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Categoría: Inteligencia Colectiva

De «Wittgenstein flies a kite», a «The Craftsman» de Richard Senett

«Idas y vueltas en nuestras errancias librescas

Con un libro reciente me pasó lo mismo que me pasó en su momento con History of The Pencil. A story of design and circumstance de Henry Petrovski. En viajes sucesivos, que en ese tiempo tomaban intervalos de a lo mejor de un año, lo ví en los anaqueles, lo hojeé un par de oportunidades, y aun así no me lo traje en las faltriqueras que solo admiten una decena por viaje.

Esta vez se trata de Wittgenstein Flies a Kite: A Story of Models of Wings and Models of the World de Susan Sterrett, que en el curso de dos meses ya pasó dos veces por mis manos, en ambos casos a un precio mas que reducido, y que aun así me pareció tan exótico (pero al mismo tiempo tan tentador), que di vueltas y vueltas y otra vez lo dejé reposar en los anaqueles.

La estupidización de las multitudes. El dia que Pedro Barcia se agenció de un aliado de ley.. sin saberlo.

El dipolo nativos/inmigrantes digitales

Que Pedro Barcia haya llevado a un grupito de alumnas geniales de una escuela del interior de nuestro país a refutarlo con donaire, y a dejarlo chiquito por defender posiciones recalcitrantes, ingenuas y poco interesantes, cuando de atender a la emergencia de nuevos tecnodialectos se trata, es algo que recordamos en cada charla que damos porque nos encanta mostrar como la guerra entre David y Goliath es ganada nuevamente por una pequeña David. Que una mocosa de 12 años como Ana Clara dalla Valle de la escuela Kennedy de Pujato Prov. Santa Fé, de vuelta al presidente de la Academia Nacional de la Lengua es algo que da para pensar y nos obliga a tomarnos en serio el dipolo nativos/inmigrantes digitales.

Pero mas alla de la anécdota, no nos llama tanto la atención la postura de Barcia, porque hemos vista mil y una veces a gente de su edad, pedigree, relevancia institucional y defensores del viejo orden analógico exhibir otras semejantes. Lo que realmente nos dejó patitiesos fue toparnos con la tapa de la revista The Atlantic tapizada con un enorme titulo con la caligrafía googlesca que se/nos preguntaba provocativamente si Google no está estupidizándonos «Is Google Making Us Stupid?» por Nicholas Carr (estoy seguro de que Carr no leyó a Cassin para inspirarse en ella, con lo que las preguntas tontas parece que afloran solas).

El poder de organizar sin organizaciones

¿Otra vez sopa?

Oscilamos permanentemente entre la desilusión y el desencanto por un lado, y el magnetismo y el deslumbramiento por el otro. Días enteros de pasmo y aburrimiento, y de pronto un desencadenante y un disparador que prende todas las neuronas al mismo tiempo, como las lucecitas de un árbol de Navidad, y pensamientos y conceptos que estaban adormilados se ponen a girar frenéticamente.

El catalizador puede ser una escena de la vida cotidiana, o un inesperado programa de TV (como Pushing Daisies o los tres pilotos de la Mujer Biónica versión 2008). Puede tratarse de larguísimos decálogos explicando lo inexplicable, cual es el baile del gobierno y la gauchocracia devenida oposición campestre, alrededor de un intríngulis que ya nos tiene hartos a todos.

RELPE se pone los pantalones largos

Una larga historia

La semana pasada volví a estar en Bogotá en actividades vinculadas con RELPE, la Red Latinoamericana de Portales Educativos. Asistí por primera vez a esa movida hace exactamente 4 años, cuando el Ministro Filmus me envió a representarlo en lo que serían las conversaciones preliminares para la creación de RELPE y, de paso cañazo asistir al lanzamiento de Colombia Aprende, el portal colombiano, que junto al chileno Educarchile, al mexicano Se piensa y a educ.ar daríamos los puntapiés iniciales de la Red.

Si bien RELPE ha sido un lugar donde educ.ar ha aportado tanto como ha recibido, no queda duda de que lo que sembramos colectivamente ha sido notorio y que conforma uno de los ejes directrices de la labor de educ.ar en cuanto a temática, discusiones, planteos, sugerencias y herramientas (aunque en este área es mucho lo que debemos aun avanzar).

Dime que revista lees y te dire quien eres. Pispeando pepitas de conocimiento en miami

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O te diré quien queres ser, o a quien te queres parecer, o a quien sería bueno que uno le copiara los hábitos de lectura, de información, de actualización, de entendimiento.

Como bien dice Daniel Pink en su propositivo (aunque demasiado light «A whole new mind«) en un intento de despertar algunos de los sentidos que tenemos tan dormidos, obnubilados como estamos por la predominancia del lado izquierdo del cerebro, un buen ejercicio sería hojear revistas de todo tipo, porque son un encapsulado de tendencias y de posibilidades.

A veces tenemos que mirar aquellas que están en las antípodas de nuestros intereses y gustos, porque hay que encontrar lo nuevo, desentumecedor, arisco o desfachatado en donde menos lo esperamos.

La larga cola. Los nuevos prosumidores y la saga de wikipedia Primera Parte

longtail.jpgLa Larga Cola en General

Desde que en Octubre de 2004 Chris Anderson tomó al mundo por sorpresa, para casi dos años mas tarde terminar de conquistarlo, con su tesis de La Larga Cola, han pasado ya muchos años como para que sigamos sorprendiéndonos por las intuiciones, los datos y los ejemplos brindados en su libro The Long Tail: Why the Future of Business Is Selling Less of More, en sus conferencias, en su weblog y en las controversias que rodearon una y otra vez sus llamativas ideas.

Además frente a una tesis tan amplia y casi genérica son muchos quienes la critican y han pedido en numerosas objeciones, desde correcciones menores hasta directamente su defenestración por simplista, demoníaca y hasta trivial (si les hubiese ocurrido a ellos…).

Como toda discusión es siempre política, y como toda tesis aceptada o rechazada con entusiasmo tiene tanto de verdad como de fuerza de un argumento, en vez de hacer leña del árbol en pie, o de discutir eternamente datos menores, conviene revisar una vez mas (o por primera vez) las hipótesis de Anderson, reconocer que su sagacidad y su entusiasmo no han merecido la discusión que se merece (en nuestro país y en Iberoamérica las referencias a sus temas han sido marginales cuando no desafortunadas incluyendo la pésima nota de la Wikipedia en castellano) y que conviene enfrascarnos mucho mas en su mundo si queremos entender que pasa en el nuestro.

Rosario también sirve para pensar

Rosario -y en especial la Fundación Libertad- se han convertido en mi laboratorio de ideas y acciones. Y no tanto porque lo haya planificado, sino porque el lugar (maravilloso frente al río), el formato (dos clases de 4 horas cada una), el auditorio (pequeño y mas que atento con nunca mas de 15 a 20 personas), y el especial clima que mágicamente se genera en estos encuentros, así lo certifican.

Debo haber ido 3 o 4 veces a ese Curso de Postgrado en Direccion de Sistemas de Información y si bien en su primer edición brindé una exposición mas sistemática y formal (en realidad mas ajustada a lo que deben ser los negocios en la era digital), ya en la segunda le encontré esta nueva función a la invitación, la tercera del año 2006 cumplió plenamente con el objetivo y la que acaba de terminar lo confirmó plenamente.

El retorno trágico/triunfal de Stafford Beer

EL RETORNO TRAGICO TRIUNFAL DE STAFFORD BEER

Las dos, tres “n”, culturas

Muchas veces los humanistas critican acerbamente a la tecnología acusandola de olvidarse de los valores humanos. Y generalmente tienen razón. Por su lado los técnicos, ingenieros y científicos deploran que por no escucharlos los políticos siguen chapuceando y no resuelven los grandes problemas de la vida cotidiana: transporte, alimentación, vivienda, energía. Multiplicando así la miseria y dividiendo peligrosamente a la sociedad, entre poco que tiene mucho y muchos que tienen poco. Y obviamente también tienen razón.

Cada tanto la política y la tecnología logran armonizarse y en esos contados casos los resultados pueden ser espectaculares. Pero también por su eventual potencia transformadora pueden devenir en amenazas para el status quo y finalmente son boicoteados y olvidados. Es el caso del proyecto Cybersyn, uno de los primeros a nivel mundial en donde ciertas tecnologías de la comunicación, nuevos modelos de gestión y una epistemología liberataria se aunaron para transformar tecnológicamente a la sociedad.

Recordar hoy ese fracaso puede ayudar quizás a entender lo difícil de esta alianza entre tecnología y política, y los enormes intereses que mas alla de declamaciones, no están interesados en que fructifique

El Congreso que todavía no fue, al que seguro no iré, pero cuanto me pierdo y como remediarlo en el futuro cercano.

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Tendrá lugar en Seattle cerca de los cuarteles centrales del hermano Bill. Se trata de la International Conference on weblogs and social media. Por el tema parece una mas de esas reuniones que desde el 2003 en Linz empezaron a darle status académico y legitimidad científica a la problemática de los weblogs y del software social. Pero pare la mano tallador, porque aquí hay mas de un gato encerrado y lo que se discutirá y mostrara bien merece una fiesta, o al menos una visita in situ.

La buena cosa empieza con un seminario el domingo titulado Subjectivity and Sentiment Analysis a cargo de Jan Wiebe de la Universidad of Pittsburgh. «Subjectivity analysis» es el estudio computacional de los afectos, opiniones, y sentimientos expresados en el texto. Ya están en curso el desarrollo de herramientas para seguir en forma automatizada la evolución de las actitudes y los sentimientos en foros en linea y en los sistemas de weblogs

El segundo seminario será Graph Mining Techniques for Social Media Analysis a cargo de Mary McGlohon y Christos Faloutsos (autor con sus dos hermanos del celebre paper acerca de los lazos débiles) Carnegie Mellon University School of Computer Science y Presidential Young Investigator Award by the National Science Foundation (1989) -igual que Marina Umaschi.

Cara a cara con los inmigrantes digitales de verdad

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La historia se repite. Muchas veces con tenues variaciones. Pero ese leve desplazamiento nos encuentra tan cambiados, o nos pega tan biseladamente que lo mismo es tan distinto.

Podemos ir tantas veces a un mismo lugar. Veraniego tal vez. Alguna buena excusa laboral. Obligaciones quizás. Un seminario que hay que dictar o tomar dos veces en una misma ciudad. Varias veces a lo largo de un tiempo sincopadamente, como los rituales académicos exigen.

O quizás puede tratarse de un libro o autor con el que venimos conversando desde antaño, pero que por algún motivo insondable de pronto suena distinto, parece como que lo hubiésemos leído por primera vez, o por enésima vez, y aun así algo diferente, misterioso y quizás provocativo nos regala.