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Mes: marzo 2004

Evaluación de la calidad y futuro de la universidad

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¿Será porque hubo cuatrimestre de verano de la materia Datos, o porque en educ.ar trabajamos como locos en el verano, o porque todavía no terminó Marzo y ya hice dos viajes a ultramar? Lo cierto es que en vez de estar empezando el año parecería como si estuviera promediando o terminando. Pero nada de esto es cierto y ahora si que vienen las actividades externas, los seminarios, los congresos y lo que fuera. Esta semana empieza la nueva cursada de datos y mientras ya participaremos de un seminario en el interior. En un año que pinta intensa como los que mas. Mejor asi!

Haciendo click aqui podran bajar el pdf de la charla

El futbol un, ritual que produce el efecto patria

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Salvo alguna excepción -haber nacido en familias pro-escuela Waldorf, tener por padre a algún filósofo post-moderno, aunque a lo mejor esto mas que una garantía sea un pasaporte para el fracaso- la mayoría de nosotros entró al mundo de la ideas y del conocimiento con bastantes muletas y difícilmente pudo sustraerse al binarismo rampante que exige siempre estar a favor de una serie de cosas y concomitantemente en contra del resto y viceversa.

Por eso cuando éramos chicos -como bien decía José Pablo Feinman– categorizabamos a las películas en dos macro-categorías, las de tiros y las de coger.

Dime que golosinas comes y te dire quien eres

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El sistema de los objetos del gusto

Baudrillard y Barthes se anticiparon astutamente al objeto de estudio hablando respectivamente de un sistema de los objetos y de un sistema de la moda. Pero una cosa es ver el costado formal del tema, y muy otra es adentrarse en los objetos de nuestros deseos. Una cosa es la semiología y otra muy distinta la antropología del gusto.

Porque Fidel no lo quiere a Quino y porque Saramago no entiende nada ¿o si?

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Todos tenemos fresca la famosa opción darle al Cesar lo que es del Cesar y darle a Cristo lo que es de Cristo. Todos queremos a Quino. Muchos queremos a Fidel. ¿Podemos querer a Quino y a Fidel al mismo tiempo? Por de pronto Fidel no lo quiere a Quino Hay dos tiras de Mafalda en las que se habla de él y no le han caído muy bien. Cuando Quino fue por primera vez a Cuba le pidieron explicaciones al respecto.

Soy simplemente la negación de todo lo que afirma mi interlocutor

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Yo no idolatro la poesía, yo no soy excesivamente progresista ni moderno, yo no soy un intelectual típico, yo no soy ni nacionalista ni católico, ni comunista ni hombre de derecha, yo no venero ni a la ciencia ni al arte ni a Marx. ¿Qué soy, entonces? La mayoría de las veces soy simplemente la negación de todo lo que afirma mi interlocutor. (Witold Gombrowicz)

Los mundos pequeños siguen haciendo de las suyas. No conocí a Gombrowicz a pesar de haber compartido tiempo y espacio con el durante casi 15 años -los primeros míos, los últimos suyos-. Pero tengo un amigo Miguel Grinberg que lo fue y mucho suyo.

Oxigenando las alicaídas neuronas locales

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Dejando pasar oportunidades intelectuales

En un post reciente anunciamos una serie de libros y de ideas que nos habían llamado la atención en nuestro reciente viaje a España, pero que finalmente no compramos, por falta de tiempo, plata o incluso coherencia. ¿Como puede ser que algo nos llame muchisimo la atención a la primer pasada de vista ya un día o dos mas tarde nos parezca que no merece ingresar en nuestras alforjas intelectuales?

Ideas zombies, pensadores tiranofilicos y el dulce cacheteo de la derecha vernácula

Lilla1.jpg Atentados como analizadores y dinamizadores sociales

El atentado del jueves pasado en Madrid sirvió por enésima vez -entre otras cosas- de analizador social. Mas alla de que la lógica terrorista es inconmensurable con cualquier racionalidad, y de que la muerte de centenares de inocentes no justifica ninguna ideología. inmediatamente de acaecido el evento empezó a ponerse en marcha la maquina de justificar, de deslindar y de poner en ejercicio la teoría de los dos demonios que no invento aquí ningún Alfonsin, pero que el supo utilizar mejor que ninguno.

Mientras el avión que me traía de Madrid aterrizaba en Ezeiza el jueves a la mañana, un par de horas antes la catástrofe había deflagrado sobre la capital del otrora imperio español, sumiendo en la consternación a la nación entera. No habían pasado dos horas de la inhumana carnicería que el gobierno español atribuía al ETA la hazaña -sobre la base de una inducción mecánica y de una voluntad de manipulación política pocas veces vista en la historia.

La cortesia no exenta de conviccion.

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Epa no se trata de que se me hayan mezclado los cables. Porque ese titulo, o algo parecido Convicción y Critica corresponde a la interesantisima biografía intelectual de Paul Ricoeur que empecé a tragarme en el avión que me trajo de vuelta a Buenos Aires.

Pero no hablaré (todavía) de ese tema, sino que me referiré antes a uno de los varios pendientes del viaje a saber, a la reunión que tuve con Alfons Cornella el pasado sábado, cuando lo fui a buscar a su curso en la Universidad pública Pompeu Fabra de Barcelona.

La Librería Central del Raval

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La vida de las ideas

Hay librería y librerías. Seguro que las hay mas grandes y mejor surtidas, pero mas acogedoras que esta joyita en el Raval barcelonés, no he encontrado demasiadas en mi vida. La Central hasta tiene una cripta -ahora- donde se presentó el libro de Me llamo Kofhan de Pau Contreras, y allí encontré un montón de novedades que aunque en la mayoría de los casos no compré, me desentumecieron en el largo rato que rasgué mis párpados esos días gloriosos que pasé en España justo hasta la mañana en que la barbarie hizo polvo los juegos de ideas.

La clase creativa y esta vez va bien en serio

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Inexplicable, molesto, incomprensible. Venia dándole duro y tupido a mi primera editorial de este nuevo viaje, y de pronto se me borro todo lo que había escrito laboriosamente. No se si habrá sido como en la histórica tecla delete que tenían las Apple II en sus comienzos, pegada a la de apagar, lo que causaba naufragios como este que me acaba de ocurrir, o de alguna ignota instrucción disparada por una combinación de teclas que ignoro, lo cierto es que mi editorial que combinaba algunos datos acerca de la salida de Buenos Aires en un inaugural vuelo de un Boeing 747/400, y mis primeras reacciones a una perla que estoy leyendo, se perdieron para siempre en el mar de los bits ignotos.