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Día: 26 junio, 2010

La cátedra edita la participacion de los alumnos. ¿Eso del edupunk no es después de todo mas que un engaña pichanga?

Por Nadia Lucero del grupo DesenREDando Puntos de la Comisión 18 de la Cátedra Procesamiento de Datos de El Proyecto Rediseñar 2010

Bienvenida la disidencia/resistencia

El martes a la noche terminó la primera cursada de El Proyecto Rediseñar con una Video Mashup a cargo de Mariano Legnane. Fue un momento emocionante que tiene pocos antecedentes en la historia de nuestra reinvención como cátedra y de la creación de un dispositivo aulico 2.0.

Pero el mayor aprendizaje del cuatrimestre no provino solo de llevar hasta las últimas consecuencias la idea de emancipación intelectual como se vio en ese gran final, sino también de activar todas las emociones, reacciones y contradicciones que la puesta en marcha de este dispositivo supone.

Al haber pasado del modo análisis como fue concebido El Proyecto Facebook al modo síntesis que caracteriza a El Proyecto Rediseñar, muchos claroscuros del año pasado salieron a luz, muchas resistencias (de ambas partes) se activaron, y un conflicto larvario acerca de pareceres, tendencias, ideologías, modos de ver las cosas, cosmovisiones, y rol de los roles quedaron claramente a la luz.

Ello se tradujo en pedidos de interpelación, en discordancias sobre formas y contenidos, en demandas de reseteo, y en algunos casos de soliciudes de volver a viejos formatos y estilos, que como se verá a continuación, o no habrían sido debidamente escuchados o no corresponde a lo que nosotros como cátedra imaginamos como destino de la Postuniversidad.

Quizas mejor aun que en el práctico que dio lugar a la afloración de la bienvenida discordia, estas notas, que acabamos de intercambiar con una no-alumna, muestran con claridad de que estamos hablando, y que sienten algunos de los no-alumnos frente a la experiencia del rediseño aúlico.

Como ella insistía en que editábamos la presencia de los alumnos en la cátedra, le respondí que no éramos lacanianos, por cuanto para nosotros el docente no es la «verité qui parle» (los subitulos corren por mi cuenta)