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Desputinizar a Rusia: the name of the game

La Guerra Ruso-ucraniana 46 días mas tarde.

¿Qué mundo saldrá de este caos?

El inconsciente traiciona sin aviso. En mi participación en el panel de cierre de TVMorfosis en León, México, dije que estábamos “celebrando” el aniversario del primer año de la invasión de Rusia a Ucrania. Ojalá que para ese entonces la batalla haya terminado hace rato, y Putin y sus secuaces estén pagando las reparaciones que les corresponden y -como soñar no cuesta casi nada- que eventualmente Putin sea enjuiciado por el Tribunal Penal Internacional de La Haya -al mejor estilo que el carnicero Milosevic, (y como eso no es posible porque las agresiones territoriales no se consideran crímenes de guerra -aunque lo de Bucha podría cambiar la cosa- al menos por un nuevo tribunal penal ad hoc).

Mas allá del furcio, cada día queda mas claro que no tenemos la menor idea de adónde estamos parados, ¿qué significa esta nueva ruptura del derecho internacional?, ni ¿porqué se produjo¿, ¿quiénes tuvieron responsabilidades varias? y mas que nada ¿qué mundo saldrá de este caos?, aunque seguramente no será mejor que el que teníamos antes de la pandemia.

Si bien hemos almacenado centenares de artículos, leídos muchísimos y hasta explorado varios libros, esta guerra se nos antoja cada vez mas incomprensible y forma parte de una de las letras incluidas en el acrónimo BANI (Brittle + Anxious + Non-linear + Incomprehensible) cada vez mas inequívocamente.

Una guerra BANI

Es incomprensible justificar la invasión. Es incomprensible no creer que Putin esté loco. Es incomprensible que la OTAN alegue amnesia y olvide el cumplimiento de tratados, es incomprensible que en Occidente (pero también en otras regiones del planeta) vivamos con total indiferencia por la destrucción total de las ciudades de Mykoláiv y Mariupol y el éxodo de + 4 millones de ucranianos (cada vez mas pobres).

Son incomprensibles las mentiras interminables de las agencias rusas (duplicadas en nuestros países por rusófilos nostálgicos y militantes de las cajas estatales), pero sobretodo por algunos cenáculos intelectuales, y entre nuestros políticos miopes y cortoplacistas, que paranoicamente ven a USA como al Diablo y a Rusia como una pobre Caperucita roja. Aunque USA haya violentado sin provocación a Vietnam, Corea, Iraq, Afganistán y la lista sigue y sigue.

Hay muchas aristas desde las cuales tratar de enhebrar algunas reflexiones a contracorriente de tantas incomprensiones y desatinos. Empecemos.

2. La pandemia fue el primer aviso de que como sociedad nos habíamos convertido en un motor sin brújula. Jugando a batir récords de consumo (entre 1950 y 2020 habíamos pasado de los 25 a los 1500 millones de turistas anuales; la población en Internet se había disparado de 1 millón en 1991 a 4.950 millones en 2022; los chinos usaron más cemento (6.6 gigatones) entre 2011 y 2013 que Estados Unidos durante todo el siglo XX (4.1 gigatones); el PBI de todos los países del mundo creció de U$ 1.38 billones en 1960 a U$ 102 billones en 2022 y así sucesivamente. Pero llegó el virus y mandó a parar.

Durante varios meses la civilización pendió de un hilo, y en países como el nuestro la ceguera gubernamental y los entuertos políticos agravaron la situación con costos económicos, emocionales y sociales de largo plazo. Como siempre los datos pueden mucho más que las interpretaciones (que los ignoran). Hubiese costado U$ 50.000 millones haber prevenido al virus pero tiramos por la borda U$ 10 billones (y probablemente 20 millones de vidas, ya que las estadísticas oficiales están superadulteradas) por apostar a un futuro sin sorpresas, a un fin de la historia que se habría producido en 1991 con la caída de la URSS y -sobretodo- a un paraíso digital sobrevenido de la alianza muy poco sancta entre Hollywood + Silicon Valley + Wall Street (el equivalente actual del complejo militar industrial denunciado por Eisenhower en su discurso de despedida en 1958).

No vemos que no vemos

3 Si bien hubo alusiones a supuestos precursores que habrían dado el grito de alarma un lustro antes (desde la célebre charla TED “The Next outbreak. We are not ready” de Bill Gates en 2015, hasta películas como Contagio, 12 Monos, Soy leyenda o Estallido (Outbreak), sin hablar de obras de referencia señeras como The Pandemic Century. One hunderd years of panic, hysteria and hubris de Mark Honigsbaum (2019); Spillover. Animal infections and the next human pandemic (2013) de David Quanmen o Epidemics and society. From the black death to the present (2019) de Frank M. Snowden, nada de todo esto sirvió para que, con la complicidad del gobierno chino y la OMS en fraternal mediante , el virus se esparciera por todo el mundo en tiempo record.

4 Lo que falló en el caso del virus fue variopinto. Inexistencia de políticas sanitarias preventivas; desmantelamiento de los centros de detección temprana; outsourcing de aparatos e insumos claves; falta de cooperación de las agencias nacionales e internacionales; ensimismamientos nacionalistas; cierre de fronteras y políticas de ensayo y error permanentes. Desacople de la toma de decisiones de la evidencia científica; aprovechamiento de los científicos de su rol de supuesto saber y encaramiento en la cima de la pirámide política (gobierno de científicos). Errores garrafales como el cierre indefinido de las escuelas (continuado alegremente por las universidades hasta ayer nomás), etc, etc.

5 Aburre volver a hacer estos inventarios pero están muy unidos a los entretelones de la invasión rusa y a su correspondiente incomprensión. Lo que falló de cabo a rabo en el caso del COVID19 fue la inexistencia de un pensamiento prospectivo, de un pensamiento contrafáctico, de un pensamiento de la complejidad y de la causalidad mutua; de un pensamiento basado en alfababetismos que no practicamos a diario y que son la base de la educación del siglo XXI: la literacy; la numeracy; la graphicacy y la articulacy.

Ombliguismo del pensamiento cortoplacista

6 Carecemos de alfabetismos de largo plazo, de contextos, de interconexiones; de todos esos ingredientes que exigía un lúcido octogenario como Edgar Morin en Los siete saberes a fines de los 90, al insistir que para tomarle el pulso al mundo necesitábamos: 1. Una educación que cure la ceguera del conocimiento; 2. Una educación que garantice el conocimiento pertinente; 3. Una educación que enseñe la condición humana; 5. Una educación que enfrente las incertidumbres; 6. Una educación que enseñe la comprensión; 7. Una educación que promueve la ética del género humano. Faltó todo esto y mucho mas y así nos fue y así nos va.

7 A pesar de que Rusia venía haciendo maniobras hacía mas de 4 meses. A pesar de que tenía estacionados a cerca de 180.000 soldados en las fronteras de Ucrania, a pesar de que la propaganda estatal venía cuestionando simplistamente la “existencia” de una nación Ucraniana (sumada a la incursión armada en Osetia del Sur (Georgia), en 2008, y a la anexión de Crimea (la precuela de Ucrania) en 2014, salvo pensamientos aislados (Khanna, Ferguson, Friedman) no supimos verla venir.

8. La invasión rusa tiene un trasfondo geopolítico de larga data, ligado a la negativa rusa a aceptar el acercamiento de la OTAN y de la Unión Europea (UE) a las ex-repúblicas soviéticas, a las que Moscú considera parte de su identidad y de su espacio vital, con relativa razón. Y no nos olvidemos del trasfondo de escucha que supone la crisis de los misiles de 1962 en cuanto a escudar la invasión a Ucrania (y a otras regiones) bajo el paraguas nuclear.

Esas malas influencias europeas

9. La génesis del actual conflicto se remonta a 2013, cuando el presidente de Ucrania, el prorruso Victor Yanukóvich, suspendió la firma de un acuerdo de asociación con la UE, prevista el 29 de noviembre, a causa de las presiones de Rusia, que le ofrecía además importantes contrapartidas económicas por ello, como la reducción del precio del gas.

10. Pero aunque tengamos claros algunos aspectos previos, lo que está ocurriendo escapa a las previsiones de todos y mas allá de alardes, desgracias y tragedias, guerra territorial y comunicacional, perdidas de vidas en los decenas de miles, no está demasiado claro ¿qué se está jugando exactamente?, ¿cuándo podría terminar el conflicto? y ¿cómo quedará el mundo una vez maniatado sin mucha garantía de éxito el supuesto acuerdo de paz?

11. Como todo storytelling (articulacy) esta guerra va cambiando de tono emocional y cada día esta mas teñida de odio, dolor e intransigencia. Si bien hubo muchos antes y después, en estos 47 días el punto de no retorno quizás sean las atrocidades cometidas por los rusos en Bucha (y probablemente en muchos otros pueblos en los alrededores de Kyev como Borodianka y Chernigov) con fusilamientos, torturas y masacres de civiles a mansalva. A lo que debemos sumar los mas de 50 muertos en la estación de trenes en Kramatorsk del 4 de abril -un punto de crueldad sin retorno.

La primera guerra Tik-Tok de la historia

12 La primera guerra Tik-Tok de la historia (y su efecto panóptico que dejó a la vista esas masacres, una estrategia típica de la máquina de guerra rusa de tierra arrasada, que antes era incomprobable en tiempo real) ha tenido un protagonismo de drones que han servido no solo para destrozar las cadenas de blindados rusos, sino para modificar completamente la estrategia de caballería e infantería ancestrales, además de “controlar” las versiones alternativas de las masacres difundidas por los rusos.

13. El enorme apoyo con armamento de alta precisión provisto no solo por USA sino también por la UE y por una Alemania, que abandonó por primera vez la neutralidad desde sus años nazis culpógenos, han permitido que los Stinger, los Javelin, los Starstreak y NLaws, hayan entrado en el vocabulario cotidiano y (aparte de seguir enriqueciendo a los fabricantes de armas), estén generando un empate sobre el terreno impensable en los primeros día de la invasión, que se suponía duraría 4 horas o 3 días a lo máximo.

14 Correspondientemente los rusos están destruyendo a golpes de artillería pesada y bombardeos ciudades enteras de Ucrania con epicentro en Mykoláiv y Mariupol donde murieron mas de 10.000 civiles. Aunque lo que parece un triunfo en estas lides siempre termina siendo pírrico. Sobretodo cuando el componente comunicacional pone en jaque a las estrategias territoriales. Aunque en este caso la incapacidad de conquistar Kiev y terminar tratando de cercenar el territorio y cercar el este del país muestra tanto determinación como impotencia.

15 Cuando Putin habla de Donbás, se refiere a la antigua zona productora de carbón y acero de Ucrania. Lo que realmente quiere es quedarse con la totalidad de dos grandes regiones del este, Luhansk y Donetsk, que se extienden desde las afueras de Mariúpol en el sur hasta la frontera norte. Las fuerzas rusas intentarán crear un puente terrestre a lo largo de la costa sur, al oeste de Donetsk, hasta Crimea.

16 Los análisis de lo que está aconteciendo tomarán décadas y la forma en que la historia no terminó (a pesar de Fukuyama) quedará en el debe de analistas, cientistas sociales, politólogos y sobretodo futurólogos. Lo impensable/imposible volvió a ocurrir (con mucha similitud con lo acontecido con el virus). La invasión no provocada a un país enorme (Ucrania tiene 603.000 km2 -solo Francia y por poco, y Rusia son mas grandes en Europa; y 44 millones de habitantes) por parte de una potencia nuclear, sin amenaza directa real y con excusas y argumentos lunáticos a veces (desnazificación, inexistencia como país, regalo de Lenin, etc) es insostenible.

Geoestrategia y gepolítica 2.0

17 La incapacidad de reaccionar a tiempo frente a la invasión de Crimea, aceptar nuevos límites y al mismo tiempo haber incluido a Ucrania dentro de la OTAN y la UE en 2014, como sugieren Parag Khanna y Niall Ferguson, son errores geo-estratégicos imperdonables para Occidente.

18 La actual es una guerra de nuevo tipo por muchos motivos pero fundamentalmente: comunicacionales (primera vez en la historia que todo el mundo participa (a veces demasiado voyeurísticamente) del conflicto a través de las redes sociales; de reagrupamientos ideológicos (las sanciones y la asistencia militar son muy grandes y están casi al borde de la retaliación directa); y pero sobretodo se trata del fin de una época, que ingenuamente creímos terminada ya sea en 1919 (con el tratado de Versalles que solo fue la campanada de largada para la Segunda Guerra Mundial); en 1945 con la creación de las Naciones Unidas y -sobretodo- de su brazo armado pro-occidental la NATO en 1949, a lo que debemos sumar el desmembramiento de la URSS en 1991. Todas fechas que hoy no dividen al mundo en antes y después de nada.

19 Hace apenas unos meses atrás creíamos ver en 1922 al partero de la historia -al menos de su encapsulamiento cultural- del mundo que estábamos viviendo a principios de 2022. Firmados por James Joyce, T. S. Eliot, Ludwig Wittgenstein o Virginia Woolf, algunos de los libros que cambiaron el rumbo de la novela, la poesía y la filosofía modernas se publicaron justo ese año. Todas esas obras magnas cristalizaron tras la Primera Guerra Mundial, nacieron de crisis personales, expresaron la desintegración del plácido “mundo de ayer” y escenificaron que la guerra seguía, por otros medios, en un particular campo de batalla: el lenguaje.

20. En esa misma época otro gran visionario del pulso del mundo como Walter Benjamin escribía: “Las gentes volvían mudas del campo de batalla, o enriquecidas, sino más pobres en cuanto a experiencia comunicable”. Los mejores augurios económicos, físicos, morales y políticos habían saltado por los aires a manos de la inflación, el hambre, la tiranía y la guerra de trincheras.

Así como 2022 nació en 1922, 1922 murió en 2022

21 La novedad de la guerra ruso-ucraniana es que así como 2022 nació en 1922, 1922 murió en 2022. Con una nueva guerra. Con un retroceso conceptual, geopolítico y geoestratégico monumental; con una población civil gigante tomada como rehén para desarmar un intento de Pax Universal (a la Occidental) que creíamos que sería desbaratado por un golpe blando comercial y tecnológico a manos de China, (que tiene en su mira a América Latina como patio trasero), y no por una guerra sucia, pre-tecnológica, ante-digital y profundamente masacradora de cuerpos.

22. Como bien dice Thomas Friedman se trata de la “World War Wired,” en todo el planeta se puede observar la lucha a nivel granular, participar de alguna manera (e incluso con la cancelación cultural hecha por civiles con la despedido de figuras culturales en muchos lugares del mundo y de la herencia rusa), o vernos afectados económicamente, sin importar dónde vivamos. Lo que esta en juego en esta guerra no es la apropiación de un territorio sino “la gran batalla” entre los dos sistemas políticos más dominantes en el mundo actual: “democracia del estado de derecho versus cleptocracia autoritaria” (Anders Aslund).

23 La Segunda Guerra Mundial puso fin al fascismo y la Guerra Fría puso fin al comunismo ortodoxo, eventualmente incluso en China. Lo que está sucediendo en las calles de Kiev, Mariupol y la región de Donbas podría influir en los sistemas políticos mucho más allá de Ucrania en el futuro. Muchos analistas imaginan el surgimiento de un bloque euroasiático formado por la economía china dominando al mundo a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) y las fuerzas armadas nucleares rusas como su apoyo militar.

La ciberguerras y las apps de financimiento insperadas

24. Cualquier persona con un teléfono inteligente y una tarjeta de crédito puede ayudar a extraños en Ucrania, a través de Airbnb, con solo reservar una noche en su casa y no usarla (decenas de millones de U$ fueron donados así a principios de marzo, hasta que la plataforma se convirtió en un nuevo nido de estafas). Los adolescentes de cualquier lugar pueden crear aplicaciones en Twitter para rastrear a los oligarcas rusos y sus yates como lo hizo el genial Jack Sweeney después de trackearlo a Elon Musk).

25. La aplicación de mensajería instantánea encriptada como es Telegram, que fue inventada por dos hermanos expertos en tecnología nacidos en Rusia como una herramienta para comunicarse fuera del alcance del oído del Kremlin, hoy permiten comunciaciones indescifrables que alteran la paciencia de mas de uno.

26. Mientras tanto, el gobierno de Ucrania ha podido aprovechar una fuente de financiación completamente nueva: recaudó más de U$ 70 millones en criptomonedas de todo el mundo después de solicitar donaciones en las redes sociales. Y Elon Musk, el multimillonario de Tesla, activó el servicio de banda ancha satelital de su compañía SpaceX en Ucrania para proporcionar Internet de alta velocidad después de que un funcionario ucraniano tuitiara para pedirle ayuda para evitar que los rusos desconectaran a Ucrania del mundo. Mientras Rusia, a la inversa, aboga por desconectarse de la red a través del Splitinternet.

Las derivadas de segundo y «n» orden

27. Pero así como muchas más personas pueden afectar esta guerra, también más personas pueden verse afectadas por ella. Rusia y Ucrania son proveedores clave de trigo y fertilizantes para las cadenas de suministro agrícola que ahora alimentan al mundo y que esta guerra ha interrumpido. Una guerra entre solo dos países de Europa ha disparado el precio de los alimentos para egipcios, brasileños, indios y africanos.

28. Debido a que Rusia es uno de los mayores exportadores mundiales de gas natural, petróleo crudo (del cual vende U$ 1.000 millones diarios) y el combustible diesel que utilizan los agricultores en sus tractores, las sanciones a la infraestructura energética de Rusia están frenando sus exportaciones, lo que hace que los precios de las estacioens de servicio aumenten desde Minneapolis hasta México y Mumbai obligando a los agricultores de lugares tan lejanos como nuestro país a racionar el uso de sus tractores diésel, o reducir el uso de fertilizantes ricos en combustibles fósiles, poniendo en peligro nuestras exportaciones agrícolas y contribuyendo aún más al alza de los precios mundiales de los alimentos (se calcula una inflación mundial anual promedio de 10%).

29. La democracia de Ucrania es frágil y el país ha tenido sus propios problemas serios con los oligarcas y la corrupción. Sin embargo, la aspiración ardiente de Kiev no era unirse a la OTAN -la política suicida de Occidente de decir “vamos a incluir a Ucrania en la OTAN y la fecha para hacerlo es nunca” fue poner al país en una situación de extrema vulnerabilidad-, sino unirse a la Unión Europea, y estaba en proceso de reconversión para hacer lograrlo.

30 Como dijimos mas arriba -y el consenso con esta dimensión cutural es muy amplia entre los analistas- eso es lo que realmente desencadenó esta guerra. Putin nunca iba a permitir que una Ucrania eslava se convirtiera en una democracia de libre mercado exitosa en la UE al lado de su estancada cleptocracia rusa eslava. El contraste hubiera sido intolerable para él, y por eso está tratando de borrar a Ucrania de la faz de la tierra.

31. Pero la ingenuidad (y complicidad occidental con su dependencia energética) no debe hacernos pasar por alto la máxima “La tarea de mantener la paz mundial será abordada de la mejor manera no a través del establecimiento de rígidas medidas jurídicas, sino más bien a través de los procedimientos tradicionales asociados a la prudencia política” (George KIamen). Entre la “pax universal” diplomática -que fijó al mundo en sus límites actuales entre 1945 y 1991 y el “poder da derechos”, las variantes son infinitas.

Identidad vs territorialidad

32 Mas allá de la destrucción de la infraestructura del país, y de los costos de repararlo que ya ascienden a U$ 600.000 millones; mientras Rusia se sigue desangrando perdiendo U$ 20.000 millones diarios, sin poder acceder al 50% de sus reservas de U$ 660.000 millones que quedaron (inexplicablemente) del lado occidental, lo que Ucrania también enseña (con la valentía de su Fuerza Republicana y ejército, los civiles que luchan por su estilo de vida y Volodymyr Zelenskyy convertido en héroe accidental probablemente a pesar suyo), es que hay que defender la identidad a toda costa, incluso en el hipotético caso de ver derrumbarse la territorialidad.

33 Por eso Ucrania se convirtió en el primer país desarrollado en emitir su propia colección de Tokens No Fungibles, para capitalizar las criptodonaciones y respaldar la defensa de la guerra lanzada por Rusia. El sitio cuenta con una “línea de guerra”, cronología del conflicto bélico iniciado por el gobierno ruso de Vladimir Putin. Cada uno de esos eventos está acompañado por un NFT (Token No Fungible) que representa un momento de la guerra, a partir de una ilustración de un artista ucraniano o internacional. Así, cada NFT está compuesto por un tuit y un arte digital.

Se trata de la primera vez que una nación -aún a riesgo de ser diezmada en su identidad y fronteras, como sucede en toda guerra real y ciber- plantea el concepto de “nación digital”, con la aspiración de sobrevivir a cualquier destrucción y autopreservarse para la memoria del mundo.

Abriendo las puertas de ingreso a la segunda guerra fría

34. Por esto y por todo lo anterior esta no es una guerra mas, ni una guerra como las de antes sino la primera “World War Wired,” y merece ser entendida, analizada full spectrum y con categorías y lecturas irreduccionistas al por mayor.

35. Estamos atrapados en un sonambulismo ideológico, la invasión de Ucrania augura un indeseado retorno de la política internacional realista y nosotros no nos damos por enterados. Mas allá de connotaciones y ritornellos estamos asistiendo al segundo capítulo de la guerra fría, deberemos reaprender a pensar (y a vivir) como en la época de The Americans, Deutschland 83, o Counterpart, que hasta hace poco creímos series históricas y ahora redescubrimos como dramas futuristas de nuestro presente.

36. Salimos (¿salimos?) del COVID con más preguntas que respuestas, con más dudas que certezas, con más impotencia que conocimiento. Del lado positivo tenemos la vacuna y los experimentos exitosos con ARN viral, y la posibilidad de seguir viviendo (casi como antes). Del negativo la lista es larguísima incluyendo nuestra ingenuidad epistemológica y ética de imaginar que una nueva pandemia nos haría mejores, doblegaría nuestro consumismo, agrietaría las divisiones sociales, y nos haría mas solidarios y empáticos. A pesar del existismo de neo-iluministas como Hans Rossling, Steven Pinker, Johan Norberg y del joven Rutger Bregman. Nada de eso ocurrió.

Desputinizar a Rusia

37. En cuanto a la guerra nuestro sintético inventario muestra sus múltiples dimensiones, nos recuerda la tremenda miopía política (acompañada por las elites económicas que parecen entender poco y nada de la economía del comportamiento cin su cortoplacismo endémico) de tensar las cuerdas al máximo (ningunear a Rusia como ex-potencia decadente), para ver si no se rompen, y cuando ello ocurre escapar de toda responsabilidad.

38 El mundo se está dibujando siguiendo el motto “The Future is Asian”. Mientras Europa descubre que no puede confiar su seguridad en USA, y Putin sigue apostando hegelianamente a inventarse enemigos externos para eliminar a los internos, un país es despedazado al mejor estilo de los videojuegos sin importar los 4.3 millones de exiliados en otros países, los 7.3 millones de desplazados internos y las decenas de miles de muertos reales (hasta hace poco se contabilizaban “solo» mil y pico de civiles muertos).

39. El uso de una contabilidad creativa” (además de los hornos de icineración portátiles que llevan los rusos para ”desaparecer” a sus víctimas mayoritariamente civiles), muestra que la efímera piel de la cultura no resiste a sus míticos relatos cuando las bombas, los misiles y la maquinaria bélica manda a parar a la razón. Desputinizar a Rusia is the name of the game. Difícil que ello ocurra cuando una sociedad como la rusa lo aclama y lo alaba (los que lo hacen del lado Occidental no tienen perdón). Aunque haya dudas sobradas sobre el valor de esas encuestas -como muestra Alexey Sakhnin).

40 Por último no olvidemos que la posición de China es clara en la lógica de la interdependencia hegemónica: la potencia en ascenso quiere liderar un sistema global cuyo andamiaje estructural está dominado aún por Estados Unidos y sus alianzas de poder global. La guerra debilita y empeora las condiciones para que esto suceda y deslegitima su anunciado liderazgo cooperativo y multilateral.

CODA

Como bien dice Laporte esta transición de poder no será en términos de la geopolítica clásica de un “territorialismo nacional” que se impone sobre otro. Lo que está en juego es quién y con quiénes se dominará la estructura productiva, económica, financiera y tecnológica de la humanidad, hoy anclada en el revitalizado “Occidente”. ¿La invasión rusa anticipa el fin de Occidente o el de su recomienzo? La historia dirá pero dificilmente nos absolverá.

Referencias

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Burgis, Tom & Catriona Kelly, Oliver Bullough, Ruth Deyermond, Peter Pomerantsev How do we solve a problem like Putin? Five leading writers on Russia have their say

Carrión, Jorge Todos los museos son novelas de ciencia-ficción.Galaxia Gutenberg, 2021.

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Ferguson, Niall Anticipó la invasión rusa y dice “Hay un peligro concreto para América Latina de convertirse en parte del imperio chino”. La Nación 10/4/2022

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Friedman, Thomas La invasión de Rusia en Ucrania es la verdadera primera guerra mundial. La Nación 4/4/2022

Friedman, Thomas L. In the War Over Ukraine, Expect the Unexpected THE NY Times 15/3/2022

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Innerarity, Daniel La Sociedad del Desconocimiento. Galaxia Gutenberg, 2022.

Khanna, Parag Settlement in Ukraine Is Not Appeasement. The national interest. April 7, 2022

Krugman, Paul Guerra Rusia-Ucrania: ¿Será Putin el asesino de la globalización? The New York Times 1 de abril de 2022

Naredo, Jose Manuel La crítica agotada. Claves para el cambio de civilización. Siglo XXI, 2022.

Laporte, Juan Pablo Guerra contra la civilización capitalista. Perfil, Abril 9, 2022.

Poch-de-Feliu, Rafael Entender la Rusia de Putin. De la humillación al restablecimiento. Akal, 2018.

Rose, Gideon The Irony of Ukraine Foreign Affairs March 30, 2022.

Routley, Nick 4 Historical Maps that Explain the USSR.

Sakhnin, Alexey ¿Qué le está pasando a la conciencia rusa? Nueva Sociedad, Marzo, 2022.

Snyder, Timothy  Guerra Rusia-Ucrania: “Putin debe haber pensado «La democracia ucraniana es un chiste, la puedo tumbar de un soplido»”, La Nación, 26 de marzo de 2022

Stokel-Walker, Chris TikTok Was Designed for War Wired Mar 1, 2022

Coll, Steve The Complexities of the Ukraine Dilemma The New Yorker March 28, 2022

Wood, Graeme The Next Decade Could Be Even Worse The Atlantic

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