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La creatividad se vende barata pero se compra cara

Los pares inusuales se dicen de muchos modos. Trátese de autores que ven lo mismo de manera antagónica. O de autores provenientes de campos disciplinarios antagónicos que ven lo mismo de manera muy similar.

Pueden ser mínimas diferencias de lecturas que al superponerse generan una estereoscopía epistemológica tan necesitada en momentos de chatura intelectual y de genuflexión política.

Pero también pueden ser enormes distancia a recorrer cuando usamos conceptos en un campo económico restrictivo (la tragedia de los comunes), lo extendemos a territorios menos trillados como el nacimiento del capitalismo de plataformas (tecnocapitalismo) y lo llevamos a campo inexplorados como la conquista espacial. The Final Frontier? The Enclosure of a Commons of Outer Space .

A la selección cultural de las ideas naturales debemos sumarle la selección natural de las ideas culturales (Wagensberg). En esta nueva edición dominical de pares inusuales haremos resonancia (antagonista) entre una obra medular del injustamente desaparecido antes de tiempo Jorge Wagensberg (1948/2018) (un hombre hecho link como dice su bella necrológica), y el escasamente conocido entre nosotros Oli Mould, profesor de geografía humana en la Universidad de Londres.

TESIS La creatividad no es un misterio. La paradoja es un síntoma de que está faltando una idea. Cuantas mas ideas potentes, desentumecedoras, aparentemente inútiles, tengamos mas mundos pensaremos, comprenderemos, cambiaremos y viviremos colectivamente en ellos del mejor modo posible

Jorge Wagensberg Teoría de la creatividad. Eclosión, gloria y miseria de las ideas. Barcelona, Tusquets, 2017.

Las ideas eclosionan, se abren camino, triunfan, pero también decaen, lo que lleva al autor a preguntarse qué es la creatividad, cómo surge una buena idea y cuántos niveles de inteligencia se utilizan para resolver problemas previamente planteados. Este libro es una ambiciosa teoría general que define la creatividad por oposición a la mediocridad y explora, basándose en numerosos y fascinantes ejemplos extraídos de la historia de la ciencia y el arte (y también de la vida cotidiana), qué atmósferas, ambientes y mentalidades son más proclives a generar conocimiento «fresco» y anticiparse a la incertidumbre del entorno.

Esto significa detenerse a considerar qué es el método científico y cómo éste avanza a partir del descubrimiento de incoherencias y paradojas entre la observación de la realidad y lo que creemos comprender de esa misma realidad, lo que lleva a la búsqueda incesante de nuevas hipótesis explicativas. Y estas paradojas son el verdadero estímulo de la creatividad y el progreso. El autor enfatiza la mutua fecundación de ideas en el ámbito del conocimiento del mundo (regido por lo verdadero y lo falso), del arte (dominado por lo bello y lo feo) y lo moral (regido por lo bueno y lo malo).

ANTITESIS

Desde el arte callejero al arte queer, el fetichismo de la mercancía lo tiñe todo. «Artistas» del sandwich, «albañiles innovadores», «enfermeras creativas», el adjetivo tiene un empleo viral como solo el capitalismo es capaz de lograrlo. A diferencia de Wagensberg que analiza su base artística, Ould revisa la construcción socio-política de la creatividad. Se centra sobretodo en cómo podemos «crear» nuevas sociedades (modos de ser, vivir y trabajar post-capitalistas) que aún no se han pensado a una escala masiva

Mould, Oli Contra la creatividad. Capitalismo y domesticación del talento .Madrid, Traficante de Sueños, 2019.

Pregonada como la fuerza motriz de la sociedad, la creatividad es supuestamente la fuente de la economía del conocimiento, que configura las ciudades en las que habitamos y define incluso nuestra política. ¿Qué podría haber de malo en ello?

En una réplica brillante y contraintuitiva, Oli Mould nos exhorta a replantearnos la historia que nos están vendiendo. Nos muestra que la creatividad es una forma apenas disimulada de un mercado en continua expansión. Es un régimen que prioriza el éxito individual sobre el florecimiento colectivo y se niega a reconocer todo aquello (trabajos, lugares, personas) que no resulte rentable.

Y eso lo cambia todo: los lugares en los que trabajamos, la forma en la que nos dirigen y el uso que hacemos de nuestro tiempo libre. ¿Existe alguna alternativa? Mould ofrece una redefinición radical de la creatividad, incorporada a la idea del florecimiento colectivo y libre de la tiranía del lucro.

SINTESIS

Contrariamente a las tesis hiperracionalistas abundantes en la primera mitad del siglo XX, para entender/cambiar el mundo necesitamos una lógica del descubrimiento (post-popperiana), y no una psicología de la invención. Pero cuando empezamos a desplegarla nos vemos constreñidos por la mercantilización de los sectores cuaternarios y quinarios. La creatividad necesita redefinirse como un rasgo (colectivo, no individual), para evitar la nueva tragedia de los comunes en curso, Y que todos podamos utilizarla para desplegar experiencias no capitalistas, algo tan fácil de decir pero tan difícil de hacer.

Porque es mas fácil imaginarse el fin del mundo que del capitalismo (o de algunas de sus variantes (Fredric Jameson).

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