Saltar al contenido

Tim Berners-Lee un tecnofilantropo sin igual

berners.jpg

La web como hija única

Casi ningún medio masivo tiene un solo nombre propio que lo origine. No solo porque hubo miríadas de antecedentes fallidos o frustrados, antes de que el ganador que le dió nombre al engendro viera la luz, sino porque en el caso de los medios masivos (desde la Imprenta a la Radio, desde el Teléfono a la Televisión) los múltiples inventores son la norma, y la distancia entre el objetivo logrado de la innovación y su búsqueda original, está preñada de no pocos nombres e ingeniosos remediadores, que le encontraron el uso real a la innovación mientras que los creadores se equivocaron por palmo y medio.


Además en casi todos los casos abundan las autoasignaciones y paternidades, las peleas sin fin por las patentes originales -en el caso de la TV la cuestión es escandalosa como lo revelan las pretensiones de Sarnoff– y los ninguneos sin fin de los artistas o ingenuos a manos de los entrepreneurs o de las empresas que se apropiaron de sus ideas o de los méritos, o de ambos a la vez -pagando lo menos posible por ello.

Curiosa e inesperadamente la última de las invenciones masivas, la WWW, es hija de un solo cerebro y su evolución y despliegue han estado marcados en múltiples momentos y torsiones por la mano exporta y la intuición palpitante de quien fuera su padre y madre señeras al mismo tiempo.

Porque aunque Thomas Edison se quedó con el crédito de haber inventado la lamparita eléctrica, trabajaban con él en su laboratorio decenas de personas. William Shockley habrá inventado al transistor, pero en rigor dos de sus dependientes científicos fueron quienes lo construyeron. Y la propia Internet fue la hija de decenas de ingenieros y analistas de sistemas sin contar a todos los que contribuyeron con sus generosas donaciones y financiamiento a su construcción.

Pero la web es hija única de Tim Berners-Lee, quien no solo la diseño y la liberó al mundo, sino que mas que nadie ha peleado por mantenerla abierta, no propietaria y gratuita.

Tamaña invención le deparo al mago un honor único. Haber sido seleccionado por la revista Time como uno de los mas grandes inventores del siglo XX, y como uno de los 20 titanes en el área de los científicos y pensadores (las otras categorías fueron: héroes e iconos, creadores y titanes, líderes y revolucionarios, artistas y entretenedores) .

No es un mérito nada menor considerando que ese listado incluyó a luminarias tales como Francis Crick & James Watson, Albert Einstein, Alexander Fleming, Sigmund Freud, John Maynard Keynes, Jean Piaget, Jonas Salk, Ludwig Wittgenstein y los hermanos Wilbur & Orville Wright entre otros figuras no menos rutilantes del siglo XX.

Esta semana el hombre al que le debemos parte de nuestra identidad profesional, el creador de un nuevo mundo virtual: el ciberespacio, y quien a contrapelo de tendencias, herencias y expectativas ha mantenidos vivos -en las antípodas por ejemplo de Craig Venter quien se apropió del proyecto público Genoma Humano para uso propio- los ideales de la ciencia decimonónica -a contrapelo de la de la Gran Ciencia de 1945 en adelante- ha sido galardonado con el premio científico mas importante del mundo.

Así Tim Berners-Lee recibió el martes pasado en Helsinki, Finlandia, de la mano de la presidenta de ese país, el Premio de Tecnología del Milenio (Millennium Technology Award), en reconocimiento por su máxima creación: la WWW (World Wide Web).

La tecnología como mejoradora de la vida humana

Berners-Lee, de 54 años, fue elegido de manera unánime entre 78 candidatos de 22 países. El Millennium es un galardón a una innovación extraordinaria que promueva la calidad de vida de la gente, está basado en valores humanos y que fomenten el desarrollo sostenible; es precisamente como una definición de la World Wide Web, declaró en un comunicado el presidente del jurado internacional del premio, Pekka Tarjanne.

Siendo tan escasas las áreas a las que se les brinda un Nobel, Tim Berners-Lee no puede aspirar a uno, pero lo que el hizo se merece sino uno, seguramente dos, tan de transcendental ha sido su aporte

Todo empezó hace casi un cuarto de siglo atrás cuando Tim Berners-Lee empezó a programar y lo primero que escribió fue un programa al que bautizo Enquire , acuñado en honor del clásico victoriano Enquire upon about everything, una especie de enciclopedia que permitía saber todo acerca de todo

Trabajando en el CERN (European Laboratory for Particle Physics), en los Alpes Suizos en 1980, Tim trató de diseñar un programa que lidiara con la información a la manera como lo hace el cerebro sin sufrir sus limitaciones. A eso apuntaba Enquire un programa capaz de retrazar todas las asociaciones al azar que vienen a cuento en la vida real y que los cerebros ajenos eran tan capaces de recordar en tanto que el suyo se negaba a hacerlo.

Lo que Berners-Lee creo fue una especie de cuadernos de notas hipertextuales haciendo que las palabras de un documento pudieran conectarse automáticamente con otras de otros documentos. En esa época no había mouse así que la búsqueda se hacia por unos números guía.

Pero lo que en un principio fue solipsismo puro, llevó a imaginar la posibilidad de conectar su maquina con otras y que la recuperación de la información no se limitara a su disco duro sino que abarcara todos los que existían en el mundo. Desde siempre el modelo de Berners-Lee excluyó una administración centralizada, una base de datos idems y llevó a pensar que escalar la conexión no debería intimidar a nadie

Para ello bendijo su creación con la triple invención de un sistema de codificación de la información a través de un lenguaje el HTML (HyperText Mark-up Language) que se ha convertido en la lingua franca de la Web; un sistema de direcciones URL´s (universal resource locator) que le da a cada objeto un puesto único en el cosmos y definió una serie de reglas que hacen posible que todos esos documentos estén unidos en el ciberespacio HTTP (HyperText Transfer Protocol).

Mientras, Berners-Lee diseño el primero browser, y así como Dios hizo la luz, Tim Berners-Lee de un solo plumazo en 1991 sentó el principio de orden y organización que desde entonces regiría en el ciberespacio. En solo 5 años los usuarios pasaron de 600.000 a 40 millones. En algún momento de mas frenesí en los años 1995/98 su tamaño se duplicaba cada 53 días

Berners Lee creció en Londres en los años 60, hijo de padres programadores y en su juventud construyó computadoras, de cartón primero, y mas tarde armó su propio sistema. También estudió física que según él le brindó una base ideal para la creación de un sistema global.

Un gran anticipador

Pasó hace muchisimo tiempo, fue en marzo de 1997 en plena efervescencia de la red. Cuando el futuro era color de rosa en linea y fuera de ella. En una de las infinitas entrevistas que se le hacían a tiros y troyanos, a visionarios y a mercachifles un autor inteligente como es Evan I Schwartz -que poco mas tarde escribiría dos obras maravillas como Webonomics y Digital Darwinism– le hizo una entrevista a Tim Berners Lee calificándolo – mas que acertadamente- como el padre de la Red

Ya en esa época Berners-Lee sabia que el crecimiento de la red seria limitado aunque no pararía hasta saturar al primer mundo y a todos los enclaves primermundistas en los otros.

Y cuando muchos se llenaban la boca del destino post-televisivo de la red, Berners-Lee ya se dolía en 1997 de su bajisimo nivel de interactividad y tenia la clarividencia de reconocer que la supuesta amenaza de tecnologías hoy difuntas como PointCast y Marimba -pero potencialmente redivivas gracias a la sindicación de contenidos- de convertir a la web en un medio de broadcast eran ciertas… tan a medias como para no serlo, por cuando el pull y el push como conceptos separados y antagónicos no tienen sentido alguno.

En época tan temprana el padre fundador se había dado cuenta de que la Web era un continente de información, parte de la cual cambia rápidamente (a veces demasiado rápidamente) y otra parte en cambio permanece estática y que nos interesa que permanezca en la web.

La discusión acerca de pull/push era un non sequitur, pero muchos no se habían dado cuenta. Se trataba de un enésimo espantapájaros que solo sirvió para dividir las aguas y las opiniones, generar un poco de olas y permitir que alguno hiciera negocios a costa de otro.

Con la comodidad de la retrospectiva hoy le damos mas que razón a Berners-Lee ya que efectivamente todo es pull y push al mismo tiempo -según necesidad. Bravo por Tim que entendió a Gregory Bateson y a Francisco Varela y a sus circularidades creativas mejor que nosotros.

La segunda gran verdad ventilada por Tim en esa histórica entrevista es que la Web no hubiese sido ni un centésimo o milésimo de lo que es si hubiera nacido con standards propietarios desde el principio. Es decir si la Web hubiese nacido como propiedad de alguna empresa cuyo departamento de ingeniería y desarrollo debiera proveer cada tanto tiempo el pasito estúpido que en los programas se llama versión 2.0, 3.0 y cosas por el estilo.

El WWW Consortium que Tim preside en el MIT desde 1994 -cuando dejo el CERN- como el mismo lo dice no dicta sino que fomenta los acuerdos. Del mismo tipo que los que estabilizaron las fuentes de alimentación en 110V o 220V y tertium non datur.

Eso si Tim esta mas que feliz de no ser el dueño de la Web Inc y cada día al ver crecer a su criatura se convence de que ni los métodos tradicionales del marketing, ni las formas tradicionales de hacer negocios podrán doblar la espina multifacetica de esta enorme innovación social.

Si deberle la existencia de la web ya es bastante, tenemos otras deudas impagas con el gran Tim. Así pocos saben que la primer interfaz gráfica no fue diseñada por el wunderkind Marc Andreessen sino por el propio Tim, y que en al menos una oportunidad en su vida pudo optar por convertirse en rico o seguir pobre -viajando en ese cochecito Rabbit como el que yo tenia en Louisville, Kentucky- y ver como la fiesta pasaba por otro lado.

Pero el dolor del sueño incumplido de Tim no parece ser tanto la frustración de su destino personal (que no es tal) sino la mutilación gravosa que Andreessen impuso a la Web y de la que nunca esta logro recuperarse, al regalarle al mundo el Mosaico (y después al Netscape y el Explorer) algo por lo que todos le estaremos eternamente agradecidos, pero con un caballo de Troya incluido.

Los browsers a la Andreessen son -siguen siéndolo- un instrumento de lectura y sus capacidades de edición fueron siempre harto rudimentarios. En cambio el browser original de Tim de principios de la década del 90 tenía las mismas capacidades en cuanto a escribir y a leer. Ergo en el camino del crecimiento -y comercialización de la Web- y a pesar de una estructura que quiso ser largamente bidireccional desde un principio, ya estaba presente la simiente del devenir-televisión-de-sus contenidos a través de estrategias como la Web-TV de un lado y las tecnologías push por el otro.

Como las cosas son mas complejas de lo que la lectura ingenua imagina la aparición de los weblogs en 1999 hizo cortocicuito a la arquitectura de los navegadores, sin embargo la semilla del mal estaba plantada desde mucho antes.

Hay miles de cosas mas por decir de Tim, pero como homenaje por el premio que acaba de obtener con estas bastan.

La obra de un altruista como Berners-Lee, con sus conocimientos profundos del día a día de su innovación y la mostracion de como la fuerza de alguien logra imponer -contra la corriente de los sistemas cerrados, la competencia a muerte y el uso privilegiado de información para aniquilar la competencia y en definitiva perjudicar a los consumidores- estandares abiertos y deja consiguiente una puerta entreabierta a la esperanza de un futuro informacional mejor, es mas que encomiable. Enhorabuena.


Publicado enInfo-Tecnologías

Sé el primero en comentar

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *