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La inteligencia no vive más que en la apertura a lo que resulta incómodo

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Lo sabemos desde hace bastante, de cuando hace unos años rozamos con la yema de nuestra mente algunos párrafos salientes de La Critica de la Razón Cínica, para aun hoy postergar su lectura integral. Pero basto que nos arañáramos con Esferas en Madrid en mayo pasado, para reconfirmarnos que Peter Sloterdijk es un pensador que no tiene rivales (ni Zizek ni Virno, ni Virilio ni Baudrillard le llegan a la suela de los zapatos). Cada una de sus sentencias como esta: La inteligencia no vive más que en la apertura a lo que resulta incómodo es una guadaña que nos saca del sueño dogmático. En una cortisima corta publicada ayer por Radar extractada de Experimentos con uno mismo, Editorial Pretextos, Barcelona, 2003, Sloterdijk nos pasea con maestría por la inversión de polaridades y corrientes que ha llevado a que lo ligero de la izquierda encarne en la derecha y que lo gravoso de esta hunda cualquier aspiracion del cambio de aquella. Encima nos mata el punto de la red al insistir en que todos esos nuevos maníacos amigos de la conexión a la red que nos quieren endosar los ordenadores personales y las autopistas de la información (es decir nosotros mismos Muñoz como le dijera celebremente Sabatarelli a su mentor en un dialogo antológico e inolvidable por lo absurdo) no hacen otra cosa que travestir algunas motivaciones clásicas de la izquierda utópica en su comercialización mercantil: el aligeramiento revolucionario a través del monitor del ordenador. Sin seguirlo tan al pie de la letra, el hombre igual nos lleva de las narices con donaire y nos obliga a olvidar casi todo lo que profesamos en pos de algo menor y mas estremecedor.

Extracto de Experimentos con uno mismo.

La red Sloterdijk

Breve reseña de Esferas en frances

Publicado enLenguaraces

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