Son ya décadas, muchas, que gran parte del tiempo que paso lejos de casa, está dedicado a explorar librerías, a pescar novedades, a sorprenderme por la gran cantidad de esfuerzo, pensamiento y alma, que un puñado de autores pone en la confección de obras mayúsculas, que sirven en tiempos de mucha confusión, ya sea para echar algo de luz en el marasmo, o de abrir nuevos vericuetos para nuestra curiosidad y necesidad de plasmar en sentido nuestro asombro.
Tomándonos en solfa a la filosofía y en serio a todo lo demás