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Trabajos soñados. Sumerjirnos en aguas bravas subidos a una balsa epistemológica de proporciones épicas.

Tantos empleados y tan poco interés por lo que hacen

Antes de la pandemia, sólo un 5% de la población mundial en condición de formalidad estaba contenta con su trabajo. Si bien la oferta formativa no convencional ha explotado en los últimos 10 años (para contrarrestar la inocua formación universitaria cada vez mas desfasada tanto de las competencias exigidas por un mercado laboral de intangibles, pero también de cosmovisiones globales perdidas), son muy contados los ejemplos de centros de entrenamiento que estén sintonizados con diseñar el futuro en vez de meramente dedicados a emparchar el pasado.

Un ejemplo interesante en esta dirección es Minerva Schools donde trabajamos brevemente entre 2015/2016. En la misma dirección está TeamLabs con sus numerosas sucursales en España. Y no podemos dejar de lado iniciativas como Hyperisland; Kaos Pilot y tantas otras.

Si hoy recordamos estos nichos como atractivos convocantes para dedicarles el escaso tiempo y ganas con los que contamos, es porque se trata de lugares muy especiales en donde la innovación no se declama sino que se practica, donde la crítica se trasmuta en diseño de nuevas posibilidades.

Hace muchísimos años creí haber encontrado mi trabajo soñado en alguno de esos enclaves. ¿Porqué no ser el editor de la revista semanal del diario El País, la benemérita El País Semanal? Nunca me ofrecieron el cargo ni jamás se me ocurrió que podría aspirar a ocuparlo. Mientras lo que hice (cuando El país Semanal se publicaba en América Latina algo que dejó de ocurrir primero en Argentina y después en México hace ya mas de 6 años y la última edición en papel del diario fue el 31 de diciembre de 2019), fue almacenar estoicamente centenares de sus números.

Leer notas aparecidas desde 2004 hasta 2019 nos deja un sabor muy raro en el paladar memético. Desde preguntarnos si esas personas aun viven (la mayoría ya no lo hace ya que la revista muchas veces entrevistaba a sexagenarios y hasta octogenarios), o lo bizarro que es leer entrevistas de actrices, autoras, directores o temas y personajes ya sea en sus inicios o en la mitad de su carrera laboral, leídos 17 años mas tarde. Flor de cápsulas del tiempo son esas notas.

Curaduría de lujo en nichos editoriales

Ya que no tendremos ese cargo podríamos aspirar a otro, por ejemplo ser director de una colección de libros. Eso parece más fácil, es mas accesible y con nuestra bibliofilia a cuestas podríamos imaginar ocupar un cargo así ya sea en una editorial nacional -o más difícil en una internacional. Pensándolo bien ya fui una vez director de colecciones en la editorial Granica a fines de los años 1990 en lo que entonces se llama Futuro, y publicamos títulos como Las nueva reglas para la nueva economía de Kevin Kelly, Darwinismo Digital de Evan Schwartz, Cuando las cosas empiezan a pensar de Neils Gershenfeld y hasta mi mamotreto La generación Nasdaq. Apogeo (¿y derrumbe?) de la economía digital de 2001.

Eso si de poder ser director de colección a pedido mi objetivo siempre estuvo mas que claro, ¿porqué no dirigir la colección Argumentos de Anagrama -que a partir de 2019 (cuando cumplió 50 años decidió inesperadamente perder su blasón negro)- y que ostenta el insólito privilegio de ser la única que ocupa sendos estantes en monástica Biblioteca con identidad común?

¿O sino porqué no ser director de la colección Ensayo de la editorial Galaxia Guteberg en especial de aquellos cuya tapa vienen con una minúscula banda de color a la derecha?

La colección Infrastructures de MIT Press

Lo de empleos soñado en el mundo del papel revivió en estos días a partir de un inesperado aterrizaje en la página de la colección Infrastructures de MIT Press. Creada en 2011 sus directores actuales son Geoffrey C. Bowker and Paul N. Edwards de quienes habíamos pispeado alguna obra propia.

Con 37 títulos en sus estantes incluso habíamos leído algunos que nos habían llamado mucha la atención como «Raw Data» Is an Oxymoron de Liza Gitelman, The Charisma Machine de Morgan G. Ames y mas recientemente Knowledge Machines de Eric T. Meyer y Ralph Schroeder y The Container Principle de Alexander Klose, aunque sin saber que formaban parte de una colección. Pero si la selección de cada uno de estos títulos tiene una mas que detallada justificación, lo que resulta mucho mas atractivo aún es la colección en su conjunto, por los encabezados inusitados que alberga, por la tematización de procesos y objetos que nunca antes habíamos visto analizados desde una lectura concertada y, sobretodo, el poder acumulativo de la colección que permitiría hasta hacer una Maestría solo en Infraestructuras.

Del clima, los estándares y los nuevos bienes comunes

La colección se inició con un título de uno de los codirectores  Paul N. Edwards A Vast Machine Computer Models, Climate Data, and the Politics of Global Warming dedicada a la ciencia detrás del calentamiento global y su historia: cómo los científicos aprendieron a comprender la atmósfera, a medirla, a rastrear su pasado y a modelar su futuro.

Entre los primeros títulos que mas nos llamaron la atención publicaron Standards Recipes for Reality de Lawrence Busch quien investiga los estándares como «recetas para la realidad«. Los estándares, argumenta, dan forma no solo al mundo físico que nos rodea, sino también a nuestra vida social e incluso a nosotros mismos. Busch esboza la historia de los estándares formales y describe cómo la ciencia moderna llegó a asociarse con el proyecto técnico-moral de estandarización tanto de personas como de cosas.

Muchos temas transversales ocupan los distintos casilleros de la colección desde: una historia temprana de Internet via el spam, pasando a comprender las interacciones de la tecnología, la sociedad y la naturaleza, con el apoyo de estudios de casos de nuevos bienes comunes europeos transnacionales; o un examen de las nuevas infraestructuras de información destinadas a aumentar la rendición de cuentas y la eficacia de las asociaciones para la ayuda al desarrollo; o exploraciones de diseño, uso y reutilización de tecnología de la información en diversos contextos históricos y culturales; o lecciones del masivo accidente nuclear de Chernobyl sobre cómo nos ocupamos de los peligros modernos que son en gran parte imperceptibles; o un estudio histórico y etnográfico del conflicto entre el transporte global y el desarrollo rural cuando los dos se cruzan en el Canal de Panamá.

De proyectos públicos fallidos, los sistemas de residuos y el RFID

La cuarentena de títulos publicados no descansa e incluye volúmenes sobre cómo los seres humanos se incorporan a la planificación de proyectos de infraestructura complejos, a través del análisis de un controvertido proyecto de transporte público en Santiago de Chile; o cómo los fundamentalistas del libre mercado han cambiado el enfoque de la educación superior hacia la competencia, las métricas, la demanda de los consumidores y el retorno de la inversión, y por qué deberíamos rechazarlo; o la relación entre la gobernanza de la infraestructura y las formas en que leemos y representamos los sistemas de residuos.

Son tan variados los temas tratados que hay que sacarse el sombrero frente a los editores capaces de ponerlos uno junto a otros (y con suma fineza) haciendo futuros energéticos locales, desde la energía marina hasta el combustible de hidrógeno, en los confines del mundo. Una saga de las Islas Orcadas; o cómo RFID, una tecnología móvil ubicua pero a menudo invisible, identifica decenas de miles de millones de objetos a medida que se mueven por el mundo; o cómo la creciente dependencia de las métricas para evaluar las publicaciones académicas ha producido nuevas formas de fraude y mala conducta académicos, o un examen de cómo las preocupaciones de seguridad posteriores al 11 de septiembre han transformado la visión pública y la gobernanza de la infraestructura. Algo bueno de la ciudad inteligente: un relato centrado en el ser humano de por qué el futuro de la electricidad es local.

Brutalidad de infraestructuras industriales, Berlin y Politicas Brisánticas

Mas distinciones valiosas provienen de estudiar: cómo la literatura de la “ciudad ahogada”, las road movies, la fotografía de paisajes energéticos y las narrativas del “tren de la muerte” representan la brutalidad de las infraestructuras industriales. Mientras algunos imaginativos sin plan económica quieren “superar” al capitalismo unos críticos no menos exóticos imaginan una “politica brisántica,” una cultura del desenmascaramiento capaz de de hacer retroceder al  capitalismo suicida; Un examen de la turbulenta historia de Berlín a través de la lente de sus infraestructuras de agua y energía o una investigación de las causas y consecuencias del papel extraño, ambivalente y cada vez más central de la reparación de la infraestructura en la vida moderna, o la exploración de los modestos potenciales y las graves contradicciones de reconfigurar la vida urbana a través de sistemas operativos computacionales: un sistema operativo urbano.

Evidentemente hay para todos los gustos y todas las creencias. Pero no deja de asombrarnos como una mirada aguda y profunda logró tejer temas tan variados en una colección tan potente que incluye: una historia de los pasajeros del metro de Nueva York mientras navegaban por las limitaciones del sistema mientras luchaban por la individualidad, o al menos un viaje suave; o una investigación de las fronteras como entidades en movimiento que influyen en nuestras nociones de territorio, autoridad, soberanía y jurisdicción o cómo se permite a quienes tienen el poder de diseñar tecnología, en el momento mismo del diseño, imaginar quiénes están incluidos y quiénes excluidos en el futuro. O Cómo los iraníes forjaron una infraestructura de distribución de video vibrante e informal cuando su gobierno prohibió toda la tecnología de video doméstico en 1983.

¿Cómo no se nos ocurrió antes a nosotros?

Si bien revisamos la mayoría de los volúmenes y nos sorprendimos mas de una vez por sus propuestas y sugerencias, hubo 3 o 4 que nos sedujeron particularmente, y varios de ellos ya forman parte de nuestras alforjas epistemológicas, camino a alternar la tranquilidad conceptual de colegas y alumnos. Se trata de

Alexander Klose The Container Principle. How a Box Changes the Way We Think

Una historia cultural del contenedor marítimo como crisol de la globalización y paradigma cultural. Examina a los contenedores como una cápsula del tiempo, que a veces se suelta y se lava en tierra para mostrar un inventario de los artefactos de nuestra cultura.

Eric T. Meyer and Ralph Schroeder Knowledge Machines. Digital Transformations of the Sciences and Humanities

Un examen de las formas en que las tecnologías digitales y en red han cambiado fundamentalmente las prácticas de investigación en disciplinas que van desde la astronomía hasta el análisis literario. Las herramientas y los datos digitales, utilizados colectivamente y en modo distribuido —que los autores denominan investigación electrónica— han transformado no solo el consumo de conocimiento sino también la producción de conocimiento. Las tecnologías digitales para la investigación están remodelando la forma en que avanza el conocimiento en disciplinas que van desde la física hasta el análisis literario.

Clifford Siskin System The Shaping of Modern Knowledge

El papel que ha jugado el «sistema» en la formación y remodelación del conocimiento moderno, desde Galileo y Newton hasta nuestro propio «universo computacional». Los compromisos previos con los sistemas han implicado realizarlos, usarlos o imaginar otros mejores. Siskin ofrece una perspectiva innovadora al investigar el sistema en sí. Considera el pasado y el presente, pasando del «sistema del mundo» a «un mundo lleno de sistemas».

Emmanuel Didier America by the Numbers Quantification, Democracy, and the Birth of National Statistics

Didier describe y analiza el trabajo de los economistas agrícolas y estadísticos del New Deal que viajaban de una granja a otra, en busca de información que pudiera ser útil para la planificación por parte de los agricultores y las agencias gubernamentales. Didier muestra que sus métodos no eran simplemente una enumeración; estas nuevas técnicas de cuantificación moldearon el New Deal y la democracia estadounidense, incluso cuando el New Deal moldeó la evolución de las encuestas estadísticas.

Claude Rosental  Demonstration Society

Hoy, como en el pasado, las manifestaciones públicas no son solo herramientas para probar, persuadir y promover, sino también formas fundamentales de interacción e intercambio social. Claude Rosental explora la dinámica subyacente de lo que llama una «sociedad de demostración«. Muestra cómo, tanto en el mundo actual como históricamente, las manifestaciones públicas constituyen no solo herramientas para probar, persuadir y promover, sino formas fundamentales de interacción e intercambio y, en algunos casos, intentos de liderar el mundo.

La frutilla del postre

Ann M. Pendleton-Jullian and John Seely Brown Design Unbound: Designing for Emergence in a White Water World. Designing for Emergence

Todos los libros mencionados (o sobrevolados) son de un valor excepcional pero este último es “one of a kind”. Inspirado en un opúsculo anterior de los mismos autores Pragmatic imagination. A prequel to Design Unbound comienza bajo el supuesto de que la agencia en el mundo actual requiere un entrelazamiento productivo de imaginación y acción. Luego presenta un marco para desempacar la imaginación como una amplia gama de actividad mental que se puede poner en práctica en este mundo. Esta es la Imaginación Pragmática: un concepto y marco de seis principios.

La imaginación se dice de muchos modos

Para Pendleton-Jullian & Seely Brown -ya son varios los autores que va por este lado desde el mítico Cornelius Castoriadis hasta mas recientemente Paul L Harris (El funcionamiento de la imaginación), Ed Finn (Imagination in the age of computing)- una imaginación aplicada es la clave para el diseño de nuevas herramientas de comprensión y síntesis. Para ellos

1 La imaginación sirve a diversos procesos cognitivos abarcando un espectro completo de actividades.

2 La imaginación resuelve y amplía la brecha entre lo desconocido (nuevo / novedoso / extraño) y lo conocido.

3 La imaginación pragmática ve oportunidades en todo.

4 La imaginación pragmática ve al pensamiento y la acción como indivisibles y recíprocos.

5 La imaginación debe instrumentalizarse para convertir a las ideas en acción.

6 Debido a que la imaginación no está bajo el control consciente, necesitamos comprender, encontrar y diseñar formas de ponerla en movimiento y colocarla como andamio para el juego y el propósito.

La principal propuesta de Ann Pendleton Jullian & John Seely Brown (en dos volúmenes que llegan a las 800 páginas, llenas de ingenio y potencia explicativa) es que el diseño no trata solo de hacer cosas, también es una forma de conocer e intervenir en el mundo. Y de una forma muy particular ya que nos permite abordar lo que Horst Rittel y Melvin Webber denominaron problemas perversos.

Los autores utilizan la analogía del kayak navegando en aguas bravas para describir la compleja toma de decisiones en condiciones tan dinámicas. Navegar por un río turbulento requiere un enfoque completamente diferente al de hacerlo en un lago en calma. “Lo interesante de los ríos de aguas bravas es que son navegables”, afirman, “pero bajo nuevos términos”.

¿Qué nuevos términos? Design Unbound ofrece un conjunto de prácticas de diseño y modelos mentales, “un vástago de la ciencia de la complejidad, casado con el diseño arquitectónico”, para ayudarnos a navegar por desafíos complejos.

Estas «herramientas» incluyen una reformulación de los resúmenes de diseño, la crítica, la ambigüedad, las habilidades, el surgimiento, la construcción del mundo, las redes y los «intervalos de posibilidad«.

El libro también presenta varias metaherramientas, que replantean la práctica del diseño en sí para trabajar en un nivel más alto de abstracción. Este es un mapa para el diseño pragmático, no para mejorar los widgets (o incluso crear mejores widgets), sino para operar a un nivel sistémico mucho más alto: el de la transformación social, económica y ecológica.

El diseño nos permite involucrarnos en estos dominios a través del razonamiento abductivo, una forma diferente de conocer (y actuar) en el mundo que las modalidades más conocidas de razonamiento deductivo e inductivo. Anticipado en estas lides por la obra de Nigel Cross Designerly Ways of Knowing, la abducción abreva en nuestros encuentros previos con Gregory Bateson, Charles Sanders Peirce, Umberto Eco y Carlo Ginzburg.

Sumergirnos en una abducción en diseño abre innumerables nuevas puertas y nos ayuda a “bajar a tierra’ intuiciones, propuestas y sobretodo pone en marcha la imaginación productiva tan espoleada por los autores. Sumerjámonos en esas aguas bravas subidos a una balsa epistemológica de proporciones épicas.

NB ¿Porqué empezar con un trailer de El Sistema, la orquesta juvenil venezolana creada por José Antonio Abreu? Si habrá habido aguas turbulentas donde navegar…

 

 

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