Martes 19 de Octubre en Barcelona
Disfrutamos el último desayuno bajo esa maravillosa cúpula que curiosamente antes de las 8 AM está a oscuras y pierde gran parte de su encanto. Nuestro AVE sale a las 9 de la mañana y con precisión europea (porque esto trasciende a España) a las 11.30hs estábamos en la Estación Sants en el Centro de la ciudad Condal.
De la estación al hotel pasaron apenas unos minutos gracias a uno de los pocos taxis que tomamos en este viaje y nuevamente nos alojamos las 3 noches (fueron apenas 80 horas contadas) en el Hotel Constanza del correr del Bruc (añoramos a nuestro querido Catalonia del Carrer de Bergara) con la particularidad de que a las 11 de la noche desaparece el hombre de la recepción, y no hay nadie que atienda ni entienda (por eso para hacer una nueva presentación de I&B con Julito hubo que acudir al hotspot del teléfono y nos liquidamos 2 Gb, casi la mitad de lo que consumimos en todo el viaje y eso que mandamos fotos a roletes).
Los pies nos llevan antes que a ninguna parte a la librería Laie de Paul Claris donde volveríamos a la tarde para agenciarnos de un libro para mi mamá (la reciente biografía de Benito Perez Galdos Vida, obra y compromiso de Francisco Cánovas Sánchez que terminó siendo bastante sosa y de la esperada versión gráfica de Sapiens. Una breve historia de la humanidad de Yuvel Noah Harari que será el primero de la nueva colección que pensamos armar con novelas gráficas (aunque tenemos ya Maus de Art Spiegelman).
No podemos dejar aterrizar en el Café Zurich presidiendo esa rambla amplia y elegante (justo el lugar que antes ocupaba Marks & Spencer fue invadido por un Primark gigantesco), en la Librería Central de la calle Elizabeth donde esta vez no encontramos tantas cosas interesantes como otrora y la libreria del MACBA también está poco caída
Ciencia-Fricción
El shock del día lo dió el CCCB adonde no hace mucho visitamos la fascinante exposición de Timothy Morton Después del fin del mundo en el año 2018 una exposición sobre el planeta, transformado irreversiblemente en el planeta Antropoceno tras dos siglos de intervención del hombre en los sistemas naturales. Pero también fue una exposición sobre cómo llegaremos al mundo de la segunda mitad del siglo XXI, y sobre la responsabilidad de nuestra sociedad para con las generaciones que nacerán y crecerán en él.
Mas recientemente en 2019 asistimos a la fantástica dedicada a la cuántica que aporta claves para entender los principios de la física cuántica, y lo hace a través del trabajo creativo conjunto de científicos y artistas.
Esta vez en Ciencia fricción Vida entre especies compañeras el tema era no menos apasionante (y el sitio web que lo acompaña es magnífico) pero la producción no tuvo tanto dinero como en las épocas doradas y el flujo de público -como todo lo que toca al turismo en estos días en España- mermó ostensiblemente.
Las preguntas que se hace la curadora (inspirados en la obra y trayectoria espectaculares -pero bastante marginales- de Lynn Margulis (1938-2011) y Donna Haraway (1944- ) ¿Es posible imaginar otras historias terrestres? ¿Podemos pensar otras maneras de vivir entre especies diferentes? se exploran a través de una selección de obras artísticas y de piezas de divulgación científica.
La expo plantea un cambio de mentalidad y de sensibilidad que cuestiona la supremacía de la especie humana y apuesta a una visión del mundo entendido como un ecosistema en el que conviven todas las especies del planeta
No había tiempo para escalas ni desvíos porque a la tardecita debía encontrarme con Jordi Jubany y Carlos Scolari para ir a una presentación que sería uno de los picks o puntos culminantes del viaje.
El Passeig de Gracia
El Passeig de Gracia está mas lindo que nunca por lo que cabe dudar de que Barcelona esté en crisis o sea una ciudad en decadencia (ver Qué rara decadencia de Jordi Carrión). Por todos lados se ven bares y restaurantes fabulosos y hasta en el terreno que mas me aoasiona que es el de las librerías nos sorprendieron muy mucho el debut de la clásica Finestres y la cruza de Museo con Biblioteca que es Ona ambas a pocas cuadras de distancia de Diagonal.
Buscábamos unas botellitas azules muy simpáticas que nos daban en el VIP de Iberia pero no las encontramos, había unas parecidas pero me pasé entrando y saliendo de supermercados del barrio y nunca encontré las de 0.33lts , solo las había en el Corté Inglés que tiene unas secciones Gourmet que nos recordaron mucho al añorado City Market de México.
Obsesionados como estamos con Carlos Scolari por las interfases sociales, políticas y culturales y por los diseños que las tienen de protagonistas, en pocas cuadras nos topamos con dos novedades una mas radical que la otra. En la esquina de Paseig y…. hay un gigantesco Banco Santander cerca de la casa Milla pero ya devenido un cowork completo (había antecedentes en el CaixaBank para jóvenes, y de esto habíamos hablado en México con el querido Arturo Cherbowski) pero de este tamaño y alcance no habíamos visto ninguno. Nos comentaron que los antiguos clientes (de millennials para arriba) los odian, señal de que cabalgan.
Mas shockeante fue habernos encontrado con los quioscos blancos de “Buenas Noticias” que ofrecen un puñado de diarios tradicionales y alguna revista a la izquierda y una cafetería bien dotada a la derecha (incluyendo café gratis). Mariekodizar quioscos aunque en las redes las madres añoren los cromos y tebeos es otra señal de época por mas a que los boomers les duela y mucho.
Corroborando que Madrid y Barcelona son ciudades para caminar a destajo, llegué tarde a la cita con Jordi y Carlos porque caminé las 15 cuadras que me separaban del hotel, por ello nos perdimos de ver la exposición Underground y contracultura en la Cataluña de los 70 en el centro Palau Robert.
No hubo tiempo para nada mas, apenas de cruzar la calle, meternos en la estilizada Casa SEAT en el ciclo Cafés Literarios, perdernos en sus recovecos hasta finalmente aterrizar en el subsuelo para la presentación oficial de la novela Membrana de Jordi Carrión en Barcelona.
La entrevista que le haría Alicia Kopf a propósito de su última novela que hace poco gano el premio de Novela Ciudad de Barbastro 2021 y que a juicio del autor -y de numerosos críticos- se ha convertida en su producción mas afiatada y sofisticada en múltiples terrenos: formato, narración, antecedentes, fuentes, dialogo, pulso del mundo, a mitad de camino entre la exhibición museística y una novela tejida a punta de palabras sería sumamente enriquecedora.
La novela es, sobretodo, un ejercicio (con pocos antecedentes aunque empieza a haberlos) de poesía, ensayo y narrativa (como el mejor Eloy Ferández Porta -presente en la charla- y como también hace Agustin Fernández Mallo quien aquí le regala una encomiástica critica, lo mismo que esta otra).
Había unas 150 personas por cuestiones de aforo, el lugar era amplio pero interrumpido por unas molestas columnas y el diálogo de Jordi con Alicia transcurría ameno. Terminó firmando unos cuantos ejemplares, nuestra expectativa de cenar con eel no se cumplió esa noche, así que nos encerramos con Jordi Jubany y Carlos en un Tagliatelle, de impresionantes y sabrosas raciones.
La seguimos en una terraza cercana con el consabido carajillo. Hablamos de todo y de nada, la alegría del reencuentro (y eso que con Carlos nos habíamos encontrado 3 noches en Madrid) no se aplacaba. A los que insisten en que el Zoom reemplaza lo pesencial en muchos terrenos (desde el trabajo hasta la educación, de lo profesional a lo familiar) no saben de que están hablando.
Como cada vez que venimos por acá nos esperan pocas horas de sueño, porque lo que le dedicamos a Morfeo se lo retaceamos a la inmersión en la ciudad, a ser flaneur de los pasajes que tan bien retrató Carrión en El Libro de los pasajes como bien reseña el gran César Rendueles en Arqueología de la Barcelona del 15-M .
Se trata de descubrir nuevos parajes o de reencontrar los viejos, todos de una belleza y atractivo sin fin. Y así segurióamos 3 días mas, lo que no alcanzó para bada, pero fue un feliz rebautismo.
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