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Un crítico inmenso. Un cascarrabias sin par.

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Harold Bloom es puro exceso. Nacido en New York City en 1930 enseña en Yale desde 1955 y también lo esta haciendo en New York University desde 1988 .

Su Shakespeare o la invención de lo humano es un ladrillo impresionante. Su Canon Occidental es otro. Su embeleso con Shakespeare a veces empalaga. Y que nos diga que hay que leer para ser verdaderos occidentales no deja de irritarnos. Se lo ha acusado de «bardolatría», y como sabe que lo consideran un dinosaurio, se llama a mí mismo Bloom Brontosaurus Bardolator.


Pero si algo tiene de bueno el viejo chinchudo (que me hace acordar mucho bien a David Viñas, a Andrés Rivera) y a muchos otro septuagenarios igual de discolos, es que no se rompen, y mucho menos se doblan. Y que no tiene empacho en pegarle palos a quien corresponda sin hacer ninguna concesión ni expresar la mas mínima simpatía al que dirán o mas especialmente al que hay que pensar

Bloom es un buchenwurm de los buenos. Como Alberto Manguel, como George Steiner. Para el los libros son la única garantía que tenemos de ver mantenerse vivos a los memes primordiales. Enamorarse de los humanos siempre termina en desilusión pero confrontar lo extraordinario en un libro es beneficiarse casi sin costos.

Bloom ya esta de vuelta y después de haber visto su casa carcomida por 30.000 volúmenes (me gana por 4 veces por lo menos) los acaba de donar todos, no a la Universidad de Yale, donde Bloom -un agnóstico de tradición judía que aprendió a hablar idish antes que inglés- enseña Shakespeare desde hace 50 años, sino a un pequeño college católico de Vermont.

Bloom detesta los departamentos de Estudios Americanos, y está convencido de que los únicos lugares donde la literatura permanecerá viva un tiempo mas es en un puñado de pequeños «liberal arts colleges» católicos, como Saint Michael al que les ha donado su monstruosa biblioteca.

Bloom es un anacrónico consumado. Detesta el e-mail y el fax. Escucha discos de vinilo y sujeta sus pantalones con tiradores. Se considera a si mismo como el último crítico literario tradicional que queda vivo. Uno de los que creen que la función de la crítica es mostrar que la más alta literatura imaginativa, como Shakespeare, Cervantes o Dante, no sólo debe ser apreciada por sus cualidades estéticas, sino por la enormidad de la fuerza del pensamiento que conlleva, y porque transmite lo que podríamos llamar una sabiduría prudencial. Probablemente, uno aprende más sobre cómo vivir de la gran literatura que de los grandes filósofos o de los textos religiosos.

Bloom no tiene pelos en la lengua, define a USA como lo que es una plutocracia y una oligarquía, particularmente bajo W El Grande, su emperador. Y para él para poder pensar hace falta tener memoria. Aunque claro emulando a La Semilla Inmortal Los argumentos universales en el cine de Jordi Ballo y Xavier Perez, que resume los 50 argumentos eternos del cine, para Bloom lo mismo pasa con cualquiera situación contemporánea. Por ejemplo el comportamiento de la dinastía Bush, que según el ya estaba escrita en las dos partes de Enrique IV.

Cuando Enrique V sucede a su padre en el trono, al igual que W, lo primero que decide es que debe completar lo que su padre no llegó a hacer. En el caso de los Bush, eso se llama controlar Irak. En el caso de los Enriques era, simplemente, ir a la guerra. Enrique IV era un usurpador que había matado al rey Ricardo II y que había tomado su lugar diciendo que iba a ir como cruzado a Tierra Santa, pero nunca lo hizo. Su hijo decide entonces que él llevará a su pueblo a la guerra, así que, sin mayor motivo, ataca a los franceses y se convierte en una especie de cruzado.

Que le hayan otorgado el premio anual de la National Book Foundation por su «distinguida contribución» a la literatura a Stephen King le parece un oprobio, casi lo mismo que darle el Nobel de Literatura a J. K. Rowling. También odia al multiculturalismo y a la literatura «lésbico-esquimal»

No se que pasara cuando esta camada de intolerantes pre-computacionales desaparezca en masa. Después quedamos los cincuentones a caballo, y mas atrás vienen las alfabetizados multimedia. Todavía hay que encontrarle la vuelta a lo mejor de los dos mundos. Mientras estamos mas que seguros de que hace mas bien leer a Bloom que a tanta patraña y ostentación vacua dando vueltas por ahí.

Mas Bloom

Stanford Presidential Lectures

Excelente entrevista en The Atlantic Unbound

News and Reviews From the Archives of The New York Times

Borges segun Bloom

Algunas referencias de nuestra cosecha

Shakespeare y Cervantes unidos, jamás serán vencidos

Publicado enMemetica

Un comentario

  1. alejo alejo

    jajajajaj… muy bueno…
    «quiero insistir en mi pensamiento de que la multimedia no es tan grande e infinita… es solo elitista»… jajajaja….

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