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Leyendo libros en Nueva York… Por enésima vez y no aburriéndonos nunca.

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Librerías de verdad

Cuando este News empezó alla en el lejano y olvidado 1995, al poco tiempo vinimos a Nueva York, y en nuestra crónica figuro en lugar destacado nuestro encuentro con una avalancha de novedades editoriales que nos llamo la atención en la visita de turno a la Gran Manzana. En esa época Amazon todavía no había despegado, y ni se nos ocurría que podíamos darnos el lujo de ver libros que nos parecieran bárbaros y no agenciárnoslos de primera.

Pero ahora los tiempos han cambiado bastante, y entre otras cosa el dólar se ha ido por las nubes, mientras que nuestros salarios se fueron directamente a los caños, así que hay que ser mucho mas cuidadosos con lo que se lee y se compra, tratar de deglutir paperbacks y darle vueltas al asunto 20 veces antes de sacar la tarjeta de crédito y quedar en rojo.


Por eso cuando entramos al Barnes & Noble del Village en la Sexta Avenida nos quedamos bastante tranquilos porque no encontramos gran cosa. Pero basto poner el pie en el inmenso almacen de la 6ta Avenida y la calle 22 para desandar tanta seguridad y darnos cuenta de que en un año algo, y mas alla de los consejos cuidadosos de Amazon, se nos habían escapado varias perlas y que ya era hora de remediar tamaño olvido. Sin mencionar que al dia siguiente de instalarnos en St Mark´s Place durante un par de horas el asombro se mutiplicaria y las perlas se triplicarian

Así entre algunos libros que compramos de primera, otros que serían recogidos antes de nuestro regreso o conseguidos en Washington, y algunos mas que deberán esperar al próximo pedido a Amazon, ya contamos con un grupo de materiales realmente interesante,.Aquí van agrupados al voleo dos de los primeros seleccionados

Los origenes de la computacion

1. Flo Conway & Siegelman Dark Hero Of The Information Age: In Search of Norbert Wiener The Father of Cybernetics Basic Books (December 14, 2004) 423 paginas.

Cuando hace unos años el gran Steven Heims decidió escribir la biografía combinada de Norbert Wiener y John von Neumann, nos disparo un interés por la vidas paralelas de dos personajes contrastantes (que estos dias se vio agrandada por una biografia acerca de la relacion entre Godel y Einstein A world without time, por una comparacion acerca de las virtudes profundas de Kuhn y de Popper, etc etc) que matizo mas de una clase y charla en el ciclo básico de fines de la década del 80.

En el interin la influencia de Wiener se perdió y no hubo hasta esta que llegó esta obra materiales equivalentes a los dos grandes y maravillosos trabajos sobre Douglas Engelbart Bootstrapping: Douglas Engelbart, Coevolution, and the Origins of Personal Computing deThierry Bardini (2000) o sobre J.C. Licklider The Dream Machine: J.C.R. Licklider and the Revolution That Made Computing Personal. Por eso esta resurreccion es mas que bienvenida cuando nunca nos sentimos tan espiados, tan controlados y tan poco valorados por los gobiernos, en especial por el de George Bush, como otras que están también desde hace poco en los anaqueles neoyorquinos revelan. (Ver Chatter: Dispatches from the Secret World of Global Eavesdropping de Patrick Radden Keefe y No Place to Hide: Behind the Scenes of Our Emerging Surveillance Society deRobert O’Harrow).

Los coautores que previamente habían publicado Snapping: America’s Epidemic of Sudden Personality Change, sobre el lavado del cerebro, celebran la genialidad de Wiener -que lo convirtió en uno de los mejores matemáticos de la historia-, así como su omnívora voluntad de conocimiento, mostrando como su agilidad mental interdisciplinaria -que después se prostituiria como concepto y slogan en manos de los comentaristas de siempre- fue un elemento central en la invención de la cibernética.
Para mas de uno será una sorpresa encontrarse con un maníaco depresivo de primera categoría (justo cuando en el The New York Times Review of Books Peter Kramer el celebre autor de Listening to Prozac de 1993 descubrió los riesgos de medicalizar a la genialidad, con lo que su pregunta que hubiese pasado con Van Gogh si hubiese existido el Prozak, se aplica pari passu a Wiener).

No es un valor menor que Conway y Silverman presten atención a las limitaciones físicas de Wiener y su naturaleza competitiva, así como a los peligros que suponía el desarrollo despiadado de la ciencia. Mientras aparecen literalmente decenas de nuevos libros sobre el yo robotico, la ingeniería de la naturaleza humana y los negocios impostergables del siglo XXI que poco o nada se ven preocupados por lo humano mas que humano, un retorno a la historia y a las bases de la cibernética que es hoy la abuela de la contemporaneidad es mas que bienvenido.

Deteniendo al tiempo

Carlos Honore In Praise of Slowness. Harper San Francisco (April 1, 2004) 320 paginas

Hace un tiempo nos enteramos de la existencia de un movimiento que abogaba por una lucha frontal contra la comida rápida y veneraba el tiempo lento, las delicias de la buena mesa, el placer inconmensurable de la sobremesa y sobretodo una valoración del discurrir temporal que no tiene equivalente en el mundo de la aceleración desmedida y de la necesidad impostergable de hacerlo todo ya.

Segun Honore su inspiración para producir esta lectura se origino precisamente en Carol Petrini, un escritor italiano en temas gastronómicos y fundador del movimiento en Italia, abogando por el uso de comidas locales frescas. Honore también se enrola previsiblemente en el sexo Tantrico, que posterga el climax

Como bien dice Jon Thackara en su extraordinario In the Bubble…. lo que es bueno para la tecnología no necesariamente es bueno para la sociedad y mucho menos para el individuo. Por eso cuando nos anoticiamos de la existencia de In praise of slowness (un supuesto antidoto en contra del Faster. The acceleration of almost everything de James Gleick) descubrimos en seguida que algo nos venia como horma al zapato.

El autor un ex rapidoalcoholico («speedaholic,»), defiende con la voluntad del converso la necesidad de bajar un cambio y trocar velocidad por balance. Su conversión provino de la constatacion del absurdo de estarle leyendo historias de un minuto de duración a su nene de dos años para ahorrar(se) tiempo. Por eso se encolumno detrás del movimiento de velocidad lenta predicando a partir de una lentitud interna darle mas profundidad a la relación con los demás y con uno mismo.

El autor es un psicoterapeuta que busca promover la buena vida rescatando la decisión y dejando de lado cualquier automatismo. Si bien suponer que a partir de estas observaciones estamos ante la presencia de un movimiento social es una fantasía que no merece mayor consideración, es cierto que muchas comunidades en forma inconsulta y distribuida están aceptando cada vez mas los preceptos de la lentitud.

Las criticas que hace Honore a la vida rápida aunque consistentes son bastante previsibles, ataca las enfermedades ligadas al estres, la deprivación del sueño, la sensación de perdida de control, el odio que todos sentimos frente a algo que nos empuja mecanicamente hacia lo que es asi porque si. Y su defensa de la lentitud por su conexión con la creatividad y la satisfacción con la vida explicarían mas que convincentemente porque la gente esta deteniéndose en lo que a comer, trabajar y disfrutar corresponde.

Por supuesto que nadie puede tirar la primer piedra y en un extraño pero sintomático pasaje del libro el autor que venían llenándose la boca con las maravillas del sexo tantrico, se dio de bruces contra la realidad cuando su nena se enfermo de una infección comun y corriente, la madre debio llevarla al hospital y para no perder la armonía con la naturaleza lentificada el debio ir al curso de Tantra…. solo, perdiendo la distania que la lentitud garantizaria

Ademas lo que Honore predica hoy había sido anticipado por muchos libros de orientalismo entre ellos uno que estuvo de moda hace casi 40 años (aunque habia sido escrito en 1935) entre nosotros, cual fue La importancia de vivir de Lin Yutang, uno de cuyos mottos era: La persona ocupada no es nunca sabia y el sabio nso eta nunca ocupado, frase aparentemente koanica pero que en realidad es de una trivialidad que no merece mayor elaboración.

Lin Yutang y Carlos Honore caen bastante seguido en el misma trampa (y otro tanto le pasa a Malcolm Galdwell en lo que seguramente sera su futuro y segundo best-seller Blink. The Power of Thinking Without Thinking ) y anatemiza lo que los occidentales llamamos virtudes como la puntualidad. la eficiencia, la capacidad de ponernos metas, releyendolas como incapacidades.

Para peor los chinos que se jactaban de despreciar este servilismo occidental hacia el tiempo son cada vez mas puntuales, eficientes, teleologicos y sobretodo usan los celulares como el que mas, siendo que la vida lenta exige necesariamente des-celularizarse (algo que he hecho desde que llegue a Nueva York hace 2 días y que no me ha producido grandes efectos ¿será que la gran manzana tiene tal energia que nada la detiene?)

También es fácil pegarle al capitalismo echándole toda la culpa por la velocitis que nos agenda. Después de todo ningun otra sistema productivo de la historia genero tanto tiempo libre (aunque este se acumule exclusivamente en un sector acotado de la población, hasta cierto punto, pues al generar desocupacion y pobreza tambien regala tiempo a la vez que les quita trabajo a los pobres)y al mismo tiempo nos urge -como nos enseñaba tan bien Vicente Verdu en El estilo del mundo– a llenar ese espacio de ficción con mas trabajo.

Publicado enComprando libros

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