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Robots mobiles vs Inteligencia Artificial clasica

telegarden.gif Hace muchos años nos ocupábamos del tema extensamente en versiones anteriores del programa de la materia de Procesamiento de Datos en la UBA– mostrando como Doug Lenat y su equipo en Cycorp estaban tratando de enseñarle a las computadoras a entender el mundo.

(Para un buen paper síntesis ver de Douglas B. Lenat From 2001 to 2001: Common Sense and the Mind of HAL; He aquí un buen listado de comentarios de prensa; entre los mejores están de Mitchell Leslie Wise Up, Dumb Machine y de Michael Hiltzik A.I. Reboots o de Grossman Get Smart How intelligent can artificial intelligence be?).


Allá lejos y hace tiempo Inteligencia Artificial significaba que los robots pensaran como la gente (hasta llegar a las especulaciones filosóficas de la película de Kubrick/Spielberg, especialmente en su maravillosa primera parte).

Hoy en un mundo injustamente devaluado, de lo que se trata es simplemente de construir software que se ocupe de filtrar el correo electrónico basura -o casi.

La escena aunque infinitamente lejana de la pelicula 2001 Odisea del Espacio (1967) pero no menos de las taradeces que hace el programa Eliza cuando remeda a un psicoterapeuta rogeriano ,tuvo lugar en la primavera del 2000.

Se estaba haciendo una demo para un proyecto de inteligencia artificial avanzada para el Departamento de Defensa de USA; los protagonistas eran un programador, una pantalla que mostraba una sofisticada interfaz icónica y una inteligencia automizada, el software que animaba la pantalla.

El tema bajo discusión era el anthrax. La máquina contestó velozmente: ¿A qué se refiere? A anthrax (la banda heavy-metal), anthrax (la bacteria) o anthrax (la enfermedad)? La aclaración humana fue a la bacteria seguida de la instrucción «Abra juicio acerca de su toxicidad para la gente». El sistema contestó, supongo que se refiere a la gente (homo sapiens), ya que no tendría sentido que se refiriera a la revista Gente (People).

A través de muchisimos intercambios de este tipo de sentido común, el sistema gradualmente absorbió todo lo que habia sido publicado en la literatura estandar de bioarmas acerca de la bacteria conocida en ese momento como la causa de la enfermedad del ganado.

El resultado fue que el sistema después de numerosas iteraciones llegó al punto de saber lo que no sabia (antes) y de buscar lo que necesitaba saber. Se trataba de un ejemplo mas de la famoso base de datos Cyc financiada por DARPA, desde hace mas de 18 años buscando instalar sentido común en un programa de computación.

Son esos exactamente los años que el obcecado de Douglas B. Lenat, y su ejercito de colaboradores han venido invirtiendo hasta poder instalar en Cyc 1.37 millones de afirmaciones -incluyendo nombres, conceptos abstractos , descripciones y palabras raíz. También han dotado a Cyc de un motor de inferencia de sentido común que le permite distinguir entre las 30 variantes de la palabra «en» (no es lo mismo estar metido en la política que en el interior de un colectivo).

¿Será este el momento de la venganza de la IA, después de décadas de frustraciones? Cuando lo que prometía la ciencia ficción se hacia pedazos a diario en la frustracion de los laboratorios. Aunque estamos aburridos de estas promesas y amenazas, que supuestamente descubrirían de un día para otro los secretos de nuestra inteligencia, es cierto que hace un tiempo que están en las gateras nuevos softwares concretos (algo anticipamos en uno de los últimos capítulos de Ciberculturas 2.0 (Paidós, 2002) cuando analizamos el poder de Autonomy un agente bayesiano fabricado en Inglaterra) y que en lo mundano permitirán priorizar e-mails, mensajes telefónicos y citas de acuerdo a los hábitos conocidos del usuario y de sus supuestos deseos.

De estos objetivos mundanos se habla en decenas de laboratorios de IA en todo el mundo. Casi nadie sigue obsesionado (como si lo estamos los filósofos trasnochados o los que algún día creimos en esas promesas/desafíos) por el objetivo tradicional de entender y replicar la inteligencia humana.

Lo que queda claro es que la IA del año 2002 tiene poco o casi nada que ver con las preocupaciones de los pioneros de los años 50/60 o con la expectativas de las ciencias cognitivas de los 80/90. La palabra conciencia se ha vuelto una mala palabra en el terreno y todos los esfuerzos tienden a acercarse lo mas posible a las practicas normales en la ciencia de la computación buscando desarrollar sistemas que aumenten las habilidades humanas, pero sin tratar de entenderlas mas (de lo mal) que lo hemos hecho hasta ahora.
Esta perspectiva es pragmatica y de muy bajas expectativas como puede apreciarse leyendo a un autor como Philip E. Agre, de la Universidad de California en Los Angeles (Ver por ejemplo el interesante pero melancólico Changing Places: Contexts of Awareness in Computing).

El cambio de perspectiva de lo grandilocuente a lo cuasi trivial fue disparado por la pobreza de los resultados generados por miríadas de investigadores y cantidades industriales de plata mostrando que muchas veces la fuerza no hace a la razón y que las ganas tienen muy poco que ver con los resultados.

Ademas algo útil dista bastante de consciente y de entender de que se trata pero sobretodo de intentar diseñarlo en una máquina. Contrariamente a lo que tanta ciencia-ficción supone, y a lo que los medios fomentan enardecidos, los esfuerzos de reemplazar a las humanos por las computadoras no solo parecen descabellados sino que están en las antípodas de la agenda actual de la inteligencia artificial.

Porque todos los programas comerciales que se estan desarrollando no buscan justamente susstituirlos sino por el contrario complementarlos. Y si el negocio va por el complemento y no por la sustitucion, hacia allí ira la investigación y no por otro lado.

Publicado enVirtual/Artificial

Un comentario

  1. PAOLA PAOLA

    Hola:

    ¿Quiero que me digan si la inteligencia artificial es un problema o realmente esta brinda una solución, teniendo en cuenta las capacidades de la inteligencia humana.?

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