Saltar al contenido

La discapacidad como segunda lengua

vacaciega.jpg Hace no mucho se filmó una publicidad en la cual un equipo de no videntes jugó al fútbol contra jugadores de la selección argentina que voluntariamente se habían vendado los ojos. El resultado fue trágico para el equipo de Bielsa que perdio por una monstruosa goleada. 11 a 1 en una ocasión y 7 a 0 en otra.

Los jugadores del seleccionado no solo aplaudieran la maestría de sus contendientes, sino que sintieron en carne propia lo que es la experiencia de la discapacidad. Y para un país y grupos humanos como los nuestros, en donde la suerte de los demás en general importa poco y nada (como lo demuestra la casi ausencia total de políticas estatales para ayuda de los discapacitados) ese momento será inolvidable para siempre.


Hace no mucho se filmó una publicidad en la cual un equipo de no videntes jugó al fútbol contra jugadores de la selección argentina que voluntariamente se habían vendado los ojos. El resultado fue trágico para el equipo de Bielsa que perdio por una monstruosa goleada. 11 a 1 en una ocasión y 7 a 0 en otra.

Los jugadores del seleccionado no solo aplaudieran la maestría de sus contendientes, sino que sintieron en carne propia lo que es la experiencia de la discapacidad. Y para un país y grupos humanos como los nuestros, en donde la suerte de los demás en general importa poco y nada (como lo demuestra la casi ausencia total de políticas estatales para ayuda de los discapacitados) ese momento será inolvidable para siempre.

Quizás habría que imaginar nuevas formas de empezar a empatizar con los otros, reduciendo voluntariamente nuestros grados de libertad -para ampliarlos camino del absurdo. Ello serviría no solo para tener una conciencia mas clara de las limitaciones en que Occidente o la naturaleza han sometido a nuestros otros, privados de algunos sentidos, sino tambien para entender que en algunos aspectos -debido a la tendencia del cuerpo sano a regenerar sus capacidades- las discapacidades son supercapacidades.

Debemos mucho a Oliver Sacks habermos devuelto la frescura y la alegría que implica entrar al mundo de los sordos primero, y de los ciegos mas recientemente, aunque el no lo era y jamas imagino tener un trato tan profundo con ellos. Y obvio que lo que hizo de desetumecedor -y que culmino en su maravillosa obra Viendo voces– estuvo signado de cabo a rabo por la maravillosa y monumental obra de Harlan Lane When the Mind Hears: A History of the Deaf con su mas de 500 paginas publicada en USA por Random House; ISBN: 0679720235 en 1989 .

Por eso y buscando realzar el experimento de los jugadores de la selección, las investigaciones de Sacks y cierta sensibilidad hacia la problemática del otro (tan extensamente investigada por Tzvetan Todorov en sus ultimas obras) nos resulto sumamente interesante la propuesta del restaurante Blindekuh (La Vaca Ciega) situado en Seefeld, un barrio elegante de Zurich, que nos propone, como experiencia única comer totalmente a oscuras, sin siquiera la luz del reloj o el celular que nos sirva de coartada.

Menuda cuestion esta de sumergirnos en la oscuridad más oscura, para entender de qué se trata la ceguera Ya la recepción es algo mas que metafórica, el cartel negro impreso con letras blancas reza: Sólo con el corazón se puede ver bien.

En el restaurant trabajan veinte empleados no videntes y diez que pueden ver. Blindekuh es la versión alemana de ese inquietante y divertido juego de chicos, el gallito ciego. Antes de entrar, se espera unos minutos en el hall, hay tres pizarrones negros con los platos del día escritos en tiza. Ahí se decide qué quiere comer. Adentro, la moza los puede repetir, pero ya no se los verá. Sopa al curry, ciervo con repollitos de bruselas, penne rigatti a la scarparo. De postre, torta de chocolate, pastel de manzana o frutas, estan en el modetso pero bien surtido menú.

De alli en mas todo es entrar y dejarse llevar a ese mundo desconocido, a la vez atrapante pero aterrador, de la ceguera absoluta. Aunque claro con guias, como las mozas, que cual lazarillos al reves, conducen a los comensales a través de la oscuridad de las tinieblas totales.

Porque hay que caminar en la oscuridad, hay que sentarse en la mesa y hay que comer, todo a ciegas, sin ningun resplandor de la luz y todavía pasarla bien. Porque aunque no lo sepamos, caminar sin ver es casi imposible, porque la vista nos da el balance para movernos, y si nos vendan los ojos lo unico que nos guiara son los sonidos., como pasa en ese restaurante .

A diferencia de lo quer pasa en el mundo real, Blindekuh es un mundo bizarro donde se invierten los roles y todos somos discapacitados. Necesitamos de los ciegos para desplazarnos, ellos nos guían y no al reves. Interesnate gorma de generar simetría en un mundo que es tan injusto con los discapacidades y los osemete a nuestra indiferencia o desprecio.

Quienes hicieron al expenriencia (yo no creo animarme con lo fobico que soy) se sintieron incómodos y encerrados al principio. La oscuridad da frío. Se escuchan voces muy cerca, tanto que invitan a estirar el brazo y ver qué hay más allá del propio plato. La mesa continúa y, apenas unos centímetros más allá hay una camisa, un reloj… ƒAh! un brazo, disculpe, señor.

Poco a poco, el cuerpo absorbe la oscuridad, la vista se acostumbra al negro y se distinguen sonidos en la confusión. øCampanas? No, cascabeles. Los llevan los camareros en las rodillas, para no chocarse entre ellos. Atrás de ese sonido dulce y musical viene un achtung, más gutural, bien alemán. Quiere decir cuidado y es parte del código de los camareros. Parece increíble, pero en este restaurante no se rompen muchos platos ni vasos.

La voz de la mozas asignadas es un relax para muchos que cuando la tenian cerca estaban mas tranquilos. Ellas dan indicaciones de adonde poner el vino o donde estan las copas y los comensales, y asi guiados los videntes ciegos podían cumplir con los movimientos minimos que impedian que todo se convirtiera en un desastre.

Además de comer, uno está obligado a estimularse sin ver. Todo es tacto, olfato, oído y gusto. Los antropologos de la no videncia tomaron la sopa, la más caliente y aromática de las sopas. Luego el ciervo, tierno y de gusto intenso, que trajo algunos problemas prácticos y que hizo necesario usar las manos para marcar los límites del trozo de carne que uno se llevaba a la boca, o mantener los fideos a raya.

El chef Thomas Haeni, que no es ciego, se las arregla para desmitificar eso de que la comida entra por los ojos. Ademas los ritos necesitan de tiempo y de paciencia y por ello Blindekuh está por inscribirse en Slow Food, esa cadena italiana que hace una decada inicio una guerra contra McDonald¥s, y que hoy¥esta cosechando sus primeros frutos cuando el gigante empieza a tambalear.

Los intrepidos se agrandaron con la experiencia y deseaban que esta se prolongara pero el horario es inflexible. A las 23.30 el grupo de ciegos tiene una camioneta que los lleva a la estación más cercana desde donde toman el transporte que necesiten.

Por motivos que habria que averiguar -y que no siempre son altruistas, despues de todo se trata de una experiencia freak en deprivacion sensorial voluntaria, como las mejores o las peores- el restaurante tiene reservas tomadas hasta mediados del 2003.

Blindekuh es un happening, una experiencia perfecta para los que buscan nuevos sabores. Pero también un viaje a otra realidad, un informe vivencial sobre el mundo de los ciegos. Que nos hizo acordar de Sabato cuando valia mas por lo que escribia que por lo que despotricaba, mas por lo que prometia que por lo que finalmente cumplio.

Todo empezo en una exhibición que se hizo en Zurich hace cuatro años. Se llamó Diálogo en la oscuridad y recreaba diferentes situaciones en las que personas ciegas guiaban a los que pueden ver. La muestra tuvo tanto éxito que Jorge Spielmann, un pastor que participó en ella, y tres amigos más, también no videntes, abrieron el restaurante. Lo demás es historia reciente y pasto para notas como ésta. A ver quien se anima.

Si alguien quiere hacerse una escapada esta ahi noma en M½hlebachstrasse 148, Seefeld. La parada Hñschgasse de los tranvías 2 y 4 está cerca. www.blindekuh.ch 148 8008 Z½rich.

Publicado enRecategorizar

Un comentario

  1. qUISIERA AYUDA A TRAVES DE USTEDES PARA VER COMO PODEMOS IMPLEMENTAR UN ESPACIO DE TRABAJO PARA LOS DISCAPACITADOS Y A SU VEZ QUE COBREN ALGUN DINERO PARA SU SUBSISTENCIA.Soy de Mendoza y soy secretaria privada de un concejal y mi meta mas importante es ayudar a los discapacitados en todas sus patologias ya que yo tambien tengo uno. atte

    ceciloba@yahoo.com.ar

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *