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Día: 11 diciembre, 2004

¿Pueden/deben hablarle los filosofos a los hombres/mujeres de negocio hoy?

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¿Que tiene un filosofo para decirle a los hombres de negocios hoy? ¿Puede un generalista hablarle a los especialistas sin naufragar en la ingenuidad o en el escarnio?

Sabemos que los historiadores tienen mucho que aportarle al presente porque sin sus dichos, éste se vuelve romo y aplanado. Es solo gracias a la perpectiva de largo plazo de Ferdinand Braudel, gracias a la historia de lo cotidiano que nos brindaron los profetas de la Nueva Historia como Pierre Nora y Jacques Le Goff, y a las mil y una historia particulares que hemos vistos desde entonces (desde la historia del agua a la del lápiz, desde la historia de la silla eléctrica hasta la del clima o de las putas, desde la historia del telégrafo hasta la de las mujeres, el pene o el aire acondicionado) que le añadimos espesor a la delgada trama del hoy, y así podemos establecer comparaciones y pronósticos.

Internet la imprenta del siglo XXI

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Y si, después de mucho bregar cumplimos finalmente mas de 15 meses de gestión en educ.ar. Y recientemente una periodista que nos hizo una larguisima nota en Debate , nos intimo a contar lo que estábamos haciendo, si estábamos tan convencidos y enamorados de nuestra tarea.

Nos pareció razonable y empezamos a hacerlo en foros internos o específicos. Así lo comentamos obviamente en el circuito del Ministerio de Educación pero también en conferencias y charlas que damos periódicamente en la capital y en el interior. Lo dijimos en el Chaco, también en el CEPA en la Ciudad de Buenos AIres. De eso hablamos en España varias veces este año y lo haremos proximamente en Brasilia, en Santa Fé y en Bogotá.

Sociedad de la información y el conocimiento algo mas que sopa

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Palos porque bogas palos porque no bogas.

La primer repercusión publica acerca de la reunión donde estuvimos hace un par de semanas mas de 200 personas de distintos ámbitos para celebrar trabajar mancomunadamente en proyectos concretos de digitalización en el ámbito de gobierno, fue un mail. Allí alguien -que forma parte de la caravana de los eternos criticones- se quejaba de que la mayoría de los temas expuestos habían sido anecdóticosy de que la única intervención que sabia a sociedad de la información fue la de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, y que en el caso especifico de educ.ar nos habíamos limitado a contar lo que hacíamos.