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Categoría: Software Social

Etnografías de Facebook. Irreduciendo el software social. Cuando la arquitectura es la retórica de la red


Modalizar no es moralizar

Bruno Latour nos enseñó tantas cosas, que es difícil agradecerle todas y bien. Pero una de las mas duraderas ha sido la noción de modalizacion de los discursos. Importa tanto lo qué se dice acerca de qué, como cómo se dice acerca de, quién dice qué, cómo se instalan los temas y los tropos, quiénes los definen y bautizan, quiénes los explican y los rearticulan. Y esto vale tanto acerca del mundo real como del virtual. Y muy especialmente del virtual. Donde las operaciones de marketing, visibilización, esponsorización y de puesta en circulación requieren de figuras, de promotores, de usuarios.

La modalización tiene sus riesgos cuando se presenta como academización. Tuvimos un excelente ejemplo cuando nos enfrascamos en la lectura de Ciberculturas Juveniles coordinada por Marcelo Urresti de la UBA, donde fenómenos que son vibrantes, confusos, e desinstitucionalizantes, fueron barridos por la mirada ubamarxista, pasteurizados por las viejas dicotomías y distinciones de siempre, y en definitiva englobados bajo una mirada ideologizante previas a cualquier lectura y que se impone mecánicamente llevando a conclusiones sabidas de antemano independientemente de que objeto se analiza.

Matt Mullenweg. Un emprendedor de 24 años que tiene mucho para enseñarnos

Segundo WordCamp argentino

El año pasado a instancias de la la labor organizativa de Mariano Amartino tuvo lugar en Buenos Aires el primero de los WordCamp a nivel internacional. El sábado anterior en la cómoda sala que posee Microsoft en la calle Bouchard, y ante un auditorio prácticamente colmado, volvió Matt Mullenweg a la Argentina y nos conmovió con su claridad, capacidad de síntesis y sobretodo amenidad y habilidad para mostrar lo que hace, mostrar en vivo y en directo como es un auténtico emprendedor, y como es eso de que «no» existen los nativos digitales.

Entre su anterior viaje y este Matt asistió a cerca de 20 wordcamps internacionales, aprendió a decir “Buenos Dias”,» Gracias» y algunos otros monosílabos castellanos, y adquirió una destreza como presentador llamativa. Igual -y a diferencia de tanto sanatero local- si bien admiró la osadía de que se hiciera la primera reunión internacional aquí, la que mas le gustó hasta ahora fue una que tuvo lugar en un pueblito filipino, donde entre él y la audiencia había una separación de una pileta y muchos murciélagos de por medio.

Un Congreso Panamericano en medio del quiebre tecnológico

1. Muchos congresos pasados y futuros

No sabía adonde habían tenido lugar los tres congresos panamericanos de comunicación previos, ni cuales habían sido sus respectivos leit-motivs. Google mediante ahora sabemos que el primero fue Industrias culturales y diálogo entre civilizaciones en las Américas, llevado a cabo en Montreal en 2002, el segundo en Zacatecas en 2003 y el tercero «Integración comercial o diálogo cultural ante el desafío de la Sociedad de la Información» tuvo lugar en Buenos Aires en 2005.

Tampoco el lema de este cuarto congreso «Industrias de la creatividad. Creatividad, Industrias Culturales y Desafíos para los Comunicadores fue lo que me decidió a asitir. A veces se tejen lazos de amistad con gente, que si son persistentes y benevolentes, consiguen que uno les diga que si, para traspasar la cordillera, estar allí menos de 24 horas, y volver al terruño, no sin antes haber armado alguna escenita o haber disparado algún terremoto epistemológico.

Ya había estado en la Universidad Mayor en su sede Huechuraba hace dos años, cuando Argentina perdió por penales su partido de semifinales con Alemania en el Mundial de Fútbol jugado en ese país. Esta vez no hubo fútbol pero también hubo un partido en el que me tocó perder. Fue el intento de conectar la computadora al cañón.

La fusión tecno-política-artística. Gloria y loor a la Red Panal

«En el fondo, lo que estamos intentando es preservar el material cultural sonoro de una región, a partir de un registro digital. La idea es llegar a hacer un mapa de sonidos georreferenciado de Argentina y luego de Latinoamérica, y que cada audio de ese banco de sonidos pueda ser usado para seguir difundiendo nuestra cultura. Después, el tema de la composición por pistas es como desarticular un cuento en palabras, abrir el juego de sentidos, expandir las posibilidades de creación».Red Panal

Balbuceando un sábado a la noche

Varias semanas atrás Matías Neuburger me buscaba afanosamente para que participara del evento Encuentro de Cultura Libre y Música Colaborativa, que tendría lugar en el Centro Cultural de España en Buenos Aires (en la sucursal Paraná del ex-ICI), y que siendo un sábado a la noche me resultaba mas que chino, sobretodo porque en ese momento recién estaría bajando del avión que me traería de vuelta de Lima

Los bárbaros de Google. Educando con sentido a la generación Einstein Segunda Parte

La fiesta del saqueo

Los bárbaros saquean todo y saquean de todo, saquean a todos. Nada los amilana. Nada los desconcierta. Y cada uno de los saqueados reacciona como mejor puede. A veces en términos conciliatorios, otra veces con dudas y resistencias mas evidentes. Pero de todas las aldeas a saquear hay una que nos duele hasta el tuétano y que estamos dispuestos a defender con un ahinco y con una fuerza como ninguna otra.

Se trata de nuestra aldea mas cara, del mundo de los libros y de los grafemas, del mundo de la cultura letrada y del mundo sobre el papel (Olson). Porque si hay algo en que todo el mundo (defensores y detractores, amantes o repudiadores) está de acuerdo, es que nunca como hoy la ciudadela de los libros se ha visto tan afectada, para mal, como este mundo vandalizado.

Hay dos medidas en la que los críticos y nostálgicos basan toda su argumentación y todo su desconcierto. ¿O acaso nos escuchamos a diario la cantinela que proclama que…?

De «Wittgenstein flies a kite», a «The Craftsman» de Richard Senett

«Idas y vueltas en nuestras errancias librescas

Con un libro reciente me pasó lo mismo que me pasó en su momento con History of The Pencil. A story of design and circumstance de Henry Petrovski. En viajes sucesivos, que en ese tiempo tomaban intervalos de a lo mejor de un año, lo ví en los anaqueles, lo hojeé un par de oportunidades, y aun así no me lo traje en las faltriqueras que solo admiten una decena por viaje.

Esta vez se trata de Wittgenstein Flies a Kite: A Story of Models of Wings and Models of the World de Susan Sterrett, que en el curso de dos meses ya pasó dos veces por mis manos, en ambos casos a un precio mas que reducido, y que aun así me pareció tan exótico (pero al mismo tiempo tan tentador), que di vueltas y vueltas y otra vez lo dejé reposar en los anaqueles.

La estupidización de las multitudes. El dia que Pedro Barcia se agenció de un aliado de ley.. sin saberlo.

El dipolo nativos/inmigrantes digitales

Que Pedro Barcia haya llevado a un grupito de alumnas geniales de una escuela del interior de nuestro país a refutarlo con donaire, y a dejarlo chiquito por defender posiciones recalcitrantes, ingenuas y poco interesantes, cuando de atender a la emergencia de nuevos tecnodialectos se trata, es algo que recordamos en cada charla que damos porque nos encanta mostrar como la guerra entre David y Goliath es ganada nuevamente por una pequeña David. Que una mocosa de 12 años como Ana Clara dalla Valle de la escuela Kennedy de Pujato Prov. Santa Fé, de vuelta al presidente de la Academia Nacional de la Lengua es algo que da para pensar y nos obliga a tomarnos en serio el dipolo nativos/inmigrantes digitales.

Pero mas alla de la anécdota, no nos llama tanto la atención la postura de Barcia, porque hemos vista mil y una veces a gente de su edad, pedigree, relevancia institucional y defensores del viejo orden analógico exhibir otras semejantes. Lo que realmente nos dejó patitiesos fue toparnos con la tapa de la revista The Atlantic tapizada con un enorme titulo con la caligrafía googlesca que se/nos preguntaba provocativamente si Google no está estupidizándonos «Is Google Making Us Stupid?» por Nicholas Carr (estoy seguro de que Carr no leyó a Cassin para inspirarse en ella, con lo que las preguntas tontas parece que afloran solas).

Un formato exquisito. Un contenido meditado. Una recepcion espectacular, la charla OEA-EAFIT 2008

«Je cherche mon bien oú que je le trouve» (Verlaine)

Hay eventos mágicos. Hay mañanas iluminadas. Hay coordinaciones conductuales que descollan y generan vibraciones colectivas descomunales. Fue eso lo que paso con el colectivo que el 4 de febrero de 2008 organizó una Gran Movilización Mundial en contra de las FARC y en la cual participaron más de 13 millones de personas alrededor del mundo,

Quizás el hecho de que la mesa estuviera en manos de por Rosa Cristina Parra, la coordinadora general de esa movilización fabulosa haya tenido algo que ver. Seguramente contribuyó también el larguísimo viaje en avión desde Buenos Aires a Panamá hecho durante el día, que me permitió digerir por segunda vez a Clay Shirky, y confirmar que mis antiguas lecturas de su weblog (de una densidad conceptual poco común, semejante a las de los de Juan Freire, Gines Roca, Alfons Cornella y no muchos mas) habían sido mas que acertadas, y que su reciente libro contiene muchas pepitas memeticas exquisitas, que nos inspiraron mucho ayer y lo harán mucho mas en el futuro inmediato.

Rosario también sirve para pensar

Rosario -y en especial la Fundación Libertad- se han convertido en mi laboratorio de ideas y acciones. Y no tanto porque lo haya planificado, sino porque el lugar (maravilloso frente al río), el formato (dos clases de 4 horas cada una), el auditorio (pequeño y mas que atento con nunca mas de 15 a 20 personas), y el especial clima que mágicamente se genera en estos encuentros, así lo certifican.

Debo haber ido 3 o 4 veces a ese Curso de Postgrado en Direccion de Sistemas de Información y si bien en su primer edición brindé una exposición mas sistemática y formal (en realidad mas ajustada a lo que deben ser los negocios en la era digital), ya en la segunda le encontré esta nueva función a la invitación, la tercera del año 2006 cumplió plenamente con el objetivo y la que acaba de terminar lo confirmó plenamente.

El retorno trágico/triunfal de Stafford Beer

EL RETORNO TRAGICO TRIUNFAL DE STAFFORD BEER

Las dos, tres “n”, culturas

Muchas veces los humanistas critican acerbamente a la tecnología acusandola de olvidarse de los valores humanos. Y generalmente tienen razón. Por su lado los técnicos, ingenieros y científicos deploran que por no escucharlos los políticos siguen chapuceando y no resuelven los grandes problemas de la vida cotidiana: transporte, alimentación, vivienda, energía. Multiplicando así la miseria y dividiendo peligrosamente a la sociedad, entre poco que tiene mucho y muchos que tienen poco. Y obviamente también tienen razón.

Cada tanto la política y la tecnología logran armonizarse y en esos contados casos los resultados pueden ser espectaculares. Pero también por su eventual potencia transformadora pueden devenir en amenazas para el status quo y finalmente son boicoteados y olvidados. Es el caso del proyecto Cybersyn, uno de los primeros a nivel mundial en donde ciertas tecnologías de la comunicación, nuevos modelos de gestión y una epistemología liberataria se aunaron para transformar tecnológicamente a la sociedad.

Recordar hoy ese fracaso puede ayudar quizás a entender lo difícil de esta alianza entre tecnología y política, y los enormes intereses que mas alla de declamaciones, no están interesados en que fructifique