Saltar al contenido

El gurüismo de los antigurús. De los economistas a los filósofos y vuelta

cafephilo.jpg

Los gurús de nunca empezar

A este News le interesaron siempre y mucho los gurues. Aunque mas no fuera para criticarlos. De la enorme lista de gurues criticados por aquí han desfilado Nicholas Negroponte (en El guru come y hace otras cosas como nosotros. Pero es tan distinto…de abril de 1996), una denuncia del sloganismo de Tom Peters (No vemos que no vemos. Los baches del guru San Tom Peters y como zafar… de febrero de 1998), Iba a desfilar Peter Drucker pero al final no lo hizo (en ¿Cuántos gurues verdaderos puede haber en un momento dado? de abril del 2000 hasta culminar en IDEA (en El 38° coloquio de IDEA y la falsa idea de que Kirchner fomenta el pensamiento único… de noviembre del 2003) en donde enfocamos los cañones en los delirantes locales e hicimos el panegírico del Ministro de Trabajo denunciando a los alegres chantapufis de siempre.

Los guríes nacionales se siguen equivocando día a día y Sebastián Galiani, profesor de la Universidad de San Andrés, insiste en que es muy común que se tienda a darle importancia sólo a los datos que apoyan la hipótesis que uno defiende a priori, y a minimizar los que la contradicen. Este fenómeno cognitivo se conoce como «sesgo de confirmación«. Igual saber porque uno lo hace no mejora nuestra perfomance y menos justifica nuestro sesgo ideológico.

A nivel internacional ha habido tratados enteros dedicados a tomarle el pelo a los gurues. Uno de los mas interesantes fue el publicado a fines de los 90 por John Micklehwait, & Adrian Woolridge, The Witch Doctors. Making sense of the management gurus, New York, Time Business, 1997 del que dimos parcialmente cuenta en La generación Nasdaq.

Claro que hay gurues y gurús. Hay ex gurús conversos y hay ex no gurus convertidos en gurus. Y ya sea en la economía o en la filosofía hay unos escritores de medio pelo que a través de un escritura de grado 0 creen haber encontrado el Santo Grial.

Que los hay, los hay

Porque no es lo mismo Peter Drucker o Tom Peters -a pesar de nuestras críticas- que Spencer Johnson autor de la insufrible fábula ¿Quién se ha llevado mi queso? convertida en best seller millonaria hace un par de años atrás. Y en los últimos años hemos pasado de los gurus digitales a los gurus del simplismo extremo. Y también nos hemos cruzado con personajes como Richard Olivier que se dedica a abrazar los clásicos para hablarle a nuestros contemporáneos tal como lo hizo en ¿Shakespeare para ejecutivos?

Pero si bien los gurús económicos realmente nos resultan deleznables hay otros gurús que nos inflan aun mas la paciencia. Se trata de los gurús filosóficos, de los profesores de filosofía o de los estudiosos académicos ma non troppo que están haciendo lo mismo en el terreno de la vida cotidiana usando a la filosofía como antes lo hicieron los gurús económicos con la econometria, las proyecciones y la macroeconomía. El resultado no es menos desastroso aunque supuestamente se trata de un intento de democratizar el pensamiento y de socializar a la filosofía.

Lo mas gracioso es que estos gurús filosóficos dicen estar en contra de los autores de autoayuda como Coehlo o Chopra, y supuestamente la hablan al hombre común. Mientras algunos tildan de revolución filosófica a este menjunje, para mi se trata de un verdadero enchastre, de un licuado con un gusto insípido y de la peor combinación posible, filosofía académica macerada con sentido común, a distancia infinita de una inversión de la filosofía como proponía Heidegger por ejemplo y como concretaron maravillosamente bien Deleuze & Guattari en ¿Qué es la filosofía?

Los gurús supuestamente antifilosóficos

Estos gurús antifilosóficos (es decir que viven de la critica de la filosofía tradicional para hacer su agosto) dicen haber nacido bajo el formato de cafés filosóficos, o Cafés Philo, en París en 1992 cuando Marc Sautet, profesor de filosofía de la Sorbona y autor de Nietzsche para principiantes, decidió sentarse con sus amigos en Le Café des Phares de la plaza de la Bastilla con la idea de filosofar por fuera de la universidad (como tantos otros inventos argentinos esto había sido ya delineado a mediados de los 60 después del golpe de Onganía por el filósof Saul Karsz).

Hoy existen cerca de cincuenta Cafes Philos en Francia y más de ochenta en el resto del mundo, de Finlandia a Nueva Zelanda y de Tokio a Barcelona, pasando por Israel, Honk Kong y Río de Janeiro y Buenos Aires obviamente donde el mismo ha sido difundido hasta el hartazgo por Roxana Kreimer.

Cualquiera que haya asistido a los mismos se vanagloria de haber participado de espacios abiertos, de la libre expresión, en donde la gente se reúne y piensa de manera colectiva sobre temas universales, más allá de su formación profesional y su origen socioeconómico.

Pero mi critica a los gurues no pasa tanto por esta enésima importación de las modas francesas sino por una variante de popularización de la filosofía generado en USA, conocido como Popular Culture and Philosophy , que ha producido desde 1999 en adelante una serie de veinticinco volúmenes -y se vienen varios mas el año próximo- con títulos como Los Simpson y la filosofía, Matrix y la filosofía o Harry Potter y la filosofía para no hablar de Los Sopranos y la Filosofía, U2 y la filosofía, James Bond y la filosofía y Los Beatles y la filosofía .

Uhmmm ya he revisado varios de estos libros y después de un instante de fulgor lo único que encuentro son tesis ajadas y elaboraciones mas que insípidas.

Entre una versión edulcorada de Los Simpsons y la pasteurización gala de la tensión filosofica hasta volver inevitablemente a Harry Potter

En este racconto habría que hablar de André Comte-Sponville otro profesor de la Sorbona que supuestamente ha sabido captar la sed filosófica del gran público con bestsellers como el Pequeño tratado de las grandes virtudes y más recientemente La felicidad, desesperadamente, que hemos sobrevolado sin mayor interés.

En esta categoría de ácratas también se incluye al profesor rebelde de la Universidad Popular de Caen, Michel Onfray, y su Antimanual de filosofía como un digno representante de este auge de la divulgación filosófica -el único que realmente me llama la atención de toda esta seguidilla. O Roger-Pol Droit, profesor del Colegio Internacional de Filosofía y columnista de Le Monde, con sus 101 experiencias de filosofía cotidiana.

O, también el suizo Alain de Botton y su obra dedicada a la «filosofía de la vida cotidiana» incluyendo al bestseller Cómo cambiar tu vida con Proust . Ah y no nos olvidemos de la consejería filosófica, de la mano de Lou Marinoff, autor de Más Platón y menos Prozac otro bestseller más agrupa a más de quinientos filósofos en su American Philosophical Practitioners Association.

Pero no nos desviemos con estos retorcidos franceses y volvamos a USA porque mi bronca en contra de los gurús económicos tiene justamente como destinatario un personaje que ha tenido la desafortunada idea de combinar filosofía y economía en las peores dosis posibles. Se trata del señor Tom Morris, autor de Si Aristóteles dirigiera la General Motors otro bestseller, quien es el consejero filosófico de cabecera de corporaciones como Motorola, Coca Cola, IBM, la us Air Force, General Electric y Campbell Soup. Por enseñar Aristóteles y Kant a altos ejecutivos norteamericanos, Morris gana cerca de treinta mil dólares la hora, una de las más altas tasas para un conferencista en ese país.

Y la convergencia entre gurues económicos y filosóficos esta dada pro la aparición de una nueva obra de Morris titulada Si Harry Potter dirigiera General Electric. El saber del liderazgo según el mundo de los magos (Planeta 2006).

Los laureles eternos de la General Motors

El autor tiene sus laureles. Fue profesor de filosofía durante 15 años en la Universidad de Notre Dame y desde 1996 es presidente del Morris Institute for Human Values en Wilmington Carolina del Norte. Alguna vez aporto a la impagable revista Fast Company donde le hicieron una entrevista que dice bastante acerca de como piensa y opera el gurú.

Y francamente ya sea en la entrevista o en los interminables párrafos que tapizan su libro sobre las virtudes de Harry Potter me resulta muy difícil desentrañar algo mas que sentido común, recetas y obviedades. Sin embargo la obra tiene 265 páginas, esta plagada de truismos y parece increíble que se haya podido convertir en un best-seller en USA y haya sumado puntos para ingresar en la mixtura de gurús económicos y filosóficos tal como hemos inventariado mas arriba.

Bah no hay de que sorprenderse en rigor. La industria editorial mientras es socavada por el tsunami crítico de las prácticas post-textuales en Internet sigue promoviendo esta pulpa supouestamente sorprendente. Mientras sinq ue andie lo advierte empieza a conmformarse nuevos agancimaientos de cultura de la convergencia que pronto barrerá con esta singenjuidades

Porque basta sumergirse un poco en la obra de Morris, para entender las causas de su éxito. Tomemos un par de ejemplos elegidos al azar «La valentía de asumir riesgos y de decir la verdad es de una importancia inigualable para lograr el éxito» o «Ninguna virtud existe sola. Pero cada uno de nosotros puede encarnar una virtud en mayor grado que otras» les trasmite acabadamente el tono y el objetivo del autor que no es otro que convertir a la autoayuda en una cruza de literatura supuestamente inteligente como la generada por Rowlings matizada de estas aburridas sentencias filosóficas.

Por si no les alcanza con lo anterior miren cuales son los cinco pasos de Harry Potter para alcanzar la valentía y que Morris considera modelos e conducta empresarial exitosa y bien lograda.

1. Prepararse para el desafío,
2. Rodearse de apoyo,
3. Entablar conversaciones positivas con uno mismo,
4. Concentrarse en lo que esta en juego,
5. Actuar apropiadamente.

Ya no se que es peor si caer en las fauces de los filósofos académicos o de estos caricaturistas. Si sumergirme soporiferamente en las criticas eruditas a la filosofía (a la Adorno y Horkheimer) o si merodear aportes como los de Daniel H. Cabrera y de Luis Ángel Abad Morales</B> como hicimos este año en la cátedra de Datos.

Pero de algo pueden estar mas que seguros, leer, pregonar o tan siquiera criticar a Tom Morris, no es algo a lo que le dedicare un minuto mas, salvo este comentario de ocasión y al paso que acaban de leer. Cuanta pavada suelta que hay por ahi y cuanta prensa encomiástica (en este caso de la editorial Perfil para tonterías como estas).

Publicado enMemetica

2 comentarios

  1. Roxana Kreimer Roxana Kreimer

    Hola Alejandro:

    Sorprendentemente me encuentro en internet con un comentario tuyo negativo sobre mi Café Filosófico. Dado que no has venido jamás a mi Café Filosófico, y dado que tu artículo habla en contra de mi Café sin un sólo argumento, me queda una gran duda: ¿cómo es posible criticar algo que uno no conoce? Una perspectiva en relación al conocimiento por cierto muy poco filosófica. Debe ser por la misma razón por la que la gente habla bien de libros que jamás ha leído.
    Cordiales saludos
    Roxana Kreimer

  2. miriam susana miriam susana

    Roxana . propongo que vaya Alejandro a un encuentro de cafe filosofico y ese dia traten por ej la tension filosofica entre los simpson y harry potter, ya que parece que leyó mucho sobre eso me encantaria enterarme de que tipo de filosofia se trata, por favor lleven un traductor porque de este articulo no entendi nada, de que habla, ni siquiera me di cuenta que estaba criticando tu cafe filosofico.. estare vulgarizada? ya no entiendo a los intelectuales?
    pense que harry potter era para niños

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *