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Categoría: Diseño

OLPC una tetrada con dedicacion muy desigual. Primeros lineamientos de la capa de contenidos

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Un proyecto multidimensional

El proyecto OLPC testimonia al menos cuatro dimensiones constitutivas problemáticas, que se necesitan mutuamente y a las que tanto el equipo de desarrolladores como los implementadores en distintas regiones del mundo le han dedicando -hasta ahora- tiempo y esfuerzo en forma muy desigual. Se trata de 1) el hardware, 2) el software/contenido, 3) el uso/soporte (que incluye una amplia gama de temas desde los modelos de uso hasta la logística de la distribución), 4) el reciclado y la eliminación de las maquinas después de su ciclo de uso.

Hasta el día de hoy como bien dice Ethan Zuckerman en One Laptop Per Child: Just what sort of content do you load onto these puppies? se le ha dedicado 10 veces mas esfuerzo al hardware que al software, y 10 veces mas esfuerzo al software que a las simulaciones de implementación en nuestros países

La apologia de lo inutil. El diseño de curricula centrado en historias

El retorno de lo valioso

Hay autores e investigadores, practicantes e implementadores que perdemos en el camino pero que inevitablemente volvemos a reencontrar. Gente que desde hace añares está haciendo cosas valiosas, que lucha contra los molinos de viento, que no tiene empacho con pelearse con media humanidad, y que cada tanto retorna para provocarnos con sus guiños y, para que nos lamentemos de haberlos olvidado a la vera del camino.

Justo estos días que estamos lidiando con modelos pedagógicos caducos, con la incomprensión sistemática por parte de los cultores de lo viejo, lo atrabiliario y muchas veces lo inútil. Justo cuando hace mucho tiempo que nos atraviesan las dudas, pero al mismo tiempo los desafíos de pensar -y de desarrollar- ya mucho mas alla de la alfabetización digital en nuevas interfases (como Sugar), nuevas experiencias sociales pero sobretodo nuevas valoraciones del aprendizaje por encima de la enseñanza, de pura casualidad retomamos una conversación inconclusa con el gran Roger Schank.

Es el peso y el tamaño (La ergonomía estúpido). El efecto OLPC.

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Frases que convencen

«Es la economía, estúpido» fue un hábil slogan gestado por el marketinero político James Carville para la campaña (exitosa) de Bill Clinton buscando la presidencia de Estados Unidos en 1991. La contundencia de la frase que resume en una expresión el éxito de una estrategia asociada a una variable mayor y el descarte del resto, rápidamente pasó a caracterizar cualquier otra explicación omnicomprensiva.

Aunque en la realidad los factores de éxito se deben a una miríada de componentes, en una primer lectura es muchas veces mas fácil asociar una medida de éxito a la existencia de una macrovariable claramente identificable.

El futuro no es solo de los políticos. O mas bien y mucho mejor la estetización de casi todo según Tony Cragg

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La Nación entrevista a los intelectuales

El diario de los Mitre es un maestro en el arte de la manipulación. Hace muchos pero muchos meses y años que entrevista a intelectuales argentinos mayoritariamente, pero también a una buena cantidad de extranjeros, dándoles tribuna, en la mayoría de los casos, para denostar al gobierno.

Usando el atajo del debilitamiento institucional y enfatizando las alianzas mas pobres y enclenques de un gobierno peronista que por h o por b no puede saltar por encima de sus bases y raíces históricas, a veces putrefactas eso si, el diario deja que cualquiera diga cualquier cosa, si en medio de esa catarata de palabras es posible siempre destacar alguna frase que desprestigie o deslegitime al presidente, al gobierno, a la clase política en general y la política realmente existente en particular.

Las multitemporalidades que nos habitan

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Organizaciones que quieren innovar

Vivir en una organización tiene su cuota de frenesí. Claro no estamos pensando en algún almacén de barrio, ni en una dependencia estatal, ni tampoco en una PYME que hacen lo imposible por sobrevivir y a veces lo logran y muchas otras no.

No, estamos hablando de organizaciones, no importa si chicas o grandes, si numerosas o conformadas por un puñado de gente, si estatales o privadas, si norteamericanas o argentinas, que están en el proceso de crear algo nuevo, que quieren innovar, que quieren autorediseñarse y al mismo tiempo generar productos o servicios que tengan valor agregado social, que hagan diferencias y sobretodo que impliquen algún aporte a los modos de convivencia en un mundo cada vez mas desangrado y desangelado.

No se si habrá alguna correlación positiva entre el grado de búsqueda de la innovación y el grado de conflicto que la subtiende, no se si tiene que haber una tensión esencial entre cierta convivialidad y al mismo tiempo cierta conflictividad, si lo que queremos es que alguna chispa creativa electrice a la organización.

La cosa perfecta. La cultura shuflle, «coolness» y muchas cosas mas

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Pareto sigue vivo en el mundo de los átomos

Puede ser que en el mundo de la cultura la larga cola (The Long Tail) haga de las suyas y cada vez mas gente piense, publique, se exponga, disemine apareciendo así una distribución mas equitativa del talento (y nada paretiana) que la que vemos en el mundo real.

Pero en este mundo de los átomos donde los costos marginales nunca son intrascendentes, las leyes de Pareto 80/20 siguen vigentes y es muy difícil imaginar una distribución mas o menos equilibrada y equitativa de los autores y los textos.

Al revés lo que vemos es una concentración de la publicación en pocos autores y a su vez una concentración de muchos títulos en manos de algunos de esos autores. Lo que en ciertas ocasiones es un gran alivio -al revés de lo que pasa con los best sellers- porque mentes de reconocido oficio se aplican a materias similares o no, y con las tecnologías de elaboración de información ganada en trabajos anteriores, generan periódicamente nuevos y valiosos aportes.

¿Los maestros son el problema o la solución, o parte de los dos? Porque nos hace falta la magia de la «emprendedoridad»

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Demasiada enseñanza y muy poco aprendizaje.

Si bien no vivimos en México por lo cual difícilmente alguien nos diga maestros y aunque nuestras clases están a años luz de las de Adrian Paenza o las de Bernardo Houssay, por lo cual difícilmente algún alumno nos califique como tales, muchos de los que lidiamos con el triángulo de las bermudas de la tecnología, el diseño y los negocios, enancados en el eje de la epistemología, también somos maestros.

Lo somos cuando nos paramos frente a una clase, lo somos cuando armamos un programa y elegimos la bibliografía, lo somos cuando decidimos qué método de evaluación servirá para someter a prueba nuestras capacidades oratorias u organizativas de la información y sobretodo cuan bien o mal encaminadas están nuestras acciones en dirección de la transmisión de saber, el hacer, las habilidades, las competencias, las estrategias, los formatos de interrogación y auto-interrogacion y toda la parafernalia de la que se jactan esas disciplinas tan precisas (y tan poco expresivas) como son la pedagogía, la didáctica, la psicología del aprendizaje y alguna otra rama del saber por el estilo.

Zaha Hadid y el maravilloso mundo de nuestro desconocimiento

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El océano de nuestro desconocimiento

El océano de nuestro desconocimiento es infinito. El mío, el de ustedes, el del canillita de la esquina. Hay tantas ciudades que nunca visitaremos y que solamente recorreremos cansinamente cuando aburridos y recién entrados a un avión revisemos el mapa. ¿Alguna vez alguien leyó que existiera una ciudad llamada Boise, Idaho?

Basta jugar con Google Maps para encontrarnos con miles de puntos en el mapa del que jamas tuvimos conciencia. Claro algunos se creen muy vivos porque pueden recitar las capitales de algún continente, pero son pocos los que siquiera oyeron nombrar las de la cincuentena de estados africanos y la de otras tantas de la cincuentena de paises de Asia.

Hiperpolitica, cibergolem y un sinfin de neologismos…. Atractivos.

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Logomaquia, jeringoza y mucho menos

Desde el inicio hay que dejar en claro que los neologismos que pululan en esta obra singular La Quinta columna digital. Antitratado comunal de hiperpolitica sirven para mucho. Porque en general lo que encontramos últimamente tanto en el discurso filosófico como en el técnico, en los análisis politologicos tanto como en los sociológicos es mera jeringoza, una logomaquia que reemplaza la incapacidad de pensar el presente, reinventar el pasado y sobretodo avizorar el futuro.

Se cambia por unas pocas monedas de juguetería lingüística la ausencia de alguna pista que invente algo de sentido en un panorama cada vez mas lamentable de aburrimiento, sinsentido, bricolage de absurdos e inimputabilidades.

Los intelectuales y el futuro.. de la ciudades

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Los intelectuales en la Argentina y mas alla

Las similitudes apabullan, pero también dejan al desnudo la irrelevancia de los términos de comparación. Desde hace muchos meses el diario La Nación de la Argentina publica una vez por semana -y a veces muchas mas- a los que el diario denomina Los intelectuales y la Argentina. Pasaron por allí todo tipo de nombres, desde los mas obvios y previsibles como Félix Luna y Juan José Sebrelli, hasta candidatos puestos para la columna, como mi migo el Beto Quevedo y cada tanto algún desconocido que en general brillan por su comodidad y seguridad al hablar de tamaño desafío.

En USA los intelectuales también se están autodefiniendo todo el tiempo. En los últimos meses el tema recurre en la lista de bes sellers y de publicaciones recientes. Desde el ya mítico Intellectuals de Paul M. Johnson a principios de los 90. en un viaje reciente ya nos topamos con una de las mas recientes autoreflexiones sobre el tema The Intellectuals and the Flag de Todd Gitlin, y no hace mucho alguien se tomo el tema en solfa en Intellectual Morons : How Ideology Makes Smart People Fall for Stupid Ideas de Daniel J. Flynn.