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WestWorld in 10 #hashtags Segunda Parte

Una cursada universitaria puede durar mas o menos clases, ser mas o menos intensa, participativa, generativa y muchos adjetivos mas. Pero generalmente está estructurada alrededor de un puñado de palabras claves que son mas o menos explícitas, que se tejen con mayor o menor habilidad, y que en definitiva definen sobre qué memes queremos cabalgar, para que los fenómenos de aprendizaje tengan finalmente lugar

En el post anterior sistematizamos 5 de esos memes bajo los acápites: 1) Pulso del Mundo; 2) Valle misterioso; 3) Cerebro triúico; 4) Autopoiesis; 5) Paradigma Centauro. En este post complementario y final viajaremos por los memes: 6. Inteligencias post-Gardner; 7) Objetos encantados; 8) Controlocracia; 9) Gafatoxismo y 10) El fin de la Infancia.

Entendido cada uno y todos ellos como prismas o fractales que iluminan una o varias caras de lo que significa ser humano en un momento -como ninguno anterior en los 10.000 años de civilización y los 100/200.000 años que nos definen como Homo Sapiens y otros adjetivos singularizadores.

6. Inteligencias post-Gardner

El paradigma centauro (palabra anterior) anticipó en filigrana lo que sería una versión mucho mas amplia y uno de los hilos conductores de la cursada: la noción de inteligencias post-Gardner. Obviamente no se trata de una analítica relativamente rigurosa como las que él desplegó hace ya casi 4 décadas en su célebre obra Teoría de las  inteligencias múltiples (1983). Pero nos gustó la posibilidad de cambiar el enfoque, de salirnos de la matriz básicamente cognitiva y marginalmente emocional empleada por Gardner.

Si bien las bautizamos inteligencias, podríamos también haberlas denominado competencias, habilidades, tendencias, alfabetismos. Se trata de sumar a las potestades expansivas reflejadas en la teoría de Gardner otras aproximaciones que pudieran aumentar nuestra capacidad reflexiva, intuitiva, admirativa y sobretodo conectiva.

Muy sumariamente en la cursada nos referimos por lo tanto a las inteligencias: 1 retroprogresiva, entendida como la posibilidad de encontrar en la historia los sedimentos y el resorte para poder hacer pie el presente y después concomitantemente diseñar los futuros

Por 2 femenina entendemos un enfoque no dualista, no hegemónico, orientado a la expansión en los sentidos con especial énfasis en lo equitativo, el equilibrio entre visiones antagónicos, sobre todo una visión no-agonística de la historia.

3 la inteligencia vegetal tiene especial impacto nuestra visión organizacional. Si en vez de considerar a los animales y a su estructura jerárquica donde ciertos órganos tienen prevalencia absoluta sobre la totalidad. Y además poner en juego su supervivencia, el formato heterárquico, la organización rizomática, la descentralización en la toma de decisiones, y la capacidad distribuida de producción de las plantas lleva a imaginar nuevos esquemas decisorios y una capacidad distribuida del poder, previamente inexistente en el reino animal del qué formamos parte

En otro oportunidad entraremos en el detalle de cómo las otras inteligencias abren nuevos caminos cognitivos y vivenciales: la animal (a la que le hemos dedicado mucho tiempo y con resultados dudosos y antiéticos;


la gris; la centauro; la paragógica; la ciudad-céntrica; la rizomática y la azul. Por por lo poco expuesto mas arriba queda claro como cada una de estas neo-inteligencias post-Gardner siempre apuestan a un aumento, a una diversificación y sobretodo a désantropoformizarnos yendo en dirección de inteligencias cada vez más -trans,-meta y sobretodo cada vez <i>más que humanas</i>.

<b>7. Objetos Encantados</b>

Hay muchas maneras de definir nuestra humanidad, buscando el adjetivo que mejor circunscribiría nuestro “diferencial” respecto de otros entes vivientes y/o sentientes (si es que hay alguna). Por eso sucesivos pensadores y autores nos bautizaron como Homo Politicus (Aristóteles), Homo Sapiens (Biología), Homo Sapiens/Demens (Morin), Homo Faber (Scheler, Arendt), Homo Ludens (Huizinga), Homo Adorans; (judeo-cristianismo).

Producir objetos, trabajar con herramientas, modificar la materia, intercambiar lugares entre el objeto y el sujeto es una propuesta (propia del Homo Faber) que busca revertir la abstracción creciente del mundo contemporáneo 

Siguiendo el mandato tecnológico de que “si algo puede ser hecho debe ser hecho”, las empresas de alta tecnología vienen desde hace 70 años digitalizando todo lo analógico (es decir el mundo material). Con el advenimiento del smartphone y las apps en el 2007 (el inicio de la fase final de la virtualización) esta sustitución de lo material a manos de lo virtual llegó a su paroxismo. Nuestro futuro sería el de Black Mirror adorando a las pantallas. ¿Pero es este el único posible? No lo cree así David L Rose investigador senior del MIT en Changing Places group y fundador de Ditto Labs. Para Rose los futuros están abiertos y podrían derivar en 4 evoluciones distintas (1) Terminal de las pantallas; 2) Prostético; 3) Animismo y 4 Enchanted objects. 

A pesar de que todos los anteriores son futuros fascinantes, a Rose (y a nosotros) nos interesa mucho mas un cuarto: los objetos encantados, uno en el que la tecnología infunde un poco de magia a las cosas ordinarias para crear una interacción más satisfactoria y evocar una respuesta emocional.

Curiosamente en nuestra cursada de WW enfatizamos más las prótesis y el animismo que las terminales (base de todo) y los objetos encantados. ¿Porque dedicarles a éstos (que serían el objeto de  nuestra primera cursada en UDESA Escenarios del Futuro en el primer cuatrimestre de 2020) un hashtag? 

Porque los objetos encantado son el primer paso en dirección de una inteligencia centauro (una de las muchas anticipadas en el apartado anterior) y como tales jugarán un rol cada ves mas estratégico en nuestras interacciones sobretodo cuando hayamos simplificado las interfaces, podamos contactarnos con ellos mediante comandos verbales, y los veamos cada vez mas integrados a nuestra identidad humana.

Los objetos encarnados juegan un rol muy curioso cuando hablamos de la emergencia de las inteligencias no-humanas. ¿Quién les da ese aura de encanto? ¿Nuestra antropomorfización o su mimetización? ¿Si la simbiosis se da cada vez de manera mas encastrada, podríamos prescindir de los humanices, androides o máquinas humanizadas?

8 Controlocracia

En Abril de 2018 Mark Zuckerberg compareció frente al Congreso de USA, fue bombardeado con preguntas inanes y salió victoriosa del escándalo que le significó haber usado Cambridge Analytica para fortalecer su imperio. Se salió con la suya pidiendo perdón y a otra cosa.

Dos años mas tarde en plena pandemia ya no fue citado solo, sino acompañado por los titulares de Amazon, Apple y Google, y los 4 fueron apabullados durante 5 horas por un Congreso que esta vez si había hecho los deberes y lisa y llanamente acusó a estas compañías (y a otras de la constelación GAFAM) por sus prácticas monopólicas asociadas a su “robo” y control de los datos de sus usuarios.

Porque en este contexto nos preocupan tanto el monopolio de los datos y los riesgos para la privacidad, como la manipulación de la política y sobretodo la nueva alianza que las GAFA (y los gobiernos, especialmente el chino) han establecido con la IA, para convertirse en su encarnación mas lograda.

China contemporánea como una «controlocracia», su sistema de gobierno se ha transformado en un nuevo régimen radicalmente más duro e ideológico que el anterior. (Stein Ringen La dictadura perfecta: China en el siglo XXI).

Durante los últimos ocho años, el liderazgo central del Partido Comunista de China ha tomado medidas para reforzar la autoridad personal del presidente Xi Jinping. Las autoridades centrales también han llevado a cabo una represión sostenida contra la disidencia, que se ha sentido en todos los ámbitos de la vida social y política china.

Bajo la controlocracia, se han cerrado los sitios web; se ha detenido a abogados, activistas y escritores; y un escalofrío general ha descendido sobre la expresión en línea y los informes de los medios. Igualmente importante, el sistema que Xi ha instalado desde 2012 también está impulsando la dirección de las nuevas tecnologías en China. La computación en la nube, los macrodatos y la inteligencia artificial se están implementando para fortalecer el control del gobierno central sobre la sociedad. 

La “controlocracia» de China tuvo la responsabilidad principal de la epidemia de coronavirus que se extendio por ese país y el mundo. Para el 23 de enero, cuando el gobierno finalmente anunció una cuarentena para los residentes de Wuhan, alrededor de 5 millones de personas ya habían abandonado la ciudad, desencadenando la epidemia que ahora se está extendiendo por China y el resto del mundo.

Este episodio de contagio universal que estamos viviendo en tiempo real muestra el alcance y los peligros de la controlocracia, que se traduciría en el último semestre  en el control, por parte de los gobierno de la información acerca de la pandemia, las decisiones de política sanitaria y en muchos casos el aprovechamiento de esta desinformación o manipulación de la información en el rediseño de los populismos y las autocracias.

El problema para los ciudadanos (es decir de esas entidades de carbono aun no subsumidas por los nuevos acoples de las ciencias de datos, la inteligencia artificial y el centro centralizado) es que cada vez mas nos vemos arrinconados entre el poder de la controlocracia (gubernamental) y el poder del Gafatoxismo (privado).

9 Gafatoxismo

Tanto se ha escrito en el último lustro, denunciando a las compañías GAFA protagonistas del anterior #hashtag, escrutando sus falacias y finalmente rindiéndose a sus poderes, que no aportaríamos mucho en una cursada enfatizando lo que es el “core” de esta cátedra desde hace una década. Por eso queremos entrar a este #hashtag oblicuamente (como gustaba hacer John Cage) y vía la ciencia-ficción -que fue el eje conductor de la cursada. 

Esta charla de Galloway sintetiza maravillosamente bien como las GAFA ejercen su toxicidad.

Para enriquecer esta lectura podemos sumarle ejemplos que provienen de la ficción especulativa y del diseño idem. Como aparece en la obra de la autora Malka Older autora de la fascinante trilogía The Centenal Cycle formada por Infomocracy, (2016), Null States (2017) y mas recientemente State Tectonics (2018).

Una omnipotente infraestructura de datos y una organización tecnológica de intercambio de conocimientos se ha extendido por todo el planeta. Las conspiraciones globales para difundir propaganda y arreglar elecciones están siempre presentes. Los algoritmos determinan lo que la gente ve como verdad objetiva, y las organizaciones terroristas se preparan para derribar el monopolio de la información.

Malka Older enfrenta un problema que pocos autores especulativos de ciencia ficción enfrentan en sus vidas: hacer que su trabajo se convierta en un modelo para la realidad. La autora, ahora descubre que sus planes han saltado de la página y se han convertido en el alimento diario de los programas de noticias por cable y las investigaciones del Congreso. Su universo se establece décadas en el futuro, pero la historia se está acelerando, y décadas en el futuro ahora puede significar 2020 (Gafatoxismo al palo).

El viejo mundo está construido sobre dos premisas simples. Primero, a través de un proyecto llamado microdemocracia, el mundo se ha subdividido en 100,000 unidades de gobierno conocidas como centenarios, y todos los ciudadanos del mundo tienen el derecho de migración a elegir el gobierno que desean. Esto crea artefactos extraños, por ejemplo, en áreas densas como la ciudad de Nueva York, los ciudadanos pueden cambiar los gobiernos de un paraíso libertario respaldado por una empresa a un oasis ambiental de izquierda tan rápido como una parada de subterráneo.

En segundo lugar, para garantizar que los ciudadanos puedan tomar las mejores decisiones por sí mismos, una organización global llamada Información (un híbrido de Google, las Naciones Unidas y la BBC) trabaja incansablemente para proporcionar información objetiva a los ciudadanos sobre política y el mundo, verificando las afirmaciones de todo desde la elección. Promete el sabor de los artículos en el menú de un restaurante.Mientras que en su último trabajo Null States, el enfoque se centró en la desigualdad y la falta de acceso a la información, en State Tectonics, Older cuestiona el significado del monopolio de la información sobre … la información en sí. 

En este mundo microdemocrático, es un delito proporcionar información no verificada a las personas y, sin embargo, la información apenas tiene un conocimiento infinito sobre el mundo. Un grupo en la sombra comienza a proporcionar información local sobre ciudades y personas fuera de los canales de información normales, y eso plantea preguntas profundas: ¿quién es el «dueño» de la realidad? ¿Cómo decidimos incluso qué es una verdad objetiva?

Este escenario modélico ya esta ocurriendo en el planeta tierra en 2020, pandemia mediante. A veces son las empresas, otras los gobiernos pero el gafotoxismo y la controlocracia son la norma y no la excepción. 

Como maestros en el arte de conectar los puntos que somos, la última generación a caballo del mundo analógico y del digital, buscamos durante la cursada de WestWorld detectar estas lecturas emergentes y anudarlas con la tradición libresca, hoy gravemente amenazada por las polarizaciones y la retórica ética irresponsable de las GAFA y de los gobiernos que miran para otro lado mientras preservan intereses y privilegios insostenibles.

Para una excelente reseña de los 10 años que nos volvieron adictos a la grieta, el escarnio y la intolerancia a la diferencia -algo no derivado de las redes sociales, pero si hiperpotenciado por ellas no perderse de Douglas Rushkoff We’ve spent the decade letting our tech define us. It’s out of control 

<b>10. Fin de la infancia</b>

Mientras no nos topemos con otras civilizaciones intergalácticas no podemos saber en qué grado de evolución está la nuestra. (¿Somos infantes, niños, jóvenes, adolescentes o maduros como civilización?) Quizá la medida de nuestra cronología comparada sea la capacidad que tenemos de no auto-exterminarnos. Por ahora vamos zafando, pero los males que le infligimos al planeta (con su paroxismo con el cambio climático, mostrará que nunca maduramos los suficiente y que estamos cada vez mas cerca del fin de nuestra especie que del fin de la infancia.

Así se llamó una novela de ciencia ficción de Arthur C. Clarke originalmente publicada en 1953. La historia comienza con una pacífica invasión extraterrestre de la Tierra por una raza alienígena llamada los superseñores. Su llegada supone el final de todas las guerras, ayudando al mundo a organizarse en un nuevo orden mundial, llevando el planeta a una utopía. 

Muchos interrogantes se abren entre los humanos, que los alienígenas evitan contestar prefiriendo controlar el mundo desde sus naves espaciales. Décadas más tarde los superseñores se muestran como son, y su impacto lleva a una utopía final, pero al coste de la identidad de la humanidad y finalmente del mismo planeta.

La actitud de los superseñores hacia la humanidad estaba dividida entre piedad por su falta de moral y celos benignos por su habilidad potencial de trascender el universo físico. La tarea de Karellen el supervisor de la Tierra es la de una suerte de partera para que la humanidad pueda dar el salto a su siguiente nivel evolutivo: un apocalipsis en que los niños se transfigurarán a través de un tremendo desarrollo de las facultades psiónicas.

El precio de estatus divino para los niños mutantes sería perder su identidad individual: no existe pronombre «yo» para las especies fusionadas. Aunque los superseñores tenían un coeficiente intelectual significativamente mayor y estaban más avanzados tecnológicamente que la humanidad, eran incapaces de dar este salto evolutivo ellos mismos. Tenían la intención de aprender del último humano no mutante cómo esa especie lograba salir del capullo de la materia transfigurada con la esperanza de que eventualmente su propia raza pudiera saber lo suficiente para unirse a la entidad que llamaban supermente.

¿Ese es el lugar que nos cabe cuando las máquinas se conviertan en sentientes/pensantes como nosotros? ¿Seremos sus parteros? Una forma de avanzar en esta línea seria profundizar en El Último y los primeros hombres: una historia del futuro cercano y lejano novela de «historia futura» escrita en 1930 por Olaf Stapledon. Una obra de una escala sin precedentes en el género, describe la historia de la humanidad desde el presente en adelante a través de dos mil millones de años y dieciocho especies humanas distintas, de las cuales la nuestra es la primera. ¿Serán los androides de Westworld los primeros (nuevos) hombres?

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