escritura tarda 4 años en configurarse. Evidentemente ciertas capacidades se desarrollan mas rápido o son mucho mas ventajosas evolutivamente que otras. Y la cultura que siempre construye sobre la biología no puede ignorar estos diferenciales.

El sistema cognitivo y el sistema emocional han sido esculpidos por la evolución natural. Aporta elementos interesantes en esta coemergencia Leda Cosmides en su The adapted mind de 1992, mostrando que hay mecanismos funcionales adaptativos mentales, seleccionados para solucionar problemas de supervivencia y reproducción en el ambiente ancestral cazador-recolector.

Según Alvaro y todos estos autores filoevolucionistas la antinomia entre determinismo cultural y determinismo genético no tiene vigencia ya que los seres humanos somos generados por esa evolución doble y entrecruzada.

Decía E.O Wilson -sociobiólogo de alcurnia que en 1980, después de una larga carrera como entomólogo publicó la seminal -y controvertible. Sociobiology. The new synthesis-, que esta problemática debe ser encarada del mismo modo inconsutil como calculamos el área de un rectángulo. Este no adviene descansando exclusivamente en el ancho o en el largo sino que emerge en la intersección de ambos.

Un bouquet de obras filoevolucionistas

Alvaro continuó haciendo referencias a muchas obras que hemos pispeado en los últimos años, aunque siempre con un dejo de reacción que oscila entre la alegría, la curiosidad y cierta decepción. Así se refirió a La Naturaleza humana de Jesús Mosterin, a The blank slate de Steven Pinker y a The Adapted Mind de Barkow et al, todos los cuales comparten la voluntad de brindar nuevas bases para entender las ciencias sociales.

En la moral esta pasando exactamente lo mismo. Como queda atestiguado en la obra Moral Minds How nature designed our universal sense of right and wrong de Marc D. Hauser en la cual se estudia en detalle las bases evolutivas o biológicas del comportamiento moral.

La disposición a colaborar, a trabajar con otros, es decir el altruismo, o sea la conducta de un organismo cuando beneficia a un tercero pero incurre en un costo para el portador siempre fue un puzzle para Darwin.

Se trataba de la paradoja del altruismo y de la perdida de la capacidad reproductiva de los altruistas en relación con los egoístas. La misma fue resuelta por William Hamilton (1936-2000) y Robert Trivers (en Natural selection and social theory del primero completo en Vernon Smith, premio Nobel de economía en el 2002 por su parte demostró que el egoísmo y el altruismo están muy relacionados con el tipo de relaciones que se tiene con los otros. El blanco del ojo está ligado a la orientación de la mirada. Los monos capuchinos no tiene blanco del ojo, nosotros si. Por eso podemos decir con propiedad que los ojos son el espejo del alma. Cada obra -nos quiso convencer Alvaro- aportó elementos mas que sustanciales para revelar como la moral ha sido progresivamente explicada por la ciencia.

La charla siguió entonces con un inventario de libros como Consciousness explained, the feeling of what happens de Daniel Dennett, obras excepcionales tales como La Ilusion de Descartes del portugués Antonio Damasio y finalmente la trayectoria de >Gerald Edelman empezando con Neural Darwinism: The Theory of Neuronal Group Selection (1987) hasta llegar a su mas reciente Wider than the Sky: The Phenomenal Gift of Consciousness. Alvaro también agregó al menjunje un conjunto de obras que convierten a la religión en un fenómeno evolutivo entre ellas Breaking the spell y The god delusion de Richard Dawkins, el fundador de la memética.

Alvaro sabe que la principal crítica a estos planteos es su tendencia al reduccionismo. Por ello sostiene que habria que distinguir entre el reduccionismo codicioso según el cual desde la física se reduce cualquier otra cosa a la propia física. Pero también habría un reduccionismo razonable que él se ufana de practicar usando ideas como las de intención en psicología, de función en biología o de fuerza en física. Otros contraargumentos remiten a la complejidad, a la inasibilidad frente a lo cual se resiste Murray-Gell-Mann en El Quark y el Jaguar. Aventuras en lo simple y lo complejo.

Un encanto que no se convirtió en hechizo

Resumiendo. El orador nos sorprendió con su profusa referencia a libros, aunque el PPT era un tanto rudimentario. Logró articular con vehemencia y claridad una ristra de nombres importantes encolumnados detrás de una biología de las emociones que es harto llamativa y vale la pena seguir explorando.

Sin embargo pese a su propuesta de una divisoria entre distintos tipos de reduccionismo, en definitiva su intromisión dentro de las humanidades de la ciencia fue bastante imperialista. Nos recordó a viejos ismos y no mejoró mucho lo que ya se comentaba en los 80 acerca de los alcances explicativos de la sociobiologia.

Igual como era de esperar su charla conmocionó a la mesa que formada por tres filósofos (aunque yo me autoexcluí de la pendencia/pertenencia) se le fueron a las dentelladas encima, defendiendo a rajatabla el libre arbitrio y la especificidad humana de elección no condicionada por los genes.

Aunque aparentemente el intercambio fue valioso porque los puntos de vista eran muy divergentes, en rigor la discusión no sobrepasó los primeros escarceos y mantuvo con una fuerza que no augura nada bueno la misma divisoria de siempre entre las dos culturas.

Con un rasgo interesante cual fue que los filósofos defendieron a rajatabla la inconmensurabilidad de las disciplinas, el derecho de las humanidades a mantener una divisoria sin resto entre hechos y valores y en definitiva nos retrotrayeron así a las divisorias diltheyanas de fines del siglo XIX. Tanto devaneo y trabajo para volver al punto de partida. (Ver aquí un inventario de reacciones frente a la noción de Tercera Cultura ver ).

Fotos del evento

Publicado enCiberculturas

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