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Las golosinas (visuales) como el hecho perverso de la cultura burguesa. El retorno de lo reprimido. Pesima actuacion en el primer Ignite porteño

ignite isologo

Basta de leer

Hace años que vengo insistiendo en que no hay peor conferencista, orador o presentador que aquel que lee. Entre mis némesis tengo a algunos académicos que cometen la osadía, o tienen el tupé, de leer lo que ellos llaman cuartillas, durante un tiempo interminable que en algunos casos supera la hora.

Aunque cada vez es menos frecuente, o yo frecuento mucho menos los ámbitos o cenáculos en donde suceden tamaños atentados en contra de la comunicación cara a cara u ojo a ojo, cada tanto me ocurre.

Paso así cuando estuve con los psicoanalistas a mediados del año pasado, donde no había cañón y donde mi presentación improvisada se hizo usando un ppt solo para mis ojos (como le gustaba decir a James Bond en una de sus graciosas películas).

Ocurrió hace unos días en Cartagena, donde uno de los presentadores en la sesión inagural leyó 4 o 6 carillas, y desde el podio hacíamos lo imposible por adivinar si se trataba de la ultima página. Porque aunque ponía énfasis y su voz sonaba estentórea y cristalina, la verdad es que escuchar a alguien leer en público es un bajón, que no le recomiendo a nadie.

Hablar sin muletas textuales

Por contraposición desde hace mucho tiempo insistimos en el valor de la improvisación, en la necesidad de hablar sin muletas textuales, en las ventajas de la imagen para comunicar en forma integral, en la dificultad que los hombres de letras y de humanidades tenemos para hacer uso de los recursos visuales. Y sobretodo en la indiferencia de las jóvenes generaciones (llámeselos nativos o como mas le guste) para prestar atención a algo que no venga revestido con la tentación del sonido o de la imagen.

Así, aunque detestamos los PPT (justamente porque en general vienen trampeados con ristras de texto), nos encantan las presentaciones audiovisuales, en un momento nos había llamado mucho la atención las que daba Lawrence Lessig con apenas una palabra por diapositiva (aunque eso las alargaba indefinidamente) ,y desde hace años buscamos un programa que reemplace al malhadado PPT intentando comunicar … con todos los sentidos.

Nos gustó mucho por lo tanto el formato Pecha Kucha introducido hace dos años o mas por May Groppo en nuestro medio. Y aunque generalmente los grandes artistas no son buenos comunicadores públicos, hubo excepciones inolvidables como cuando Clorindo Testa hizo su presentación magistral, y cada tanto alguien se salía de la norma y combinaba forma y contenido (Liniers lo hizo por ejemplo).

Nosotros mismos adoptamos el formato Pecha Kucha no tan rigurosamente, cuando en las Tertulias de la Complejidad publicas avanzamos en esta linea y recordamos haber hecho una presentación que cumplió relativamente bien con los objetivos.

Ignite Buenos Aires, una provocación para el ensayo de nuevos formatos oratorios

Así las cosas el lanzamiento del Ignite Buenos Aires se convirtió en un fantástico desafío para poner a prueba todo lo anterior y apostar por mas. Incluso en este formato se acortaron sensiblemente los tiempos de exposición que pasaron del original 20 (diapositivas) x 20 (segundos) cada una, a uno mas demandante aun como es el de 20 x 15 reduciendo la exposición total de 6.40 minutos a 5 (y no saben la diferencia que hay en ese minuto y medio cuando de sutilezas y pitch se trata).

Es cierto puedo aducir varios motivos para lo que considero un sonoro fracaso en mi lanzamiento del Ignite 09 de ayer. Me avisaron con 3 o 4 días de anticipación y encima entendí mal y creí que era una semana después. Nuestra gran socia audiovisual Mara Balestrini estaba confinada en Córdoba, en el medio había demandas de todo tipo (cuando generalmente vivo tan tranquilo con los gatos y Toddy en el Tigre), fallaron conexiones, no teníamos las imágenes requeridas, etc etc. Y la lista de excusas puede seguir indefinidamente.

De qué hablar siempre tiene que ver con cómo hablar

Pero todas las anteriores son (malas) excusas. Porque acudiendo a la cultura del alambre, y a la buena disposición de los organizadores del Ignite, y muy especialmente gracias a Fernando Johann, que contrarreloj en contacto permanente con Mara armó una retahila de imágenes muy buenas (aunque la mejoraremos seguramente), finalmente la presentación tomó forma.

No. El problema no fue entonces que las imágenes no fueran las ideales (¿alguna vez lo son?). También hubo que hacer en tiempo récord un guión que las hilvanara y eso se logró medianamente bien a través de esas combinaciones mágicas a las que el apuro incita.

Originalmente pensaba hablar de Facebook y el maestro ignorante. Pero atrapado por los dichos magistrales de Anne-Marie Chartier «La lectura no entusiasma a los chicos de hoy. ¿Acaso lo hacía en el pasado? el pasado domingo no me pude resistir frente a una tesis a la que siempre adherí pero que ella formuló mejor que nadie.

A saber que el fin de la lectura no es el fin de la cultura. Que no es cierto que la gente (¿cuanto, cuantas, donde?) antes leyera mas que ahora. Que hay un gran mito con esto de que la lectura nos vuelve humanos, y que la misma como patrón cognitivo básico, se aplica inexorablemente a todas las actividades humanas (lectura de imágenes, lectura de paisajes, lectura de emociones y gestos) en forma irreversible, pero sobretodo deseable.

No. Chartier pegando mandobles como nadie antes (y con mas fuerza que ninguno porque ella viene del palo, hace 3 décadas o mas que se ocupa de la historia de la lectura y de la ecología de los medios y todavía mas precisamente de las resistencias escolares a los medios no textuales) insiste que en esos casos hablar de elctura es un error garrafal. Chartier me marcó de tal modo que no podía ir al Ignite sin retomar sus propuestas, y sin al mismo tiempo profundizar en su diagnóstico, y convertirme en un evangelista de su mirada.

Ideas brillantes para conversaciones vibrantes

Hasta ahí no teníamos mucho mas que retazos de ideas, pero fue Mara Balestrini que como siempre, aportó el plus que le brinda su identidad audiovisual. Y así como la dieta cognitiva occidental considera como mala a la imagen y buena a las palabra ¿no sucede algo parecido en el caso de los alimentos dulces, o sea las golosinas? Que son ricas pero hacen mal, que endulzan la vida pero terminan enfermándonos, que son una tentación pero para el mal (comer) asi nos dice la vulgata médica.

A partir de una propuesta que Mara hizo en este sentido, la charla que hasta ese momento se iba a llamar El fin de la lectura no es el fin de la cultura, devino mas dramática pero también mas simpática. Si las golosinas son el hecho perverso de la dieta burguesa, ¿cómo no encontrar fácilmente una analogía entre golosinas e imágenes.

Aunque las golosinas han sido diseñadas para ser comidas, masticadas, deglutidas, para ser pasadas por el paladar, mientras que la imagen compromete básicamente a la vista, hay en su amenaza y sobretodo en su atravesamiento por el discurso de la (condena) del placer, una analogía muy fuerte sobre la cual Mara llamó la atención.

La charla pasó a llamarse entonces (aunque nunca lo dije explícitamente en el Ignite) Golosinas visuales. Jugando, inviertiendo el sentido sobre el título y las críticas pre-sartorianas a la imagen de Josep Ramoneda de principios d e los años 80. Donde las imágenes fungirían como interrupción del mundo apolíneo de la lectura, así como las golosinas alteran el mundo de las dietas balanceadas, el buen comer (comer como se debe) y terminan enredadas en el marketing de la gula y en la fabricación de los obesos (aunque los carbohidratos seguramente contribuye a ello con mayor propiedad).

Hablando siempre de lo mismo, pero diciendo siempre algo diferente o al vesre

La analogía no estaba mal, al contrario era buenísima. Llegados a ese punto desempolvé un texto que había escrito en connivencia con una publicación que pasó sin pena ni gloria pero que merecía mayor difusión y consulta y escáneo, como hicimos el lunes) cual fue Golosinas Argentinas de Erica Rubinstein Dime que golosinas comes y te dire quien eres (no casualmente ese post de Filosofitis concitó mas de 20 comentarios encomiásticos), y las tabas terminaron ordenándose del lado bueno.

Faltaba un cierre y si bien la tentación de caer en digitalización era mucha, fue mejor seguir por el lado de la dieta cognitiva. Por eso y cayó como anillo al dedo el capitulo 4 de Nativos Digitales, Video TV, ergo sum. Cuando la cultura audiovisual también sirve para pensar,y mi amor por las series de TV y todo lo que venimos charlando con Carlos Scolari y Carina Maguregui acerca del transmedia storytelling encajaría al dedillo en esta secuencia de 20 slides.

Atando todos los cabos y desatando el desastre expositivo

Partes 1, 2 , 3. El trabajo estaba encaminado y si bien el lunes a las 2 de la tarde no teníamos ni un guión cerrado ni imágenes elegidas, sabíamos qué buscaríamos, dónde encontrarlas y cómo integrarlas. Igual no fue sino hasta las 9 de la noche (por problemas de conexión que tuve durante todo el día) que vi terminado el trabajo.

Y ahí cometí el error mas estúpido de la jornada. No era nada fácil decir tantas cosas en tanto tiempo. No era fácil trasmitirle a una audiencia compacta, media enfervorizada (felizmente acunada en tragos) con una enorme expectativa acerca de nuestras habilidades oratorias, en tan poco tiempo tantas ideas. Había preparado un ballet para exhibirlo en una plaza de toros.

Para peor -y aunque casi nunca había usado el Keynote con notas-, esta vez había primorosamente puesto en cada uno de los slides varias líneas de texto. Y cuando las leí por primera vez me di cuenta de que era imposible meter las 3 o 4 ideas que había en cada slide en esos 15 segundos.

El error garrafal fue no haberme despegado del texto, no haber puesto una nube tags con una sola o dos o tres palabras claves en cada caso y asociarla a cada una de la diapositivas.

En cambio recité aburridamente los conceptos claves, y aun así no logre acompasar demasiado bien las imágenes. No había madurado suficiente las relaciones entre texto-imagen-golosinas-TV. No pude hacer asociaciones rápidas y certeras ni ocurrentes.

Improvisar tiene sus misterios y maneras

En otras oportunidades he contado historias en menos tiempo aun (como en los dos minutos y medio del iFest de Cornella en 2007, sin usar una sola imagen). Pero allí se trató de la experiencia de educ.ar que tenía mucho mas pegada a la piel. Dí una vibrante exposición de 12 minutos en Pamplona el año pasado, quizás con una veintena o treintena de slides, pero el formato de los 5 o 6 minutos es otra cosa.

Aquí no se puede improvisar como en los otros casos, y como tan acostumbrado estoy de hacerlo en seminarios, charlas y conferencias. Las imágenes caen como una guillotina, y si no se tiene ensayado varias veces el alineamiento imagen/voz sin texto alguno como referente, es imposible que salga bien, que sea contundente, que inspire y prenda (ignite) el deseo de la gente.

Después hay cuestiones conceptuales mas debatibles. La mayoría de los expositores (absurdamente me perdí la mejor charla de la noche que fue la que dio Golombek urgido como estaba por una entrevista en Telenoche que se verá hoy jueves a la noche, que opacó también mi concentración), se centraron en contar historias de vida, hicieron apología de una forma de ser no de una mirada o una lectura como fue mi elección, vendieron algún producto o se vendieron a si mismos.

Es mucho mas difícil vender un concepto o una teoría como quise hacer yo. Donde el sujeto de la presentación no es quien la dice, sino un recorte o mirada, una apuesta o propuesta, una forma de ver y algún conflicto al que no cabe renunciar.

Y es mas difícil aun, si cuando con algún grado de abstracción tan alto, de lo que quería hablar era de la relación mutante hoy entre imagen y texto, de la interconexión entre los hemisferios cerebrales, de la necesidad de valorizar la no-lectura de imagenes como camino a nuevas formas de entendimiento.

Leer para no hablar de la no lectura

Pésima combinación/contradicción pues. Leer para hablar de la no lectura. Buscar distanciarnos de la linealidad, aceptando quedar presos de una cinta sin fin de imágenes que arrastraban la atención pero no la comprensión. Pésima eleccion de un formato Fórmula 1 para vehiculizar nuevos memes en velocidad Zen.

Lo peor es que la asociación entre las golosinas y las imágenes, su fusión/fruición en el maravilloso port-manteu Golosinas Visuales se perdió casi por completo. Inútil llorar por la presentación derramada. Muchas de estas cosas se fueron aclarando minutos y horas mas tarde. Servirán para hacer ensayos y nuevos guiones. Probaré con algunos slidecasts o podcasts. Haremos un ensayo en el próximo teórico de Datos. Mientras habrá que estudiar mas Pecha Kuchas y otras presentaciones breves, para encontrar el balance justo entre micronarrativas audiovisuales y formas de ver que merecen ser practicadas mucho mas flexiblemente hoy.

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10 comentarios

  1. roberto guareschi roberto guareschi

    Estoy de acuerdo. Tu presentación tuvo problemas de procedimiento. No cautivó. Fue demasiado ambiciosa. En cinco minutos se necesita un foco solo y bien definido. Tu análisis de los errores es muy bueno para aprender, no solo para vos.
    Tu presentación, de todos modos, fue la única que intentó producir conocimiento. Algunas fueron pequeñas historias de vida que mostraban cuán inteligente, afortunado, poderoso y/o resistente era el orador. Algunas rozaban un voluntarismo new age que siempre resucita y es un resabio del positivismo: sólo se trata de querer.

  2. Alex, el balance que hacés de tu charla serían unos marvillosos 5 minutos en el próximo Ignite. No sé cómo habrá resultado tu speech y su cosecha anoche pero lo que contás en este post podría traducirse visual y performáticamente en un fósforo que, sin duda, encendería la mecha que esta vez te dejó con ganas.

    Por ejemplo, en tu relato del supuesto fracaso hay dos frases/conceptos/ideas simplemente excelentes:

    -“Había preparado un ballet para exhibirlo en una plaza de toros”.

    -“Pésima elección de un formato Fórmula 1 para vehiculizar nuevos memes en velocidad Zen”.

    Leyéndote recordé lo que Matt Kingdon, Co-Fundador y Director de la compañía de Innovación What if?, dijo en su presentación/performance de iFest O8 en Barcelona. Kingdon mostró la imagen de un trasatlántico o buque carquero o, en su defecto, un bodoque flotante enorme y dijo que las compañías/empresas se movían como trasatlánticos y no habían comprendido que en realidad debían comportarse como lanchas. Eso era una idea innovadora. Simple, contundente y con una claridad visual indiscutible. ¿Quién no entendió eso?

    Bueno, retomo entonces mi comentario sobre tus conceptos de más arriba: “el ballet” y la “fórmula 1” son dos aciertos fabulosos en torno a los cuales podés articular tus próximos 5 minutos de cualquier cosa.

    El arte de la presentación, las performances breves y la visualización de la información más efectiva… son las preocupaciones que nos desvelan desde hace mucho. Seguimos pensando en el poder pregnante de la conversación, de ese flujo hipnótico que seduce y comunica.

    Ya lo decía Maturana “somos las conversaciones” y lo decíamos vos y yo cuando tuvimos esa hermosa conversación “Las historias que la gente se cuenta” cuya esencia, a pesar de los años, sigue teniendo vigencia.

    Va un link muy interesante sobre el auge del formato conferencias mínimas http://elastico.net/archives/2009/04/algunas_notas_s.html

    Feliz error mi amigo! Suerte que podés equivocarte y darle la vuelta al guante.

  3. Alvaro Magaña Alvaro Magaña

    Como ejemplo de lo eficiente que es el lenguaje audiovisual como transmisor de ideas, denle una mirada a: http://www.thefoodlinks.com/web/es , se trata de una plataforma de negocios para la cual desarrollamos un estilo de comunicaciones que es posible apreciar en «LOS 8 VERBOS DE LA PROPUESTA DE VALOR DE THE FOODLINKS»…, esas animaciones se usaron en la presentación oficial y fueron más clarificadoras que cien gráficos Excel y mil PowerPoints.

  4. Alejandro, de cualquier forma, el concepto «golsinas visuales» es fue muy bueno, muy sintético.

    No me pareció tan mal que los speakers hablaran de ellos mismos. Si la consigna era hablar de algo que los apasionara, que otra cosa nos apasiona más a las personas que nosotros mismos… 🙂

    En ese sentido, tu pasión por el conocimiento, quedó clara. Ojalá tengas revancha en el mismo evento.

  5. 5 min pueden ser una eternidad si no se tiene nada para decir. Pues, a elegir mas y abarcar menos 😛 Espero ver el intento en datos!

  6. Abel Alejandro Ubilla Abel Alejandro Ubilla

    No conozco aún, un cuello de botella más desesperante, que nuestro propio aparato fonador. Me da la terrible sensación de que aquel logro cultural tan importante como lo es la palabra, es un medio muy lento para la transmisión de ideas.

    Con una codificación pésima (propia de muchos archivos flv que dan vueltas en YouTube) pude escuchar/ver su exposición sobre Educ.ar, que diera en la tertulia intelectual de Cornella. Y es fantástica (no sabía que los inmigrantes digitales también podían hacer esas cosas .lol). Un bitrate altísimo (no para cualquier espectador).

    Cada éxito nos informa que tan cerca estamos de la (inalcanzable) perfección.
    Cada error nos acerca más a la (inalcanzable) perfección.
    Por lo tanto…

  7. » era imposible meter las 3 o 4 ideas que había en cada slide en esos 15 segundos.» — ¿no son muchas ideas 3 o 4 para «meterlas» en un slide?
    En junio observé tu maravillosa encendida de fuegos de ideas en escena en Oviedo, un pelín «speedy» pero cuajó… Zen inspiring invita otras empatías, pausas, preguntas, conexiones – – «micronarrativas audiovisuales y formas de ver» , me gusta… más flexiblemente … también ..
    Paradoja: si cada vez que metes la pata (o la fórmula 1) surge una conversa de ideas tan buena como la de arriba (Carina informing) cabría pedirte que lo hagas más?

  8. Alejandro, me parece que estás siendo demasiado autocrítico. A mi me encantó tu presentación. Se te veía tenso, tal vez demasiado serio intentando sintonizar los contenidos con la secuencia de fotograías, pero creo que el mensaje o la intención de tu mensaje quedó bien plasmado. Tal vez no era la mejor audiencia para hacerlo resonar, por lo diversa y y es allí donde el acoplamiento mensaje-receptor tal vez falló, pero para nada en cuanto a tu presentación per se. Yo, sinceramente te felicito…
    un abrazo

  9. […] Ese cuestionamiento me pareció interesantísimo. Creo que sintitiza todo lo que nos estamos cuestionando actualmente acerca de las formas de enseñanza académicas. ¿Acaso la imagen no es tan o más profunda que el texto en tanto pone en juego los dos hemisferios del cerebro, la explosión de sentidos gracias a su polisemia, la necesidad inevitable de descubrir conceptos sin que “me los digan”? ¿Por qué suelen ser consideradas la “golosina” de la dieta cognitiva? […]

  10. […] Ese cuestionamiento me pareció interesantísimo. Creo que sintitiza todo lo que nos estamos cuestionando actualmente acerca de las formas de enseñanza académica. ¿Acaso la imagen no es tan o más profunda que el texto en tanto pone en juego los dos hemisferios del cerebro, la explosión de sentidos gracias a su polisemia, la necesidad inevitable de descubrir conceptos sin que “me los digan”? ¿Por qué suelen ser consideradas la “golosina” de la dieta cognitiva? […]

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