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Categoría: Lenguajes

Vivir en Paris cuando se era muy joven

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lo más interesante para mí de esa fuente de inspiración que es la lectura se encuentra en el hecho de que la literatura es una forma muy interesante de la utopía porque es la elaboración de un mundo posible que, además, nos avisa de que la manera en la que existe ahora la realidad no tiene por qué ser la única posible(Enrique Vila-Matas)

El titulo era atrapante de por si París nunca se acaba (Anagrama, 2004). Y hacia eco invariablemente con una novela que leí hace añares de Ernest Hemingway que en inglés se llama A moveable feast y que fuera traducida -seguramente para acoplarse a este nuevo titulo- como La fiesta interminable.

Identidad, imaginacion, muerte y mentira

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Con esa mezcla de serendipia y azar que caracteriza todo lo que hacemos, aunque nos creamos deterministas, y cuando ya había abandonado la idea de encontrar la ultima obra de Paidos comunicación numero 154 que me había recomendado Perez Tornero, allí estaba esperándome en una pila enhiesta en un rincón del área de ensayos, critica literaria, semiótica o lo que fuera de libreria La Central de Barcelona.

Cine por los aires

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Llegué con algo de tiempo al aeropuerto de Ezeiza para tomar mi avión a Chile. Lo cierto es que tenia unos minutos apenas para embarcar y pase raudo por la librería del primer piso y me agencie de dos libros, en vez de uno, y casi me compro un tercero.

Que me comprara el ultimo de John Berger es una trivialidad, porque este viejo genial ya me engatuso (y para bien) muchas veces, por lo cual agenciarme de El tamaño de una bolsa (Alfaguara, 2004) que en ingles es de un bolsillo) era obligado. Con solo revisar el prologo ya nos promete un manjar.

Maurice Blanchot o… Darse al abismo

hasselblad1.jpg Maurice Blanchot, escritor y crítico, nació en 1907. Su vida está dedicada a la literatura y al silencio que le caracteriza.» (de la propia pluma de Blanchot)

Yo la veo, esta luz fuera de la cual no hay nada. No existe duda que Maurice Blanchot (Eze, Alpes marítimos, 1907), a quien pertenece la frase citada, jamás ha rehusado entregarse en sus obras al vértigo fatal que implica indagar a través de la escritura en la propia esencia humana.