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Minority Report pega duro

MinorityReport1.jpg Philip Dick escribió entre los años 50 y ’60 un centenar de historias cortas y veintipico de novelas. Su trabajo inspiró seis películas, la primera, Blade Runner, de su novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?; El vengador del futuro, de su relato We Can Remember It for You Wholesale; la francesa Barjo (1990), de Confessions of a Crap Artist; Screamers, de Second Variety; Impostor, de su relato homónimo; y Minority Report, actualmente en cartel.


Escritor muy cinemático en sus textos, Minority Report es un relato escasamente gráfico en sus conceptos, viniendo de Philip Kindred Dick. No extraña, entonces, que Steven Spielberg para su película haya creado su propia imaginería, cambiando líneas argumentales.

Dick siempre fue un maldito y un fobico total de Hollywood Y siempre insistió en detestar la maquinaria de fantasía edulcorada que funciona en Los Angeles. Dick nunca llegó a ver Blade Runner tal como se la conoció el 25 de junio de 1982, ya que murió cuatro meses antes de su estreno, el 2 de marzo. Sí vio escenas que le mostró Ridley Scott y, aparentemente, estaba de acuerdo en que Harrison Ford era como había imaginado a Deckard, Rick y hasta habló maravillas de Sean Young, la divina replicante Rachel, con la que Deckard se marcha en su auto de Los Angeles.

¿Ahora que hemos visto Minority Report, después de mucho esperarla, podemos (¿o debemos?) decir que Hollywood se reconcilió con Philip Dick? ¿O la cosa es bastante mas compleja y a esta altura hablar de acuerdos entre esos textos y estas imágenes no tiene mucho que ver?

Varias veces antes de Minority Report, Hollywood se había apropiado de las ideas de Dick y se había ido para cualquier lado. Aunque Blade Runner terminó siendo sumamente oscura (mas todavía en la versión 1992 The Final Cut, que el estudio no se animó a presentar en plena era rosa de Reagan) y presenta un futuro atemorizador, en el original tenía un final distinto. Deckard estaba casado y se seguía preguntando si el policía era o no un replicante.

El vengador del futuro, de Paul Verhoeven, pende de un hilo del original, con Schwarzenegger metido en una intriga en Marte, con implantes mentales incluidos. La cuestión política quedó para otra oportunidad.

Las obras de Dick sobrevuelan casi siempre los mismos temas filosóficos: qué es el hombre y qué es la realidad. Lo dice Deckard, en referencia a los replicantes, en Blade Runner: «Todo lo que querían eran las mismas respuestas que nosotros. ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Cuánto tiempo me queda?»

Por eso queda clarisimo que esa película (junto con 2001 y con Gattacaa tres de las mas grandes historias de ciencia-ficcion jamas filmadas) son el equivalente contemporáneo de los antologías filosófico literarias y textuales de los siglos XVIII y XIX, con Kant a la cabeza

En Minority Report los cambios respecto del original son brutales. Paradojicamente fue el mismo Dick quien habia sostenido que (..) la herramienta básica de la manipulación de la realidad es la manipulación de palabras. Si se controla el sentido de las palabras, se puede controlar a la gente que usará las palabras. Hollywood le hizo caso al dedillo y le cambio su historia de cabo a rabo

En la versión original los premonitores, como llama Dick en el cuento a los precognitivos que delatan a los autores de crímenes antes de que éstos los cometan, son adultos, no jóvenes, nadie sabe cómo fueron a parar allí, y están sentados con sus cuerpos deformes.

Claro a Dick le pasó lo mismo que a Vannevar Bush con su Memex hipotetizamdo sobre una máquina de microfilms. No podía imaginarse lo que serian los monitores de televisión gigantes, los guantes de realidad virtual y los efectos especiales hechos posibles por las computadoras

En la versión 1955 de Dick las imágenes de las premoniciones no eran registradas y vistas en pantallas de cristal líquido, si no que se reajustaban en formas de símbolos visuales y eran transcritas en tarjetas perforadas convencionales, típicas de las ahora obsoletas computadoras IBM. Je y que despues se diga que Dios no es la Sociedad.

Los cambios en la trama son múltiples al punto tal de que la versión de Spielberg se permite maslicencias de las que un poeta podía pedir. En la versión original los tres precogs no son los únicos del sistema en un futuro sin fecha. No existe Lamar Burgess, el dueño de PreCrimen, porque el jefe es Anderton, Witwer no es un burócrata detrás de la agencia, sino su futuro jefe, la esposa de Anderton (Lisa, no Lara) trabaja con él, quien lleva no seis sino treinta años en PreCrimen. Y no hay arañas rastreando a los prófugos, ni policías que vuelen. No hay un pasado con droga, ni siquiera de Anderton.

Pero donde la adecuación de Spielberg (que sin embargo en la sabrosa entrevista que le hizo Wired, reconoció haber sido mucho mas duro con si mismo y con el publico que en muchas obras anteriores), lindan ya no tanto con la retórica y la narrativa sino directamente con la ideología. Es que en la versión original de Dick el protagonista no estaba destinado a matar al desconocido Leo Crow, si no a Leopold Kaplan, un poderoso militar.

Que en la versión original de Dick el protagonista de Minority Report no estaba destinado a matar al desconocido Leo Crow, si no a Leopold Kaplan, un poderoso militar es verdaderamente una idea en el sentido batesoniano. Una diferencia que hace una diferencia. Es decir una diferencia nada menor: Spielberg contrapone la guerra de seguridad entre una compañía privada y el Estado, mientras que Dick enfrentaba a la policía con el Ejército, en un contexto devastado de posguerra anglochina.

Si Spielberg hubiese encarado este proyecto despues del 11 de septiembre a lo mejor no se hubiese animado a restaurar a Dick borrándole las huellas de la guerra fría en las cuales el escribía y actuaba sus paranoias proyectándolas al futuro -nuestro indescifrable presente.

Porque para Dick estaba claro que ibamos irremisiblemente hacia la tierra del Gran Hermano, con la multiplicación del arresto de gente inocente, con los procedimientos usuales de la Policía: gobernar con el terror. Cuando Spielberg elige que Anderton este obsesionado por la perdido a su hijo y reconstruye la trama alrededor de su pérdida psicologiza una problemática que en Dick era harto mas política.

Los críticos sesudos (a lo Amante) le dan otra vez con un caño a Spielberg. Era de esperar, pero sin embargo algunos méritos debieron reconocerle en el camino, aunque como siempre el pensamiento castrado parece querer ir mas lejos y ser mas fuerte que la realizacion efectiva de un festival de imágenes.

Así Eduardo Russo en una critica interesante pero que busca permanentemente restar, antes que sumar, insiste en que aunque la película tiene interés dista de ser buena película. Pareciera que el problema con esta película no es ella, y la adaptaciones o recaída en la sensibleria sino el supuesto de que Spielberg no puede hacer nada bien ,y de que une escritor como Dick escribió todo insuparablemente como para que su tratamiento (a manos de alguien que no sea Ridley Scott por ejemplo o un Andrew Nicoll (director de Gattaca) necesariamente tiene que ser un pelmazo.

Es posible que la cultura de las imágenes haya devenido en realidad la del clisé. Porque de eso lo acusan permanentemente los críticos a Spielberg, de no aportar nada nuevo, de sobreactuar la impresión de déjý vu, haciendo del espectador una especie de postcog, que ya vio antes estos crímenes:

También se lo acusa de ser un hijo bobo de Kubrick. Por eso su paronoia no podría ser sino pasteurizada. La conjunción de crimen y lotería, de predestinación contra libre determinación, puede prometer buenas ideas, pero Spielberg seria incapaz o no querria seguirlas, reduciendo todo a un duelo paterno-filial que guía al film, un hilo conductor que desafía toda perversidad noir en función de un bien y un mal claramente dispuestos, donde la integridad resiste cualquier cosa y el destino cede ante la ideología del ìTú puedes hacerloî.

Es fácil demoler a la película con un guiño como cunaod Russo sostiene que «En una sola frase de Dick, en un solo thriller de Fritz Lang había más paranoia que en las dos horas y media de esta película». Acaso porque aquí las imágenes están para cualquier cosa excepto para que alguien vea. El imperio de la distracción universal, ideado para espectadores distraídos, rescatados de la dispersión sólo por el continuo compromiso físico, subrayado estentórea mente por John Williams.

La verdad es que ya me aburre hasta el hartazgo este diccionario del poder de la palabras que trata de ningunear sin ninguna verguenza al desfile de imagenes haciendo caso omiso de la majestuosidad del movimiento.

No, no comparto estos diagnósticos lapidarios, no me gusta este regurgitar de palabras que solo aluden a la inanidad de la imagen. Por algo hay tanta critica que se quiere defender de películas como estas.

Efectivamente Minority Report no será la numero uno o dos de las películas maravillosas que quedaran para siempre en la historia de la ciencia ficción, pero seguramente ocupará un sitial privilegiado en una forma de diseñar al futuro que encuentra en el panoptico a su propuesta mas viable y creible.

Que el final de Minority Report es edulcorado es algo que nadie niega. Que de haber sido mas fieles a Dick el complot no se hubiese desmantelado jamas y los precogs hoy seguirian soñando pesadillas que supuestamente liberarían al resto de la población del mundo y de USA de las suyas, tambien es probable.

Pero de allí a ningunear berretamente a Spielberg y a sostener que esta pelicula es un mal menor (del mismo modo que se ningunea a The Matrix) hay un camino que se recorre rápido pero que ignora mucho acerca de las formas en como podemos todavia procesar imagenes, mas alla de que Spielberg (deliberadamente o no ) busque pasteurizarlas.

Para un sitio que emula una campaña pro instalación de pre-crim

Para un sitio donde profundizar en las paranoias de Dick, un genio sin tacha.

Publicado enVirtual/Artificial

Un comentario

  1. buenas, estoy aquí echándole una ojeadita a tu blog y resulta que es el primero que encuentro que habla de memes y demás. Te invito a echarle una ojeada al mío y si te gusta, incluso podríamos linkarnos. (el mío no sé si me está quedando demasiado trash: cualquier sugerencia es bienvenida)

    saludos

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