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Categoría: Diseño

La tercera cultura: de la retórica a la epistemología experimental. Del Reality Club en Manhattan a la Universidad de Buenos Aires

Brockman at the Factory with Andy Warhol and Bob Dylan

La retórica de la Tercera Cultura. Todo bien con eso pero…..

Si bien nunca participé (como si lo hizo por ejemplo nuestro entrañable amigo Francisco Varela) de las reuniones que John Brockman organizaba los viernes a la tarde (y que tenían lugar en restaurantes chinos, lofts de artistas, salas de la Rockefeller University o en The New York Academy of Sciences entre los años 1981 y 1996 en Manhattan, y que se convertirían en las maravillosas conferencias del Reality Club, siempre estuve muy atento a lo que allí ocurría, primero gracias a los libros que las condensaban y después (desde 1997) a su brillante despliegue en la red a traves del sitio edge.org.

Con un valor agregado que no se encuentra en casi ningún otro sitio, Edge.org convocó en esta década y media desde que está on line a mas de ciento cincuenta reverberadores seriales entre los que se encuentran: Daniel C. Dennett; Richard Dawkins, Freeman Dyson, Niles Eldredge, Murray Gell-Mann, Stephen Jay Gould, Stewart Kauffman, Benoit Mandelbrot, Lynn Margulis, y George Williams (científicos); Mihaly Csikszentmihalyi, Howard Gardner, Steven Pinker y Roger Schank (psicólogos); así como artists, teólogos, editores, escritores y críticos sociales (aquí algunas charlas).

Dada la calidad de los aportes (curiosamente mucho mas fuertes del lado científico que del literario o artístico) nos pusimos muy contentos cuando vimos traducidas al castellano una variedad de sus publicaciones anteriores (que hoy alcanzan a las 15 antologías) empezando con La Tercera Cultura. Mas allá de la revolución científica por Tusquets en 1996, seguidas de varias compilaciones mas recientes como Cultura, Mente y Vida en ediciones Critica que, diseminan esas charlas en nuestro idioma

Pero todo esto es ya historia vieja. Si hoy volvemos al tema es porque en el marco del rediseño del Programa de la cátedra Datos del año 2013 creemos llegado el momento de salir de la nebulosa conceptual de la Tercera Cultura y adentrarnos profundamente en sus usos pragmáticos.

Interfases del futuro, de la ciencia ficcion a la crasa realidad y vuelta Primera Parte de Varias

Viñetas de un futuro que aún no llego… por suerte

Una de las escenas mas dramáticas de la historia del divorcio entre humanos y máquinas pertenece a la película de Stanley Kubrick 2001. Odisea de espacio. (1967). A la orden dada por el astronauta Frank Bowman a HAL (Heuristically programmed ALgorithmic computer), la computadora que controla al Discovery One, la nave que lo lleva a Jupiter sin que él lo sepa: «Open the door Hal» varias rondas de conversación mas tarde Hal contestará: «I know that you and Frank were planning to disconnect me, and I’m afraid that’s something I cannot allow to happen«. (Hal 9000 VS Dave – Ontological scene in 2001: A Space Odyssey). El gran impact psicológico de esta desavenencia trágica está dada por el tenor de la voz humana de Hal. Para desafiar a un humano nada mejor que hacerlo en un registro verbal terso y convencido. Cuando se trata de discusiones ligadas a la vida y a la muerte nada mas potente que un tete a tete sonoro.

En Star Trek IV: The Voyage Home (1986) que transcurre en el año 2286 al ingeniero Montgomery Scott confrontado con una computadora del siglo XX le acercan un mouse (disponible públicamente recién dos años antes gracias a la Mac 128K) y él le habla como si fuera una interfaz verbal (natural en su futuro), hasta que alguien le recomienda que use un teclado (natural en nuestro presente).

En Minority Report (2002) así como en IronMan 2 (1992) nos encontramos con interfases hápticas y gestuales que todavía hoy nos sorprenden por su belleza, eficacia pero sobretodo diferencia abismal con las interacciones efectivas que tenemos con las computadoras actuakes, que oscilan desde una primacía casi total de los teclados y el mouse en las desktops y portátiles, hasta la presencia creciente de las interfases táctiles (hipereduccionistas, lo que un critico ha denominado Pictures under screens) en las tabletas y en las computadoras híbridas.

Las «Digital Humanities» y como pensamos en la era de la análitica cultural

mangamillon

Deviniendo posthumanos y mas aun

Conocí a Katherine Hayles en un evento organizado por la Media Ecology Association en México en el 2007. Habia leído un par de sus libros como Chaos and Order: Complex Dynamics in Literature and Science. (ed.), (Chicago: The University of Chicago Press, 1991) y How We Became Posthuman: Virtual Bodies in Cybernetics, Literature and Informatics, (Chicago: The University of Chicago Press, 1999.

Mientras tanto eHayles había escrito un conjunto de ensayos sobre la intersección entre tecnología y cultura, y mas precisamente de la interacción entre narrativa y tecnología sumamente destacables tales como Nanoculture: Implications of the New Technoscience (ed.), 2004 y Writing Machines (Cambridge: The MIT Press, 2002).

Como la mujer, que ya pisa los 70 años, no descansa nunca, año a año fue profundizando en estas intersecciones desde la veta autobiográfica como en My Mother Was a Computer: Digital Subjects and Literary Texts (Chicago: The University of Chicago Press, 2005), metiéndose de lleno en la literatura digital como en Electronic Literature: New Horizons for the Literary, (South Bend: University of Notre Dame Press, 2008), para finalmente publicar este año un impresionante conjunto de ensayos y reflexiones concentradas en una pregunta que se hiciera Vannevar Bush hace cerca de 80 años en How we may think , con la diferencia de que ella no especula tanto acerca de como será el futuro sino que en How We Think: Digital Media and Contemporary Technogenesis (Chicago: The University of Chicago Press, 2012). trabaja con un detalle y una profundidad pocas veces vista antes, como escribimos, pensamos, investigamos, nos comunicamos, nos conectamos, etc en el entorno digital.

Ah si, es una persona de muy bajo perfil, encantadora, muy profunda en sus comentarios y observaciones, muy abierta al diálogo y contrariamente a lo que podría surgir de su apuesta por lo cyborg, lo posthumano y lo hiperdigital, tiene una fina sensibilidad hacia la cultura clásica, está empapada de las problemáticas centrales de la cultura humanista, y aunque defiende a rajatabla el nuevo paradigma digital, ello no implica para nada que desconfíe o esté dispuesta a sacrificar miles de años de cultura letrada, de sesudas reflexiones o de análisis mas que profundos acerca de la naturaleza humana, su cultura, su tecnología y aledaños a manos del tsunami eidético o la lectura fragmentaria y superficial.

Hacia un materialismo cultural de segundo orden

Otra trilogía que merece mucha mas aprehensión y difusión

Habían pasado escasos meses desde la publicación del original The Craftsman de Richard Sennett (primera obra del tríptico que se continuaría con Guerreros y Sacerdotesy El extranjero, cuando hicimos en «De Wittgenstein flies a kite», a «The Craftsman» de Richard Senett» una oportuna referencia a una obra que Anagrama traduciría un año mas tarde, y que debe figurar sin dudas como una de las balizas mas importantes de las que disponemos actualmente para escaparle como a la peste al idealismo (y a los reduccionismo, incluyendo al tecnológico), a la vez que nos permite retomar una rica y perdida tradición de revalorización de la práctica (especialmente de la escuela francesa en donde anidan autores como Gilbert Simondon (1924-1986), André Leroi-Gourham (1911-1986)).

Pasa el tiempo y cada vez entendemos menos el rol de la tecnología, de los oficios, del hacer en una sociedad crecientemente atenazada por un lado por el delirio místico de los conceptos (al mejor postor), y por el otro por un consumo de bienes finales que cada dia mas vienen encapsulados en cajas negras.

Por eso cuando estamos a bordo de un lab que viene marcando el ritmo del hacer (pensando) a una velocidad rauda, mientras sintonizamos cada vez mejor con las variadas tribus urbanas y rurales que fragmentan acompasadamente el territorio nacional (para lo cual devenir extranjeros es el mandato obligado), retomar no tanto las conclusiones de una obra -como la de Sennett- que ya lleva medio siglo de construcción laboriosa, sino ciertos impulsos y marcos referenciales para «bajarla» a nuestra tarea cotidiana en los Labs como dispositivos de aprendizaje, será un buen ejercicio y ayudará a replicar y amplificar nuestros esfuerzos.

El síntoma de la división de las dos culturas en la reinvención del aula

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A proyecto muerto, proyecto puesto

Por cuarto año consecutivo, desde que en marzo de 2009 empezáramos a «invertir la clase «con El Proyecto Facebook nos tenemos que enfrentar con el momento mas dramático de la cursada universitaria que es la asignación de recompensas y cocardas (la nota) destiladas en un escuálido número arábigo que cumple múltiples funciones.

Desde la explicación mas trivial que es asentar formalmente la ingestión de saber de un determinado recorte burocrático de la realidad, hasta la satisfacción psicológica de encontrarse en el décil mas alto de la escala (que bendice simbólicamente con la distinción a un puñado de alumnos respecto de sus compañeros), desde el mas previsible que es la satisfacción de haber entendido consignas y de haber jugado al juego dictaminado por los mayores (supuestamente mas sapientes), al mas pícaro de aprobar una materia (a la que no se desea ni respeta), habiendo hecho poco y nada para merecerlo. Desde el desafortunado que tiene que aprender a jugar otras reglas de juego, porque en esta materia no valen las que si en la mayoría de las otras, hasta quienes festejan haber sido asignados por el SIU (sistema de asignación automática de materias a cursar) a compartir experiencias insólitas e inesperadas con compañeros no elegidos pero que que finalmente son como los hermanos que uno hubiera querido tener.

Pero si bien en nuestra historia todas las cursadas son ensayo y error (muy diferente del «toco y me voy» que sienten algunos alumnos), no lo es menos que los aciertos/errores de los últimos años nos llevaron progresivamente a oscilar pendularmente entre un privilegio alternativo del contenido (durante los 10 primeros años de la cátedra) al del continente (desde 2006 hasta ayer nomás), buscando un difícil equilibro que tiene dos denominadores mayúsculos: 1) la enseñanza por/para proyectos, 2) la evaluación participativa, mucho mas desarrollado el primrro que la segunda.

Gutenberg el geek. Un Steve Jobs (y muchos mas) avant la lettre

El Paréntesis de Gutenberg, again

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Dedicamos hace medio año un libro entero a El Paréntesis de Gutenberg (con el mismo nombre) por lo cual enterarnos de que Jeff Jarvis había escrito Gutenberg the Geek, un Kindle single (que se puede leer en media hora), un desprendimiento de su investigación para su ultimo libro Public Parts. How Sharing in the Digital Age Improves the Way We Work and Live, nos llamó la atención y nos sumergimos en el texto. En paralelo leíamos el trabajo de José Joaquín Brunner presentado en el Seminario de la CEPAL, que llevó a aclararnos como nunca antes (aqui esta el testimonio: Las TIC de caja de herramientas a nuevo entorno vital), porqué nuestro metier está ligado a la investigación, testeo y diseño de la cultura digital, y muy marginalmente a las cuestiones educativas estructurales.

En un ejercicio de historia en futuro anterior (proyectar sobre el pasado distinciones que son válidas hoy, o dicho de otro modo inventarnos precursores para justificar en el pasado exitoso -o no- lo que hacemos hoy), Jarvis nos vuelve a contar (basado en las obras de Albert Kapr Johann Gutenberg: The Man and His Invention (1996), y de Albert Kapr Johann Gutenberg: The Man and His Invention y de John Man The Gutenberg Revolution: How Printing Changed the Course of History (2003), la historia de Johanes Gutenberg, como si se hubiese tratado de un Steve Jobs avant la lettre.

Visitando China por primera (pero seguro que no por última) vez en la vida. Haciendo escala en Dubai Cuarta Parte

Burj-Al-Arab-Dubai1

1. El Burj al Arab allá lejos y hace tiempo

Sería 2007 o 2008. Haciendo zapping caímos en NatGeo presentando una serie llamada Megaestructuras destinada a inventariar algunas de las construcciones mas llamativas de las últimas décadas. En capítulos anteriores y posteriores (113 hasta la fecha) mostrarían como había sido posible la construcción de edificios únicos, barcos de tamaño colosal, represas descomunales, siempre en el registro del gigantismo y de los desafíos ingenieriles mas descabellados.

Pero lo que vimos ese día nos hizo empalidecer de envidia y nos mostró la potencia del ingenio humano, la voluntad de desafío de un colectivo con la pata del diseño afincada en Londres, y con la voluntad de llevar adelante un proyecto imposible, cual sería construir el primer hotel 7 estrellas del mundo, dar a un hotel de lujo inusitado la forma de una vela, depositarlo en medio del mar y convertirlo en uno de los iconos arquitectónicos del siglo XXI.

Se trataba obviamente del Burj el Arab, un enorme volumen flotante en la costa de Dubai, que fue uno de los primeros lugares que quisimos visitar ni bien aterrizamos en la capital turística de los Emiratos Arabes (EU), donde recalamos afortunadamente durante 3 días y 2 noches camino de vuelta a la patria lejana.

Visitando China por primera (pero seguro que no por última) vez en la vida. Tercera Parte

Dos sistemas, un pais. El año 2047 está mucho mas cerca de lo que creemos

1. De China a Hong Kong

Lo dijimos hace 10 días y lo ratificamos hoy, cuando en la madrugada de Honk Kong vemos por última vez las calles mojadas, la estación de buses en Kowloon arrancando su diario trajín, oteando de refilón el Harbour Plaza Metropolis, shopping mall del hotel en el que estamos alojados, y habiendo vivido intensamente durante 2 días la vida en esta ciudad a la que anhelábamos conocer desde al menos 1986 (cuando estuvimos en Singapur, Penang y Bangkok) y a la que tardamos tanto en llegar.

A diferencia de lo que nos pasó con Pekín, donde nuestras expectativas eran bajísimas y fueron mas que colmadas, e incluso con Shanghai, donde esperábamos bastante pero recibimos mucho mas, a Hong Kong entramos con el pie torcido. Veníamos en un Ferry desde el puerto de Shenan en las afueras de Guangzhou, muy alejado del centro. El barco, aunque ocupado a medias, parecía un Seacat de los que van a Colonia, el día estaba nublado y contrariamente a lo que nos habían prometido no vimos nada del célebre skyline.

Llegamos en un santiamén a nuestro alojamiento en Kowloon la zona de los 40 hoteles, pero no estábamos frente a la bahía sino en una subida para la cual había que tomar un shuttle que en 8 minutos nos dejaba en Nathan Road, la joya de la corona de la ex-colonia británica. Dar unos pasos fue encontrarnos con la quintaesencia del consumismo y el capitalismo al palo. El show en la promenade de las estrellas nos mostró un bello fondo de edificios en la vera isla de Hong Kong, empañado por las nubes y un pésimo sonido. Por fin fuimos a comer a una rica cantina italiana Fat Angelo, pero nada nos sorprendía demasiado. Y peor aun nos fue con la excursión a Peak Victoria tapado de nubes, seguido de una visita a una pequeña playa abusivamente comparada con la bahía de Guanabara, terminando en una forzada excursión en Sampán que no parecía ir a ningún lado.

Fenomenologías del Presente


(Prólogo al libro de próxima aparición de Clara Ciuffoli y Guadalupe López Facebook es el mensaje. Oralidad, escritura y después. La Crujía, 2012)

Un arco que recorre 10.000 años de cultura

Además de las infinitas perdidas de vida inocentes que supuso la invasión de Iraq, la desidia de los invasores tuvo su correlato en la desprotección de la Biblioteca Nacional y de una enorme cantidad de museos y universidades entre ellas la de Al-Mosul, que fueron la cuna de la escritura y de la aritmética mundiales.

Registros que databan de 9.000 años terminaron destruidos, en museos norteamericanos o en el mercado negro, y pronto deleitarán otros ojos, seguramente occidentales. La tragedia se agiganta dado que las autoridades locales -en especial los curadores de esos espacios-, habían solicitado la colaboración del ejército invasor para proteger ese patrimonio histórico de la humanidad. A la pérdida de vidas inocentes hubo que sumarle la perdida de ese enjambre de símbolos no menos precarios y valiosos.

¿Qué tiene que ver un libro que se ocupa de las vicisitudes de uno de los medios sociales mas recientes como es Facebook, con este drama de destrucción cultural, sobretodo teniendo en cuenta que Facebook nació recién casi un año mas tarde después de esa malhadada invasión?

Se hace el medium al andar

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Tecnología como medio y y el medium como tecnología

Sherry Turkle lo intuyó hace ya mas de dos décadas (aunque borrò con el codo lo que escribió la mano en Alone Together. Why We Expect More from Technology and Less from Each Other, pero esa es otra aventura del pensamiento). Hay una distancia de dos a tres décadas entre las intuiciones intelectuales y las prácticas colectivas de reapropiación.

Por motivos complejos ligados en parte a nuestra capacidad cognitiva y en particular a nuestras habilidades predictivas y reatroactivas (ver los aportes de El Gorila Invisible recuperados hoy por el sagaz Sebastián Campanario en Cuidado con el gorila y otros consejos económicos sin olvidar que hace ya décadas que hay gente trabajando en estos temas como Massimo Piatelli-Palmarini quien en Inevitable Illusions How Mistakes of Reason Rule Our Minds anticipaba muchas de estas observaciones ) .

Como bien nos expllico Pip Coburn en The Change Function: Why Some Technologies Take Off and Others Crash and Burn, la adopción de tecnologia depende de ventajas comparativas que es muy raro aperciar en una primera aproximación, tan cómodos como estamos en nuestros marcos cognitivos (y emocionales). Las ventajas adaptativas y competitivas tardan a veces varias generaciones (en la ontología de la adopción de cambios tecnológicos que cada uno experimenta, aproximadamente uno por década) antes de expandirse viralmente.